En 2021 será recordado como el año en que reapareció con fuerza la inflación, afectando el bolsillo de los ciudadanos. Es que el 7,2% con que cerró la variación de precios en la economía local fue el nivel más alto en 14 años. Según los economistas, 2022 no será fácil en materia de presiones inflacionarias, y por ello, el Banco Central deberá acelerar la trayectoria alcista de su política monetaria.
En el último Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre el Banco Central proyectó que la inflación a diciembre de 2022 se ubicará en 3,7%, una cifra que no suscribe el mercado: la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de enero la sitúa un punto sobre esa estimación, es decir, en 4,7%. Peor aún, según esa misma muestra de pronósticos, la inflación no volverá a estar en el centro de la meta del Banco Central sino hasta 2024. Los especialistas prevén 3,7% para 2023 y un 3,1% recién en 2024.
El BC ya alertaba en diciembre que “la mayor inflación se ha prolongado lo suficiente como para arriesgar efectos de segunda vuelta a través de la indexación de contratos e incrementos salariales. Los costos de la inflación sobre la economía ya son visibles, y se han transformado en una de las principales preocupaciones económicas de hogares y empresas”.
En ese mismo reporte sostuvo que el aumento de la inflación ha provocado un alza relevante de sus expectativas, elevando los pronósticos a un año plazo, acercándolos a valores del orden de 5%. “Aunque las expectativas privadas contemplan una tendencia decreciente de la inflación hacia el 2023, estas aún se ubican por sobre 3% a veinticuatro meses plazo”.
Para el Central, la principal causa de la mayor alza de los precios han sido factores de índole local. “Chile destaca como uno de los países donde la moneda se ha depreciado más, donde se han implementado políticas de apoyo a los ingresos más significativas, donde se aprecia un mayor aumento del consumo privado y donde el incremento de la inflación es de los más altos”.
De más a menos
La trayectoria que se espera para la inflación es de más a menos. Los primeros meses continuará esta tendencia mostrada en la última parte de 2021, con registros entre 6,5% y 8% anual para luego en el segundo semestre mostrar una mayor desaceleración.
Alejandro Fernández, economista de Gemines Consultores sostuvo que, durante todo el primer semestre y parte del tercer trimestre, la inflación permanecerá fluctuando entre 6,5% y 7% en doce meses y después bajará. “La inflación seguirá impulsada por el exceso de demanda en la primera mitad del año, a lo que suma la devaluación, algo que esperamos no continúe presente. La menor liquidez permitirá una tendencia a la baja en el segundo semestre. Puede que ayude, también, una menor presión de costos externos”.
Mientras que Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, acoto que “por nuestro lado vemos algo de mayor inflación, producto de las presiones de demanda que continuarán sintiéndose a pesar de la desaceleración, así como el traspaso aún pendiente del alza del tipo de cambio sobre precios de bienes importados. Apuntamos a una inflación que cerrará 2022 en 4,5%”. En ese escenario, comentó que “prevemos que en la primera parte del año veremos inflación cerca de 8%, reconociendo la inercia que continuará mostrando el consumo durante ese lapso, producto de la alta liquidez aún presente en la economía, además de otros factores que continuarán siendo relevantes. Hacia el segundo semestre la inflación irá disminuyendo ante una economía debilitada, que probablemente mostrará caídas durante algunos meses en la actividad”.
Y el académico de la Universidad de Chile Guillermo Le Fort subraya que la proyección que entregó el BC “es algo optimista dadas las presiones vigentes tanto internas como externas. Pienso que la inflación debería cerrar sobre 5%, pero reconozco que el ambiente es muy incierto y cambiante”.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados dice que mientras el dólar se mantenga sobre los $800 es poco probable que la inflación se ubique bajo 4%, por ello, su proyección de 4,5%. “En términos generales, vamos a tener un primer semestre con inflación sobre 7% y en la segunda parte del año dependerá mucho con lo que pase con los precios internacionales como los combustibles. No obstante, es esperable que comience a desacelerarse en línea con la actividad”.
Factor internacional
Los expertos afirman que si bien el factor interno está predominando en los mayores niveles de inflación, también hay elementos externos, principalmente por los problemas de producción y además el impacto del precio del petróleo. “La inflación externa, tal como lo ha señalado la Fed sería más persistente de lo que se preveía. El alza que ha venido mostrando ya no se ve como un fenómeno más bien transitorio, sino que reconoce también el fuerte incremento del consumo global”, menciona Lehmann. Asimismo, asevera que “los problemas de oferta tardarían más tiempo en ir resolviéndose. Prevemos que, bajo un proceso de normalización gradual de la política monetaria, en EEUU y otras economías, la inflación externa en los próximos meses se irá moderando, para llegar a cifras entre 2 y 3% a fines de 2022″.
Para Fernández “la inflación internacional seguirá un camino parecido al de Chile, pero con diferencias en cuanto a la intensidad, tanto del alza como de la baja. Es decir, dentro de un marco general de alta inflación en la primera mitad de 2022, habrá diferencias entre países que inflaron más y países que inflaron menos sus economías. En casos puntuales, como en Europa, la inflación puede que baje más rápido si desaparece el efecto del gas y la electricidad”.
Otra visión entrega Le Fort, quien afirma que “las presiones de demanda deberían irse desvaneciendo, pero a partir del segundo trimestre siempre y cuando la política fiscal efectivamente inicie una corrección del gasto”. No obstante, añade que “las presiones externas por depreciación del peso e inflación internacional se mantendrán fuertes todo el año”.
Los productos que tirarán el carro
Entre los principales productos que impulsarán los precios en 2022 está principalmente los alimentos, combustibles, transporte y servicios. En ese ámbito, Fernández acota que es probable que los alimentos suban más que el promedio en 2022, y los servicios es factible que “se hayan ajustado para fines del primer trimestre y después se moderen un tanto. En general, la inflación estará sostenida por la de los transables”.
Por su parte, Lehmann indica que aún queda pendiente el traspaso de los mayores precios internacionales de combustibles al mercado local, por lo que las gasolinas seguirán presionando la inflación en los próximos meses. Asimismo, admite que los precios de bienes importados deberían aún recoger el alza más reciente en el tipo de cambio, por lo que ese factor también será relevante en lo que viene. Por último, menciona que “dado el sobrecalentamiento de la economía, que persistirá en el año a pesar del débil crecimiento, el sector servicios, reconociendo además en éste una alta indexación a inflación, también estará empujando el índice de precios”. Y Le Fort suma votos para alimentos y transporte.
Así, con estas perspectivas, el problema para el Banco Central está instalado. Y por ello, su herramienta para detener los mayores niveles de inflación se está ajustando y recalibrando, por lo que es probable que se ubique en el techo del corredor presentado en el Informe de Política Monetaria de diciembre de entre 6,5% a 6,75% a mediados de este año. Hoy la Tasa de Política Monetaria (TPM) se ubica en 4%.
Las expectativas implícitas en las tasas swap esperan un alza de 125 puntos base en la reunión de enero, otra de 100 puntos en marzo para situarla en 6,25% y una más en mayo de 25 puntos hasta llegar a 6,50 puntos base. Incluso algunos ya han anticipado que puede llegar a 7% a mitad de año.