A las 10 de la mañana de hoy lunes 13 de marzo, Mario Bustamante, CEO de la startup chilena Instacrops, se subió un avión con destino a San Francisco, California. Su viaje tenía como principal objetivo participar de la feria World AgriTech Summit que se realiza en esa ciudad. Pero ahora aprovechará el viaje para tratar de ver con sus inversionistas, cómo resolver el tema de Silicon Valley Bank (SVB) . Al igual que muchas startups chilenas, Instracrops tenía una cuenta en el SVB. No alcanzó a sacar su dinero antes del colapso ocurrido el viernes de la semana pasada. De hecho -según cuenta- se lo retuvieron. “Tenemos fondos secuestrados desde el jueves. No nos dejaron sacar la plata y seguimos a la espera. Veremos qué pasa y cómo se viene la cosa”, cuenta Bustamante.
Esta es una de las tantas historias que ocurrieron luego de que el viernes 10 de marzo reguladores de Estados Unidos incautaran el los activos del Silicon Valley Bank tras una corrida bancaria que generó la mayor quiebra de una entidad financiera en el país desde la de Washington Mutual, en plena crisis financiera en 2008. SVB tenía alrededor de US$ 209.000 millones en activos y alrededor de US$ 175.400 millones en depósitos al 31 de diciembre de 2022. Su foco estaba en cuentas de startups de todo el mundo.
Pero la agritech (empresa que usa tecnología para la industria agrícola) chilena no fue la única que recibió con sorpresa la noticia. Rankmi, Poliglota, AgendaPro, Houm, Fintual y Lab4U, por nombrar algunas, también tenían cuenta en la entidad bancaria. En general, todas las empresas que trabajan con los grandes capitales de riesgo tienen. Enrique Besa, CEO de Rankmi cuenta que en el momento en que se comenzó a conocer el colapso del SVB, los primeros que dieron la alarma a las startups fueron los venture capital como Softbank o YCombinator.
Casi en el mismo momento, los fundadores de diversas startups chilenas también reaccionaron rápidamente para hacer correr las noticias entre ellos, a través de WhatsApp y llamadas telefónicas. Incluso, muchos de estos emprendedores están en un grupo donde centralizan información y noticias del sector. “Los chilenos nos movimos muy rápido y comenzamos a avisarnos entre nosotros. La mayoría alcanzó a sacar la plata, pero varios no. Como sea, en general, reaccionamos más rápido que startups de otros países como Colombia o incluso Estados Unidos”, cuenta Besa, quien agrega que cree que, “el dinero se va a recuperar, pero quizá pasen unos seis meses más”, periodo que para muchas startups puede ser fatal.
Lo de Rankmi no fue menor: hace dos semanas había logrado un levantamiento de capital de US$48 millones, además de fusionarse con la empresa Osmos para crecer en México. Parte del dinero lo habían puesto en Silicon Valley Bank. “Afortunadamente alcanzamos a sacarlo. O si no, para nosotros hubiese sido Debut y Despedida”, asegura Besa.
Quien tampoco pudo sacar su dinero el viernes fue la startup chilena Lab4U, clientes del SVB desde 2015. Su CEO, Komal Dadlani, explica que el ese día en la mañana el dinero estaba “en proceso”. “Pero, afortunadamente, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos estadounidense (FDIC por sus siglas en inglés) nos liberó el acceso a nuestra cuenta el lunes (13 de marzo) a las 9:00 AM, por lo que ya transferimos los fondos a otras cuentas”, cuenta Dadlani.
La startup chilena enfocada al aprendizaje de idiomas, Poliglota, también tenía una cuenta en la entidad bancaria norteamericana y, al igual que Rankmi, alcanzó a retirar sus fondos, dicen en la compañía. “Primero nos empezaron a llegar las noticias por los grupos de WhatsApp de YCombinator (una de las aceleradoras de startups tecnológicas más importantes del mundo con sede en California). Luego en los grupos de emprendedores de Latinoamérica y a los minutos, en los de los chilenos. Paralelamente, los inversionistas nos preguntaban a cada rato si es que teníamos cuenta en el SVB. Las noticias volaban y como estamos bien conectados, pudimos sacar el dinero”, afirma Carlos Aravena, CEO de Poliglota.
Desde Houm, -startup chilena que también tenía cuenta en el SVB- su CEO, Benjamín Labra, relata: “Sacamos todo a tiempo a JP Morgan donde tenemos todo nuestro dinero. Fue un fin de semana de locos”, dice Labra.
Otra empresa chilena que también tenía cuenta en la entidad financiera es Fintual. Desde esta compañía cuentan: “Tuvimos la info en tiempo para actuar y nuestros clientes quedaron ajenos a esto. No hay dinero de los fondos, ni de los clientes, ni de Fintual AGF, depositado en cuentas de SVB. Solo había una exposición de menos de 0,01% de las acciones de este banco en fondos como Norris o Pitt, dado que era un banco grande listado en la bolsa, y era parte del índice S&P 500”, señalan desde la fintech chilena.
Betterfly, por su parte, tuvo bastante más suerte. La compañía chilena tenía una cuenta en el SVB, la que abrieron cuando comenzaron la empresa, pero ahora, estaba sin fondos, ya que, según explica Eduardo Della Maggiora, CEO de Betterfly, “a medida que fuimos creciendo comenzamos a diversificar nuestras operaciones bancarias. Hoy tenemos nuestro dinero en JP Morgan, otros bancos grandes y algo en los ocho países en los que operamos”, explica.
Aunque la caída fue el viernes, los cimientos del Silicon Valley Bank (SVB) mostraban signos de un inminente colapso desde, al menos, principios de la semana pasada. Así lo relata Carlo D´Agostino, fundador y presidente de la asociación gremial Proptech Chile, que presenció la trama desde cerca.
D´Agostino aterrizó en California este sábado 11 de marzo: en Silicon Valley el ambiente estaba “lluvioso y frío”, de acuerdo al ánimo reinante en la industria tecnológica. Pero aunque fue el fin de semana donde se sintieron los efectos a nivel mundial, los síntomas se venían sintiendo desde antes. “El martes la bolsa se colapsó. Todo el mundo empezó a preguntar, le pidieron reunión al CEO del banco. El CEO del banco dijo que no se preocuparan, que esta cuestión era momentánea y ahí, cerca del 30% de inversionistas y startups sacaron su plata el jueves. Eso hizo que el banco colapsara”, cuenta.
Lo que viene
En cuanto a lo que seguirá a continuación, el gobierno de Estados Unidos dijo que intervendría y que los depósitos están asegurados. D´Agostino cree que “evidentemente que algo va a pasar. El regulador se tiene que dar cuenta que las medidas que se tomaron tal vez no eran las más adecuadas. Nos sirve solamente tener asegurado cierto tipo de plata que tienen los clientes del banco. Tiene que haber un control más expedito, más inteligente y otro tipo de cosas”.
“Ser fundador y no saber si vas a poder pagar las cuentas y sobre todos los sueldos, dado que no puedes transferir de tu banco, es desesperante. Situaciones como esta corrida bancaria y la fragilidad del sistema hacen sin duda reflexionar”, comenta Claudio Barahona, socio del capital de riesgo latinoamericano Alaya Capital, quien además da un consejo: “Queda la recomendación para que en el futuro todos los emprendedores tengan multiples cuentas, en multiples bancos y no pongan todos los huevos en una sola canasta”.