Latam Airlines informó este martes que está a analizando el planteamiento de Knighthead Capital Management que mostró su rechazo a la propuesta de financiamiento DIP –deudores en posición, en sus siglas en inglés- del tramo C que ofrecen las familias Cueto, Amaro y Qatar Airways por US$900 millones, criticando la fórmula de conversión en acciones que tendría esta inyección ofrecida por los actuales accionistas, en el marco del proceso de reestructuración bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
“Latam Airlines Group recibió la semana pasada una propuesta condicional, no vinculante, de parte de representantes de Knighthead Capital Management, LLC para participar en una porción del mecanismo de financiamiento DIP”, dijo la compañía.
Asimismo indicó que tanto el equipo ejecutivo, como miembros independientes del directorio y consultores externos del grupo la revisaron, pese a que, hasta el momento, no es vinculante y no está totalmente financiada.
“Una vez evaluada, consultores externos del grupo contactaron a los representantes de Knighthead, a quienes les entregaron retroalimentación detallada de su propuesta”, añadió.
“Como se ha destacado previamente, Latam evaluará todas las alternativas viables que provean los fondos necesarios que el grupo requiere bajo los términos y condiciones que mejor sirvan a sus necesidades operacionales y estratégicas. Latam está comprometido con asegurar el mejor interés de su futuro financiero”, indicó.
La propuesta
Thomas A. Wagner, cofundador de Knighthead Capital Management declaró al juez del tribunal de bancarrota del Distrito Sur de Nueva York que, en su opinión, el financiamiento que propusieron “proporciona un valor incremental sustancial a los deudores en relación con el financiamiento interno”, es decir, aquel que proviene de los accionistas de Latam y que “la propuesta de financiamiento de acreedores evita la necesidad de proporcionar un descuento del 32% en acciones futuras y, por lo tanto, ahorra al patrimonio casi US$500 millones en comparación con el financiamiento interno”.
“Nuestro análisis del diferencial de costos entre las dos propuestas de tramo C supone lógicamente que los prestamistas internos optarán por ejercer su opción de intercambiar sus acciones en capital con un descuento del 32%. Esta suposición se basa en mi punto de vista de la transacción y su propósito subyacente -que la razón principal por la que los prestamistas internos brindan este financiamiento es para mantener el control del negocio a través del proceso de bancarrota y asegurar un rendimiento garantizado que se realiza a expensas de otras partes interesadas en la compañía, al emplear un descuento predeterminado en el mercado, independientemente del valor final del plan determinado dentro de 18 meses a partir de ahora”, agregó.
Por otra parte, indicó que “si se aprueba el financiamiento interno, garantizará que los accionistas existentes reciban un capital significativo independientemente del resultado de estos casos”.
“Finalmente, observo que cualquier sugerencia de los deudores de que la aprobación del financiamiento interno le da a la compañía flexibilidad para desapalancamiento es ilusoria. Como mencioné anteriormente, son los prestamistas accionistas, no los deudores, quienes decidirán si se reembolsará en efectivo o en acciones. Sin embargo, lo que es más importante, es simplemente ilógico afirmar que los accionistas existentes de la compañía se disuadirían de adquirir acciones en la compañía reorganizada si el capital no está disponible en otro lugar, si ese es el último recurso para los deudores porque los tenedores de bonos se negaron a hacerlo en los mismos términos o mejores. En otras palabras, si la Compañía determina en última instancia que necesita aumentar el capital social en relación con su plan de reorganización, aprobar el financiamiento no garantiza ese aumento de capital”, añadió.