El miércoles por la tarde, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), dio luz verde a los Joint Business Agreement (JBA) que firmaron Latam Airlines con American Airlines y el grupo IAG (British Airways e Iberia) en enero de 2016. Si bien el fallo les permite materializar el acuerdo, tanto para sus negocios de pasajeros como de carga, dos de las 9 medidas de mitigación que les impuso el tribunal, son consideradas por la aerolínea como tremendamente duras.
Una de ellas es que el TDLC les pide establecer una fórmula de reparto de ingresos, mientras que la otra es no cobrar precios implícitos negativos en rutas indirectas que tengan como tramo troncal vuelos Santiago- Miami y Santiago- Madrid.
A juicio de altos ejecutivos de Latam, el fallo es muy preocupante, "porque estas condiciones son tremendamente duras, exigentes, requieren de un estudio mayor para interpretar el impacto que tienen. Probablemente vamos a tener que hablar con el tribunal para hacer bien la interpretación y no equivocarnos, pero nuestra primera aproximación es de preocupación".
Frente a este escenario, indicaron que "tenemos que considerar si vamos a la Corte Suprema". Latam, American Airlines y el grupo IAG, tienen 10 días de plazo para presentar un recurso de reclamación. Asimismo podría pedir al TDLC una aclaración respecto a lo que implican las dos medidas de mitigación que más les preocupan.
En tanto, en American Airlines y AIG están traduciendo el fallo para entender bien las implicancias que tienen. La próxima semana será clave, ya que ahí tendrán toda la información clara y se reunirán los equipos técnicos para ver cómo interpretar el fallo y los efectos que tiene sobre la viabilidad del acuerdo.
Respecto a las otras siete medidas de mitigación impuestas por el TDLC, no implican mayor problema para Latam y sus socios, dado que fueron propuestas por las mismas compañías a fin de que el TDLC aprobara los Joint Business Agreement (JBA). Estas son: mantener la capacidad ofrecida en las rutas directas Santiago-Miami y Santiago-Madrid, aumentar la capacidad ofrecida en las rutas Norteamérica y Europa, ofrecer acuerdos de programa de pasajero frecuente a nuevos entrantes en las rutas directas Santiago-Miami y Santiago-Madrid, acuerdos de combinación de tarifas a nuevos entrantes en las rutas directas Santiago-Madrid y, finalmente, la designación de un consultor para la fiscalización de estas condiciones.
Exceso de tiempo en el TDLC. Otro tema que preocupa a Latam son los tiempos. De hecho, fuentes de la compañía indican que también están preocupados porque han pasado casi tres años desde que este tema se presentó al TDLC y dos años desde que se les pidió la última información. El fallo estuvo en acuerdo durante mucho tiempo. "Dos años y medio para una sentencia, en el mundo de los negocios hoy es absolutamente inviable para cualquier industria y negocio. Además hay que entender hoy que la tecnología te lleva a que los negocios vayan a una velocidad impresionante. En este caso las partes han mantenido presente el acuerdo, pero en otros casos con tanto tiempo de consulta las partes terminan arrepintiéndose de los acuerdos".
Consultado sobre la posibilidad de que el acuerdo se caiga por las mitigaciones y el tiempo que llevan intentando materializarlo, las fuentes indican que no tienen temor que el acuerdo se caiga, "pero la próxima semana tendremos más claro lo que haremos".