Laurence Golborne y sus socios duplican su apuesta en Paraguay
Hace siete años, el exgerente y exministro creó, junto a inversionistas chilenos y paraguayos, una empresa que vence en 2024 y en la que invirtió US$ 10 millones en cuatro áreas en ese país: inmobiliario, tierras, salud y ganadería. Golborne dice que más que duplicaron su inversión y que, por ello, crearán otro vehículo de inversión, Tavamay 2, con el que pretenden recaudar US$ 25 millones. Ahora también miran educación y el negocio forestal.
Tava significa pueblo en lengua guaraní. May es bueno, pero en mapudungun. La combinación de ambas formó una creación original, Tavamay, pueblo bueno, en 2017. Fue el nombre que se le ocurrió a un grupo de empresarios chilenos que reunieron US$ 10 millones para invertir en Paraguay y que tendrá -tras desinvertir y conseguir atractivos retornos- una segunda parte a partir de 2024, cuando expire el plazo que se impusieron para sus primeras apuestas. Por eso vendrá ahora Tavamay 2. Y más que duplicando la inversión.
Detrás de todo aquello está Laurence Golborne, el experimentado ejecutivo de empresas como Gener y Cencosud que llegó a ser ministro de Sebastián Piñera, que alcanzó fama mundial con los 33 mineros y que se embarcó en una frustrada candidatura a la Presidencia de Chile hace exactamente una década, una experiencia que puede evaluar a sus 62 años, con relativa distancia. “Fui ministro y político, es lo más difícil que he hecho en mi vida”, cuenta mirando por el espejo retrovisor.
Golborne, también director de Ripley desde hace diez años, asesor de Fourthane, una firma de servicios a la minería, y de la familia Arrigoni, viaja todos los meses a Paraguay por Tavamay. Va por unos cuantos días. El vuelo, compara, tarda lo mismo que a Calama.
En Tavamay 1 se unieron inversionistas chilenos y paraguayos. Fueron 14 en total. Entre los cinco chilenos, que pusieron US$ 7 millones, estuvieron Vittorio Arrigoni, accionista del grupo industrial Arrigoni; el exministro de Educación y exgerente general de Gener, Juan Antonio Guzmán; y otro exministro, de Justicia y RR.EE., Teodoro Ribera, rector de la Universidad Autónoma. A ellos se suma Juan Cristóbal Vial, uno de los pioneros en la gestión de Tavamay. Y Golborne. Los nueve paraguayos pusieron US$ 3 millones.
Estudiaron más de 30 proyectos distintos, entre ellos una empresa de minado de bitcoins, pero finalmente se focalizaron en cuatro áreas: inmobiliaria, loteo de tierras, salud y ganadería.
En la primera es donde más hubo actividad: un proyecto de oficinas realizado junto a una sociedad paraguaya; cuatro edificios de viviendas que desarrollaron con las chilenas Inarco y Matrisa; y dos barrios cerrados en la zona de Luque, de 50 y 66 casas, con precios de venta de US$ 60 mil.
En salud, Tavamay formó un centro médico en un shopping center de Pinedo, inaugurando en Paraguay un modelo que exploró exitosamente en Chile IntegraMédica. El centro de salud se llama Medvital y Golborne es su presidente. En ese activo ya hicieron parte de la rentabilidad: en 2022 vendieron el 30% de la propiedad a una empresa prepaga, un símil de las isapres chilenas. Pero siguen controlándolo y pretenden expandirse en el rubro en la segunda fase de inversión del grupo. Ese negocio seguirá en Tavamay 2.
En ganadería, invirtieron en 2.200 cabezas junto a la familia Llanos, de Paraguay, pero la pandemia modificó las condiciones de mercado. “No fue un buen negocio”, admite Golborne.
El resultado global fue exitoso, con retornos anuales del 16%, asegura Golborne: “En el período de inversión, los inversionistas más que duplicaron su capital en dólares”. Y por lo mismo, la decisión ha sido armar Tavamay 2, pero con fecha de término en 2030.
La segunda parte
Tavamay es una sociedad anónima que tiene accionistas, pero con la estructura de un fondo de inversión privado, sin serlo. Tiene un directorio, que combina a inversionistas y gestores, que decide las inversiones y encarga la ejecución, desarrollo y supervisión a terceros por un managment fee y, al cabo del ciclo de inversión de siete años, por un success fee. Los gestores son Eje Uno, una consultora de negocios paraguaya, el propio Golborne, y un chileno que suma más de 40 años de experiencia empresarial en Paraguay, donde radica, José Luis Saavedra. Un paraguayo que estudió ingeniería comercial en Chile, en la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Juan Callizo, es director ejecutivo de Eje Uno.
Los tres, Golborne, Saavedra y Callizo, estuvieron esta semana en Chile, coincidiendo con la visita oficial del presidente paraguayo, Santiago Peña, al país. Peña tuvo encuentros empresariales en los que Golborne participó. Se conocen bien. Un exejecutivo de Eje Uno, Rodrigo Maluff, quien también estudió en la UAI, es ahora viceministro de la Red de Inversiones y Exportaciones.
Golborne describe las razones por las cuales el grupo eligió y sigue eligiendo Paraguay. Es, dice, un país económica y políticamente estable, al borde del investment grade, con un crecimiento del 5% anual en los últimos cinco años y un sistema tributario sencillo, con una triple y pareja tasa de 10% para personas, corporativos e IVA. Y con un tratado de doble tributación con Chile que convierte los impuestos pagados allá en créditos acá. La economía paraguaya es vista con desdén por algunos en la región, que la vinculan con la informalidad y hasta las falsificaciones. “Hay una serie de mitos asociados al Paraguay”, responde Golborne. “Jamás me han ofrecido un reloj falso”, dice y sonríe. “Hay un proceso de institucionalización muy parecido al de Chile”.
Como Tavamay 1 vence en marzo de 2024, y ya con un avanzado proceso de desinversión, Tavamay 2 nacerá en esas mismas fechas. Pero el objetivo es ahora mayor: el capital para invertir será de US$ 25 millones, parte importante de los cuales ya están comprometidos por varios de los inversionistas de estos últimos siete años. Para el resto, los gestores estuvieron en Chile en road show en los que detallaron su track record y sus objetivos. El foco seguirá estando en el rubro inmobiliario; la salud, donde pretenden levantar ahora una clínica -un sanatorio de mediana complejidad-, y las tierras. Pero exploran otras cosas. Por ejemplo, la construcción de viviendas sociales en un país que requiere reducir su déficit habitacional. O la educación. O el negocio forestal, un rubro en el que Paraguay tiene ventajas, como el rápido crecimiento de los eucaliptus. En Tavamay 2, la idea también es tener un gerente dedicado a la gestión diaria de los activos.
Con dineros y responsabilidades en Tavamay 2 -”mi foco en los próximos siete años será el tema paraguayo”, dice-, Golborne no saca los ojos de Chile. “El país en los próximos 10 años se moverá con un crecimiento de entre 1,5% y 2% promedio y a ese nivel estamos lejos de llegar a un desarrollo al que aspirábamos todos”. ¿Por qué? “Las políticas públicas se orientaron mal”, responde. El exprecandidato lamenta el estado de su colegio, el Instituto Nacional, y se pronuncia por la discusión más contingente: “Cerrar el ciclo constitucional ayuda a que haya más certezas”, dice. Interesado aún en las políticas públicas, no pretende volver a la política activa. Pero vuelve a mirar atrás y zanja con una cita sus recuerdos de hace una década. “Como diría Edith Piaf: ‘No me arrepiento de nada’”.
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