Luego de la mejoría en la confianza del consumidor en agosto influido por el retiro del 10%, septiembre volvió a exhibir una caída suave, pero la tendencia trimestral continuó avanzando.

Así lo muestra el Índice de Percepción del Consumidor (Ipeco) elaborado por el Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, que en el noveno mes bajó levemente (3,8 puntos), manteniéndose en nivel muy pesimista. En los últimos 12 meses ha caído 26,9 puntos. (Ver infografía)

La confianza en la actualidad (índice coyuntural) no varió significativamente(-0,3 puntos), manteniéndose en nivel extraordinariamente pesimista. En tanto, la confianza en el futuro (índice de expectativas) retrocedió en forma gradual (5,0 puntos), pasando de nivel pesimista a muy pesimista.

Las visiones de estabilidad de la confianza crecieron gradualmente, debido a un avance paulatino de las visiones neutrales del futuro, y pese a una marginal caída de las visiones neutrales de la actualidad.

En los estratos socioeconómicos se observaron cambios mayormente negativos. La confianza cayó en el estrato ABC1, manteniéndose extraordinariamente pesimista. En el C2 retrocedió, aunque se mantuvo muy pesimista. En el C3 disminuyó de pesimista a muy pesimista. En el D aumentó de pesimista a moderadamente pesimista. En el estrato E retrocedió de moderadamente pesimista a muy pesimista.

A nivel regional, los cambios en la confianza fueron negativos. En la Región Metropolitana disminuyó, pero se mantuvo moderadamente pesimista, mientras que en la Región del Biobío bajó de muy pesimista a extraordinariamente pesimista.

Cristián Echeverría, autor de la medición, explica que “un año atrás, en septiembre de 2019, antes del estallido social, el Ipeco se encontraba en un nivel levemente pesimista (98 puntos), cerca del promedio histórico para el índice (nivel neutral), mientras que en septiembre de 2020 se encuentra en un nivel muy pesimista, 71 puntos, es decir, casi 27 puntos menos que hace un año. Esta diferencia se explica principalmente debido a la caída en el índice de coyuntura, que ha caído de 145 a 51 puntos, lo que a su vez se debe a bajas en las dos percepciones que componen el índice, la percepción de la situación económica actual y del desempleo actual”.

Es habitual observar un mayor nivel de confianza en el futuro que en la actualidad, tanto en el Ipeco como en otros índices en Chile y el mundo. Sin embargo, explica Echeverría, la brecha entre ambos índices actualmente es mucho más amplia que lo observado históricamente, “lo que podría reflejar que los consumidores efectivamente han sentido el impacto de la crisis económica generada por la pandemia. Su situación económica se encuentra disminuida en comparación a un año atrás, y también perciben un mayor nivel de desempleo”.

Simultáneamente, pese a que las expectativas sobre el futuro se encuentran en niveles bajos en relación al promedio histórico, dichos indicadores han mejorado. De hecho, todos los indicadores del futuro han mejorado (situación económica futura, desempleo futuro e ingresos futuros). “Esto podría sugerir que los consumidores podrían recuperar rápidamente su nivel de consumo si mejora la situación económica, ya que se encuentran relativamente confiados en que habrá mejoras en el futuro (tal como se observó luego del retiro del 10%, en que una gran parte de esos fondos se destinaron a consumo)”, comentó el economista a cargo del Ipeco.

Mejora la tendencia

Pese al deterioro mensual, la tendencia de mediano plazo, medida a través del promedio móvil trimestral, subió gradualmente, aunque se mantuvo en el nivel extraordinariamente pesimista.

Así, Echeverría destaca que se observa una incipiente tendencia al alza en la confianza del consumidor. “Luego de alcanzar un mínimo en junio de 2020, el trimestre móvil del Ipeco ha aumentado durante 3 meses consecutivos, lo que sugiere que los consumidores están empezando a percibir mejoras en el ambiente económico, que probablemente se asocian al fin de las cuarentenas y la reanudación de muchas actividades económicas que estaban paralizadas. Pese a que en el Ipeco se han observado retrocesos de corto plazo durante algunos meses, la tendencia es hacia la mejoría en el indicador”.

Esta alza en la confianza se explicaría principalmente por la mejora en las expectativas, que se inició en junio de 2020, mientras que desde agosto también se suma una mejora en los índices coyunturales. “La mejora sostenida de la confianza dependerá de cómo evolucione la economía y sobre todo el mercado laboral, lo que está estrechamente asociado a la evolución de la pandemia”, culminó Echeverría.