Puesta en marcha hace más de un mes, la Ley de 40 Horas sigue generando debates. Uno de ellos surge por el dictamen N° 84/04 de la Dirección del Trabajo (DT), emitido el 6 de febrero de este año, que establece lineamientos y características de los trabajadores exentos de la limitación de la jornada laboral.

Sobre esto, gremios empresariales, como la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), han pedido en los últimos días a la DT aclarar el dictamen por restringir la posibilidad de que los trabajadores y empleadores puedan pactar su jornada laboral. En detalle, las organizaciones apuntan a la aplicación del inciso segundo del artículo 22 del Código del Trabajo, que establece quiénes quedan excluidos de la limitación de la jornada laboral, dada la naturaleza de sus funciones.

Su posible impacto sobre el sector laboral femenino se ha convertido en una preocupación. De ahí que la abogada Francisca Jünemann, presidenta de ChileMujeres, comparte la necesidad de que sea reconsiderado porque limita la posibilidad de flexibilidad horaria, lo que significaría caminar en un contrasentido con los anhelos de las chilenas para acceder a trabajos remunerados: “Se restringe esa posibilidad, ya que se establece prácticamente la obligatoriedad de estar con una jornada precisa, con control, tanto en los trabajos presenciales como en el teletrabajo; cuando justamente la ley de conciliación de la vida personal, familiar y laboral está en la línea de dar mayores alternativas de adaptabilidad y flexibilidad en los trabajos remotos”. Y agrega que el dictamen sólo permite que queden exentos del control horario aquellos cargos con facultades administrativas o de representación, como gerentes.

Flexibilidad horaria

Según un estudio realizado por ChileMujeres y Cadem en abril, un 50% de las consultadas dedicadas al cuidado del hogar y la familia dijeron que una alternativa para tener un trabajo remunerado está relacionada con contar con flexibilidad horaria. También una encuesta realizada por Buk, Work in Progress, refleja que un 36% de las mujeres en el país con hijos menores de 12 años considera al teletrabajo como un factor importante para aceptar un puesto, frente al 25% sin hijos.

“Si bien es importante y positivo permitir el uso de la tecnología para monitorear el cumplimiento de las jornadas laborales fuera del lugar de trabajo, especialmente para garantizar el pago adecuado de horas extras y el cumplimiento de horarios, esto no debería restringir la flexibilidad del teletrabajo siempre que haya un común acuerdo entre el empleador y empleado. Esto no solo beneficiará a los trabajadores, sino que también promoverá un entorno laboral más moderno y adaptable que ayude disminuir la brecha de género”, señaló Jaime Arrieta, gerente general y fundador de Buk.

Explica que, en términos de teletrabajo, el dictamen aclara que la prestación de servicios fuera del local de la empresa, incluyendo el trabajo remoto, no exime a los trabajadores de registrar jornada: “Esto puede reducir la flexibilidad que esta modalidad entrega y es un obstáculo para la autogestión y adaptabilidad”.

Sugiere una aclaración de los criterios de la DT para permitir una mejor adaptación a las necesidades modernas de trabajo remoto y flexible, beneficiando a todas las partes involucradas.

También se incorpora una serie de nuevos criterios para saber cuándo se está ante una fiscalización superior inmediata. Francisca Álvarez, senior mánager de área laboral de PwC Chile, indica que algunos de los ejemplos incluidos por la autoridad laboral –controles sanitarios, de seguridad y de productividad– podrían exceder lo que debiese entenderse bajo el concepto de fiscalización superior inmediata, además de incluirse dentro de los requisitos para esta tarea cualquier tipo de tecnología aplicada por las empresas en la relación laboral.