De las 180 mil toneladas de aceites lubricantes que se venden anualmente en Chile, cerca un 70% se transforma en aceites usados. Y de esta cantidad, solo 60 mil toneladas (o sea, el 48%) es tratado de conformidad con la regulación medioambiental vigente. El resto, tiene destino desconocido.

Por eso que este tipo de material es uno de los seis “productos prioritarios” de la Ley de Reciclaje (REP), cuyo Anteproyecto que establece metas de recolección y valorización, se publica mañana en el Diario Oficial, luego de un largo proceso que incluyó consultas y conversaciones con actores de la industria, estudios y el AGIES correspondiente.

Tras la publicación, se abre una “consulta pública” por 30 días hábiles, para luego hacer la propuesta de decreto supremo, la que debería presentarse en el Consejo de Ministros por la Sustentabilidad (CMS) después de 60 días hábiles, con una cierta flexibilidad para que entre en agenda. Después del CMS va a presidencia y de ahí, a Contraloría. Cuando esta da su OK, se publica el decreto definitivo en el Diario Oficial. Todo este proceso debería durar cerca de seis meses, en condiciones normales. Y un periodo de dos años para su implementación definitiva.

El aceite lubricante, es definido como aceite mineral o sintético, que cumple una función de lubricación, ya sean aceites de motores de combustión, de cajas de cambios, de turbinas, hidráulicos u otros que, tengan una composición química similar a estos.

Además de ser un producto de consumo masivo que se utiliza principalmente en el transporte y la industrial, al terminar su vida útil, los aceites lubricantes generan un significativo volumen de residuos que además son peligrosos y nocivos para el medio ambiente. De hecho, se estima que 1 litro de aceite lubricante usado, puede contaminar 1 millón de litros de agua.

La buena noticia es que son factibles de valorizar, por ejemplo, en la producción aceite base (como el caso de Futuroil) o utilizándolos como combustible líquido.

El anteproyecto que se publica mañana define que, para el primer año de entrado en vigencia el decreto para este producto, su meta de recolección y valorización es del 50% de lo que desecha, para ir subiendo a lo largo de los años, llegando a un 90% a partir de una década (ver gráfico).

Incluso, a partir del tercer año de implementación de las metas, los comercializadores deberán recibir de sus clientes los aceites lubricantes usados. A su vez, los productores, a través de los sistemas de gestión, tendrán la obligación de retirar dichos aceites desde los comercializadores, en cualquier lugar del territorio nacional.

Según la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, con la implementación de Ley REP para este producto, “se evitará que miles de estos residuos se viertan de manera ilegal en agua, tierra o incluso en el aire, luego de que lo quemen sin ningún tipo de tratamiento previo. Por lo que apuntamos a convertir un residuo peligroso, en un insumo para nuevos procesos productivos”, indica.

Cabe recordar que este anteproyecto es el tercero que elabora el gobierno en el marco de la REP, luego de neumáticos y envases y embalajes.

Desde la industria, Justo Verdejo, subgerente de ventas industriales de Lubricantes Shell (Enex) y representante del Consorcio de Empresas Lubricantes Adheridas (Esmax, Total, Enex, YPF, Derco, Liqui Moly y Luval), indica que, “hasta el momento, lo que hemos hecho es simular con un sistema de gestión que represente el espíritu de lo que la ley pide. Pero efectivamente, ahora son los decretos que, junto a nuestras metas, van a guiar las reglas del juego”.

Con respecto a temas aún pendientes, Verdejo agrega: “Están concentrados en torno a los decretos, porque son éstos el rayado de cancha sobre muchos aspectos que por el momento no están definidos. Por ejemplo, se ha hablado de que las fuerzas del mercado funcionen con un sistema de monitoring, permitiendo sistemas de gestión manejados por los proveedores, pero facilitando también sistemas paralelos. Esa es una definición que aún debe resolverse”.