A un año desde que comenzaron a regir las obligaciones para Envases y Embalajes de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP), normativa que establece obligaciones y metas ambiciosas para la gestión de residuos domiciliarios e industriales. Dos actores claves entregan su balance en este primer año, oportunidades y cuáles son los principales desafíos para el cumplimiento de las metas.
Candelaria Valdés, gerente de Sostenibilidad de la empresa de soluciones ambientales Ambipar Environment, destaca que ― si bien las metas van a ir aumentando de manera gradual de aquí al 2034 ―, es importante realizar ajustes necesarios “de lo que significa hacer andar una máquina bien compleja, pero necesaria, que requiere el trabajo y aporte de todos, de la industria, la autoridad, los actores regulados y la ciudadanía, para que sea una realidad a nivel nacional”, sostiene.
Ahora bien, el sector industrial es el responsable del 40% del total de los residuos de Envases y Embalajes generados en el país. Por ser el único Sistema de Gestión en Chile para residuos no domiciliarios, ProREP tiene un diagnóstico especializado de lo que está sucediendo en las industrias. “El 2023 fue un periodo de declaración corto de tres meses y sirvió de aprendizaje tanto para la autoridad como para los actores regulados. Este 2024 entramos a una fase de ajuste que requiere la participación de todos los involucrados. Nuestra opinión es que aún estamos a tiempo de corregir las distorsiones asociadas a la Ley REP”, sostiene su Gerente General, Pedro Alamos.
Ambos ejecutivos indican que existe una brecha en las capacidades instaladas para alcanzar las metas que establece la Ley REP. Actualmente, la capacidad de reciclaje en el país permite absorber y valorizar el 57% del volumen de Envases y Embalajes generados a nivel nacional, según cifras de la ANIR. “Creemos en la necesidad de incentivar la inversión tanto en capacidades como en tecnologías que permitan alcanzar a eficiencias necesarias. Desde el punto de vista normativo, es importante cuidar el principio de libre competencia, pero este no debe restarle flexibilidad o capacidad de adaptación a los actores que participan en los distintos eslabones de la cadena, para que puedan aportar colaborativamente a lograr las metas”, propone Valdés.
En ámbito no domiciliario, se ha evidenciado un bajo cumplimiento de la normativa de las empresas productoras de Envases y Embalajes. Desde ProRep indican: “Que un 85% de estas empresas se esté restando, impide que tengamos una buena línea base para medir cómo vamos en las metas de valorización. Además, hace que las empresas que sí están dentro de los Sistemas de Gestión autorizados estén absorbiendo el costo y el esfuerzo del cumplimiento de la normativa, lo que no es sostenible en el tiempo”.
En el ámbito domiciliario, Ambipar plantea realizar una labor fuerte en materia de educación y concientización pública, sobre la importancia de la segregación de residuos. “Este esfuerzo debe ser constante, para crear cultura de cuidado ambiental y cambiar hábitos arraigados. Sin embargo, observamos que hay municipios que lo están haciendo muy bien, ya que los residuos de Envases y Embalajes que estamos recibiendo en nuestro Centro de Pretratamiento para la Valorización GIRI a través de los Sistemas de Gestión muestran que se está realizando una correcta segregación en los hogares, como es el caso de Providencia, Maipú, Santiago y Vitacura”.
Por último, ambos recomiendan fortalecer la comunicación e información desde una perspectiva positiva de la economía circular, promoviendo el consumo responsable para que el desafío de hacer que la ciudadanía y la industria participe del reciclaje también apunte a reducir los residuos que se generan de Envases y Embalajes.