Aunque se le suele asociar con un oso panda, World Wildlife Fund (WWF) no sólo está preocupada de la conservación de la fauna en peligro de extinción. Hace años posee una estrategia clara de relacionarse con gobiernos, la ciudadanía y sobre todo, el sector privado, para resolver otros temas medioambientales como por ejemplo: el agua.
De hecho, en el contexto del seminario de la Mesa del Agua que se realizó en Santiago a mediados de mayo, donde participaron ejecutivos de empresas sanitarias, el gobierno y ONG, uno de los protagonistas fue Stuart Orr, líder de la Práctica del Agua de WWF, quien lleva más de 25 años trabajando en estrategias comerciales a nivel mundial, sobre cómo resolver los problemas de la crisis hídrica, principalmente en el sector privado.
Orr creó "Water Risk Filter", una herramienta que permite identificar, evaluar y tomar medidas para los riesgos industriales y comerciales en el uso del agua. Ha escrito más de 100 artículos al respecto y desde 2006 es colaborador de WWF. "Hace 10 años el tema hídrico no era tan relevante en el sector privado, pero ahora hay una mayor responsabilidad", comienza diciendo este especialista que actualmente está radicado en Suiza.
¿Qué cambió? (aparte del impacto que han producido las sequías).
- Antes había muy poco entendimiento de su importancia y cómo dependían de ella. Pero en los últimos años el interés ha aumentado a niveles significativos, porque existen más herramientas para medir los riesgos, los problemas del cambio climático y, además, hay evidencia real en muchas partes del mundo de cómo el consumo de agua por parte de las empresas afecta a las comunidades.
¿Cuáles son esas herramientas?
- La tecnología permite medir mucho mejor el uso del agua, y entender su impacto en cómo la usamos y la posibilidad de evitar rápidamente los riesgos de una explotación indiscriminada, lo que permite oportunidades para mejorar. Creo que la ciencia ha hecho bastante al respecto. Hay una perspectiva, en general, de una mayor protección de los ríos, de la biodiversidad e incluso en la industria de la pesca.
¿Y hay preocupación en el sector financiero?
- Si, bastante, ya que este tipo de temas afecta en las decisiones de inversión de las empresas. Ahora, este sector está más conectado con temas como el cambio climático, los derechos humanos y el medioambiente en general. Creo que realmente ha habido un cambio significativo en los últimos 10 años.
¿Pero cómo nace este cambio de conciencia?
- En un principio habían dos posiciones. Algunas compañías pensaban que era un problema de los consumidores, mientras que otras, comenzaron a darse cuenta de que era un riesgo en su cadena de producción y distribución. Lo interesante es que esto lo comenzaron a entender los tomadores de decisiones.
¿Qué tipo de empresas comenzaron a entenderlo?
- Creo que las pioneras han sido las de bebestibles, porque claramente, es parte de su negocio. Hace unos 14 años, una de estas empresas tuvo un incidente en India, lo que hizo crear una coincidencia a respecto. También ha habido problemas en Brasil. Hay mucha evidencia. Toda la industria de los alimentos y bebestibles ha tenido un cambio muy relevante. También está el sector minero, donde se han hecho grandes cambios, algo muy relevante, porque ahí se mueve mucho dinero. En general, todos los sectores han entendido bien los riesgos del agua y su valor.
¿Y en la ciudadanía? ¿Existe una conciencia sobre la crisis hídrica? ¿O sólo explota cuando hay sequía?
- Es algo que nunca termino de entender, pero las respuesta es un rotundo no. A pesar de que las personas vivan sequías, se pone a llover y se les olvida. las personas saben que hay problemas medioambientales y con los bosques, pero les es muy difícil entender la crisis del agua. Justamente esto es parte del problema. Es muy difícil crear la conciencia en la gente. Tienen que haber eventos muy largos de sequía, pero así y todo, me sorprende que no exista la conciencia. Incluso, sabiendo que hay millones de personas que no tienen agua potable. Creo que es casi un crimen.
Por eso hay que motivar a la gente y a los políticos a hacer un real cambio.
¿La solución pasa por legislación o educación? ¿O ambos?
- Ambos- Pero creo que el sector privado tiene una gran responsabilidad, porque tienen el dinero para invertir, por ejemplo en ciencia. Claramente, es importante que el sector público cree nuevas regulaciones y continúe educando a la gente más joven. Pero el sector privado tiene una gran oportunidad.