El aporte del liderazgo femenino a las organizaciones y empresas es indiscutible. Como complemento a la visión masculina, las mujeres en altos cargos muestran habilidades como orientación a las personas, capacidad de conciliar, multitasking, liderazgo horizontal e inclusivo, enfoque en el logro de objetivos y desarrollo de proyectos, alto nivel de empatía y capacidad de encontrar soluciones.
Un análisis de McKinsey & Company demuestra que las compañías cuya fuerza laboral es equilibrada en cuanto al género, son 15% más proclives a mostrar un mejor desempeño financiero; y aquellas con más mujeres en sus juntas directivas tienden a superar a otras compañías en 53%.
Los beneficios se extienden a la construcción de la reputación de las organizaciones, ya que la igualdad de género es uno de los asuntos relevantes para la sociedad y las acciones concretas de las compañías en favor de la misma contribuyen a elevar y consolidar su reputación.
Por ello, con más de 17 años estudiando inteligencia reputacional, Hill + Knowlton Strategies® Chile y GfK Adimark incorporaron en el Estudio de Reputación Corporativa 2018 nuevos atributos que miden la presencia de mujeres en altos cargos y la compatibilidad entre la vida personal y laboral.
De acuerdo con el Chile 3D 2018, más de un 75% de las mujeres percibe que una de las desigualdades más marcadas entre hombres y mujeres es la brecha salarial y en un segundo lugar , la ocupación de cargos directivos (48%).
Estos resultados no se alejan de cifras recientes de la Encuesta Nacional de Empleo en Chile en el último cuarto de siglo, que, aunque muestran un aumento en las tasas de participación laboral del 31% en 1990 al 49,4% en 2017, revelan que Chile sigue siendo el país con la octava ocupación femenina más baja entre las naciones Ocde y con mayor deuda en tema salarial y presencia de mujeres en cargos de primera línea.
El desafío está en que las empresas rompan estereotipos que aún existen en cuanto a la capacidad y desempeño de la mujer en cargos de relevancia. En otro plano está el reto de la incorporación de políticas que promuevan la presencia de mujeres en cargos de liderazgo de manera sustentable, es decir, a largo plazo en su desarrollo profesional y su calidad de vida.
Tal como profundizaremos en el Primer Encuentro de Reputación Corporativa "De la era del conocimiento a la era de la reputación", el 13 de septiembre, el llamado es a que las mujeres que están en altos cargos impulsen a las que vendrán, siendo generosas en sus aprendizajes y en la creación de ambientes de trabajo más inclusivos; atributos que impactarán positivamente la percepción de los participantes interesados de las organizaciones y que finalmente son ganancia reputacional para todos.