La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2022 (Casen) está en plena etapa de trabajo de campo. El proceso de recolección de información a cargo del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile comenzó el 1 de noviembre de 2022 y se extenderá hasta el 31 de enero de 2023. Luego de esa etapa viene todo el trabajo de análisis y cálculos para determinar los índices de pobreza. En julio del próximo año se entregarán los primeros resultados que son los nacionales, regionales, urbano, y después se irán conociendo mayores detalles y desgloses. Un insumo clave para ello es la línea de la pobreza.
La coordinadora del programa Pobreza, Vivienda y Ciudad de Libertad y Desarrollo (LyD), Paulina Henoch, indica que el monto que se alcanza de ese indicador en noviembre es la referencia para medir cómo ha fluctuado la pobreza en Chile y es el que sirve para calcular la cifra de pobreza por ingreso. Esto es refrendado por técnicos que han trabajado en dicho proceso.
Así, de acuerdo a la última información entregada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el monto para la línea de la pobreza de un hogar de una persona equivalente fue de $216.849 en el penúltimo mes del año. Esa cifra es un 24,5% más alta que la registrada en noviembre de 2020, que fue la que se utilizó en la Casen 2020. Y, además, de acuerdo a datos de LyD, el registro de este año en montos es el mayor desde 1990 si se analiza a pesos de cada año.
Ahora, el registro también muestra la evolución en términos reales, es decir, descontando la inflación (pesos de noviembre de 2022). En este caso, el alza en relación a la Casen 2020 es de 3,8% y el monto es el mayor desde 1992.
La línea de la pobreza se define como un indicador de la capacidad para satisfacer las necesidades básicas de una persona. Así, un hogar está en situación de pobreza si su ingreso por persona o ingreso del hogar es inferior al valor de la línea de pobreza. Siguiendo esa misma definición, un hogar está en situación de pobreza extrema si su ingreso por persona es inferior a la línea de pobreza extrema.
El monto de esta línea de pobreza tiene relación directa con la evolución de los precios que mes a mes refleja la canasta básica de alimentos, la que se ha visto impactada por los altos registros de inflación que acumula la economía chilena durante 2022. Si bien se esperaba que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en noviembre cediera como había ocurrido en octubre, nuevamente sorprendió al alza.
“En un hecho que la línea de pobreza aumenta con la inflación. Sin embargo, para evaluar el número de personas en situación de pobreza se debe contrastar la línea de pobreza respecto al ingreso monetario. En este sentido, la encuesta Casen permitirá conocer el valor de dicho ingreso”, sostiene el economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), Juan Ortiz.
De acuerdo al INE, el IPC del penúltimo mes del año subió 1%, ubicándose muy por sobre las expectativas de 0,4% y 0,5% que esperaba el mercado. Con esa variación, la inflación anual nuevamente subió, pasando de 12,8% a 13,3%. En lo que va del año acumula un alza de 12,5%. Las expectativas apuntan a que la inflación 2022 cerrará sobre 13%.
Todo esto repercutió en el precio de la canasta básica de alimentos, la cual subió 27% en noviembre a doce meses, anotando su mayor alza desde que hay registro y reflejando un fuerte salto desde el 22,8% que hubo en octubre. En su medición mensual, el incremento fue de 3,6%, el mayor aumento desde marzo de este año, cuando el alza fue de 4,2%. En monto, la canasta básica tiene un costo de $63.587. En noviembre de 2021, el precio de la canasta era de $ 50.071. Para la última Casen de 2020, esta canasta tenía un costo de $47.599, lo que se traduce en un incremento de 33,6%.
Ahora, la línea de la extrema pobreza también ha mostrado un fuerte salto desde noviembre de 2020. Si en ese mes era de $116.087, hoy la cifra es 25% más alta, llegando a $144.566.
Inflación versus empleo
La inflación se transformó en una amenaza que podría afectar los nuevos indicadores que se deben levantar en esta encuesta Casen y provocar que otra vez la pobreza suba. En 2020, la crisis económica que provocó el Covid-19 elevó por primera vez en 20 años la pobreza en Chile. Ese año, subió de 8,6% en 2017 a 10,8%, lo que se tradujo en que 2.112.185 personas estaban en esa condición. El aumento, en esa medición, fue de 528.134 personas. A su vez, la extrema pobreza avanzó al 4,3%, lo que equivale a que 831.232 personas estaban en esa condición. En 2017 era el 2,3%.
Aunque los expertos coinciden en que los mayores precios pueden generar un efecto, ponen sobre la mesa para el análisis los ingresos que las personas siguen teniendo por el empleo, ya que si bien el mercado laboral se ha ido deteriorando, la economía sigue generando puestos de trabajo, lo que podría contrarrestar el impacto negativo de la inflación. A ello se suman los ingresos que las familias reciben de parte del Estado, ya sea a través de subsidios permanentes o bonos ocasionales, que también inciden a la hora de medir la pobreza.
Paulina Henoch afirma que la línea de la pobreza ha aumentado y el ingreso de las personas ha subido en menor medida. “Si sólo se evaluarán estos dos elementos, claramente la incidencia en la pobreza es más directa”. No obstante, añade que “pueden existir otros elementos que podrían contrarrestar este efecto, como el empleo o la entrega focalizada de ayuda a través de la política social”.
Henoch argumenta que “es muy posible que en este momento el mayor costo de la canasta básica de alimentos haya incidido en el mayor valor de la línea de la pobreza. Esto no ha sido contrarrestado con un aumento en el ingreso de los hogares”. Es más, acota que “de acuerdo con los datos del INE, en los últimos 12 meses (a octubre) los salarios reales acumulan una caída de 1,7%”.
Sin embargo, subraya que “sería muy positivo que el mercado laboral lograra contrarrestar el alza que está presentando la línea de la pobreza. Lo importante será observar qué está pasando con el empleo en los hogares que superan por poco el umbral de ingreso que fija la línea de la pobreza”.
Ortiz entrega otras variables a considerar: “Los registros de las remuneraciones nos permiten conocer mes a mes la evolución de los salarios en el sector formal, pero eso constituye sólo una parte del total del empleo”. Además, asevera que “para el ingreso monetario es necesario saber la dinámica de los ingresos no laborales provenientes de otros factores de producción, así como las transferencias monetarias por medio de subsidios, entre otros”. Por lo tanto, puntualiza que “es fundamental saber qué ocurre con los ingresos monetarios y, por lo mismo, es incierto el resultado final en cuanto al número de personas en situación de pobreza”.