El panorama en varias playas de Chile después del verano es similar: Basura, aguas contaminadas y un importante saldo en robos.

Si bien en muchas comunas se ha mejorado esta situación, acaba de arribar a Chile algo que podría ayudar. Se trata de "BlueFlag", un programa mundial de certificación y mejoramiento sustentable de playas que ya ha intervenido más de 4.000 lugares en 50 países, siendo Chile el tercero de Sudamérica. Este sello, avalado por la ONU, la Unesco y la Organización Mundial de Turismo, comenzará a analizar algunas playas (mar y lagos) de nuestro país.

El modelo de BlueFlag propone un trabajo conjunto que involucra a actores públicos y privados, como a las comunidades en la gestión de sus playas, abriendo oportunidades para el desarrollo local y turístico.

Se basa en 4 pilares: información, educación ambiental, gestión ambiental y, seguridad y servicios, de los cuales se desprenden 33 criterios, como calidad del agua, limpieza, programas educativos ambientales, protección de ecosistemas en peligro y accesibilidad para personas con discapacidad, entre otros.

Una vez alcanzados los estándares, la playa obtiene la certificación BlueFlag y puede alzar la "bandera azul", la cual ya se ha consolidado como una eco-etiqueta mundialmente reconocida por los turistas.

"Una playa BlueFlag garantiza ciertos estándares valorados por sus usuarios, lo que trae enormes beneficios y activa un círculo virtuoso en las localidades que son parte de este programa", comenta a Antonio Hirane, director de BlueFlag Chile.

En nuestro país, la Fundación EducaRSE es la entidad que representa localmente a la Fundación Europea de Educación Ambiental (FEES), que creó BlueFlag en 1987.

Para hacerse una idea, 74% de los países Ocde tienen certificación BlueFlag, cifra que aumenta a 89% si dejamos de lado los países mediterráneos (sin mar). A nivel global, España encabeza la lista con más playas sustentables.

Aterrizaje local

BlueFlag Chile se encuentran en etapa de conversaciones con diversas entidades del mundo público y privado para la implementación de un piloto de 5 playas para el 2019 y ya cuentan a nivel nacional con el patrocinio de los Ministerios de Medio Ambiente y Economía, además de la Armada. "Esperamos ver operando este programa prontamente en distintas playas de nuestro territorio, con todos los beneficios que esto implica", dice Hirane,

La recertificación es año a año, lo que necesariamente implica un trabajo continuo en el tiempo y el compromiso permanente de las comunidades y actores involucrados. Por eso, según el director de BlueFlag Chile, "El cuidado y uso sostenible de las playas es algo continuo. Si las vamos a limpiar un día al año, no estamos trabajando en resolver el problema".

Se estima que en Chile existen 896 playas/balnearios de 46 comunas que pueden tener, en un principio, la certificación. 860 son de mar y 36 de lagos. Lo más posible es que el proceso comience por playas de Viña del Mar, al ser una comuna icónica, así como por el Litoral de los Poetas, donde Punta de Tralca sería el símbolo. A nivel lacustre, el foco estará puesto en las playas de los lagos Villarrica y Llanquihue, debido al impacto que han sufrido en los últimos años. "Pero la idea es entusiasmar a otras comunas del país y que se entienda que la certificación puede ser para cualquier tipo de playa", dicen desde BlueFlag Chile.

De hecho, justo hace unas semanas, se publicó en el Diario Oficial una modificación legal que endurece las multas por ensuciar playas y el Ministerio de Bienes Nacionales lanzó la campaña "Que no te falte playa", para educar a la ciudadanía sobre su derecho a acceder de manera gratuita a todas las playas del país.

La nueva protección de playas, ríos y lagos que tiene nuestro país

El 10 de diciembre, se publicó en el Diario Oficial la ley- impulsada por el Ministerio de Bienes Nacionales -que modifica el Código Penal, para castigar con multas que van de 1 a 4 UTM, a quienes ensucien, arrojen o abandonen basura, materiales o desechos de cualquier índole en playas, riberas de ríos o de lagos, parques nacionales, reservas nacionales, monumentos naturales o en otras áreas de conservación de la biodiversidad declaradas bajo protección oficial.

"Es muy necesario crear la conciencia de que todos somos responsables del medioambiente y de los bienes nacionales de uso público. Este cambio en la legislación se hacía necesario producto de la contaminación que, lamentablemente, hemos visto durante mucho tiempo en espacios que nos pertenecen a todos", dijo el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, al momento de publicarse la norma.

La fiscalización corresponde, en el caso de ríos, lagos y parques a Carabineros de Chile, que tiene atribuciones para realizar control de identidad y cursar partes.

Mientras, en el caso de las playas, la fiscalización corresponde a la Armada. La tramitación puede comenzar por medio de una denuncia ante Carabineros o haberse cometido en situación de flagrancia.