Los efectos de las profundas transformaciones globales continuaron su impacto en Chile durante 2018. El cierre de Maersk por falta de competitividad local, el de la revista Cosas porque ya no era rentable en formato impreso y no hizo su oportuna transformación digital, la salida de Santander de Transbank para acelerar la evolución de los medios de pago en Chile, la compra de Cornershop por Wallmart para asegurar su crecimiento en la región, y la compra de Lineo por Falabella para potenciar su propio marketplace, son sólo algunos ejemplos de los efectos que los cambios tecnológicos y sociales están provocando.
Los líderes lo saben. De acuerdo con el Índice de Madurez Digital Virtus 2018, 9 de cada 10 líderes dicen entender el grado de urgencia que pone la digitalización, aunque sólo el 50% entiende la profundidad del cambio que ésta implica.
Y es que, en este mundo de gran volatilidad y cambio, muchos líderes tradicionales se sienten perdidos e inseguros, lo que los puede llevar a la paralización y a la reacción, en vez de a la acción proactiva.
Las instituciones están bajo una creciente amenaza y sólo movilizándose veloz y adaptativamente HOY, podrán asegurar su rentabilidad de corto plazo y su sustentabilidad a futuro.
En particular, según nuestro Índice de Funcionamiento de Directorios, las mesas directivas de empresas presentan 4 áreas inmediatas de mejora para comenzar su transformación:
-Asegurar el talento y las capacidades digitales necesarias para competir, partiendo por el Directorio, incluyendo elementos básicos de canales digitales, advanced analytics, machine learning e inteligencia artificial.
-Abordar de manera ágil y urgente el desarrollo de la estrategia, equilibrando el foco casi absoluto que dedican hoy a materias de control y compliance. Esto implica conocer profundamente y empatizar con el cliente, enfocarse en él y desarrollar soluciones concretas, iterando con prototipos rápidos y baratos.
-Desarrollar una cultura adaptativa, de pensamiento crítico y de acción, promoviendo la innovación, la diversidad y la colaboración, tanto dentro de la compañía como con el ecosistema de negocios que la rodea, accionando de manera continua nuevos productos y soluciones pragmáticas a través de metodologías como design thinking, lean startup o agile.
-Hacer a la empresa parte de la comunidad y trabajar con los stakeholders relevantes, fortaleciendo así el capital social y reputacional de la empresa y dando a todos un sentido de propósito trascendente.
¡Así comienza el 2019! Sólo queda prepararse urgente pero inteligentemente para lo inesperado.