El presidente Andrés Manuel López Obrador cargó este viernes contra agencias calificadoras de riesgos tras los recientes dictámenes sobre la deuda soberana de México y de Pemex, por considerar que su metodología deja fuera la variable de la corrupción.
Y es que Fitch se convirtió el jueves en la primera agencia en reducir la calificación crediticia de la petrolera estatal Pemex a la categoría de basura al cambiar la nota de grado de inversión a grado especulativo, un día después de que rebajara la calificación de México.
Mientras que Moody's cambió su perspectiva sobre Pemex a negativa desde estable, también un día después de que su panorama sobre México se ajustara a negativo. "No estamos de acuerdo con los dictámenes de las calificadoras (...) Están utilizando una metodología caduca, es una metodología del periodo neoliberal, que no incluye la variable corrupción, entre otras cosas", dijo el presidente.
El mandatario y otros funcionarios han cuestionado a las calificadoras argumentando que en el pasado no tomaron en cuenta, por ejemplo, que la deuda financiera de Pemex se disparó un 75% durante el gobierno previo, cuando además estallaron denuncias de presuntos casos de corrupción en la petrolera.
Su gobierno ha anunciado una serie de medidas para sanear las finanzas de la empresa -con una deuda financiera de US$106,500 millones-, que van desde inyección de capital, rebaja de la carga fiscal y refinanciamiento de deudas.
"Desde luego, respetamos sus puntos de vista, pero sentimos que no son profesionales, que no fueron objetivos, y que tan es así, que Pemex no tiene ningún problema para reestructurar su deuda. Ninguno. Sobran ofertas", dijo.
Pemex y el gobierno no han hablado hasta ahora de reestructurar deuda sino de refinanciar. La petrolera dijo el jueves en un comunicado que consideraba excesivamente severa la conclusión de Fitch Ratings, pero que respetaba su opinión.