Los 5 efectos y riesgos de la guerra en Ucrania que contaminan la agenda económica del gobierno
Un menor crecimiento económico, una mayor tasa de inflación, más presiones por gasto fiscal y nuevos retiros previsionales, una mayor prudencia a la hora de avanzar en las reformas y el riesgo de un default en Rusia, son temas de alta sensibilidad derivados de los efectos del conflicto armado en Ucrania, según muchos expertos.
Tras poco más de dos semanas de los duros efectos económicos mundiales generados por la invasión de Rusia a Ucrania, el mercado chileno ya comienza a internalizar las consecuencias y riesgos del conflicto bélico en la ambiciosa agenda económica del nuevo gobierno.
Si bien el calibre de los efectos para el mediano plazo depende de la duración de la guerra, los expertos anticipan que este año será inevitable que la crisis de Ucrania contamine o ponga en riesgo la planificación y prioridades de Hacienda en materia económica, debido a la escalada inflacionaria y su impacto en los combustibles y alimentos, el menor crecimiento en 2022, y el riesgo de un default en Rusia. Los economistas creen que podrían desencadenarse mayores presiones por gasto y una eventual revisión sobre la gradualidad de las reformas.
Inflación y alzas en alimentos y combustibles
A juicio de los analistas no existe un efecto más doloroso en la población que las alzas de precios como la de los alimentos y combustibles, por lo que la agenda del gobierno debiese verse permeada inevitablemente por el factor inflacionario.
Para Michèle Labbé, economista jefa de Dominus Capital, tanto los precios de los granos como el trigo y de los combustibles van a seguir subiendo en el corto plazo, independiente de si la guerra en Ucrania termina prontamente, dados los problemas logísticos y de oferta generados. “A la gente hay ciertas cosas que le molestan mucho, como las alzas en el precio de la gasolina, del pan, la inflación y el empleo. Esos son detonantes del malestar social”, afirma.
Claudio Soto, economista jefe de Banco Santander, coincide. Sostiene que, en el corto plazo, la crisis le pone presión adicional a una inflación que ya estaba muy elevada. “Eso ha estado impulsando al alza las tasas de más corto plazo, lo que implica un estrechamiento de las condiciones financieras (...) La agenda económica del gobierno deberá tener en cuenta este nuevo escenario, considerando que las alzas en la inflación tienen un impacto muy severo en la población más pobre y un menor crecimiento dificultará la recuperación del empleo”, explica.
Menor crecimiento
Los cálculos del gobierno y de la mayoría de los analistas para el crecimiento económico de este año se han visto deteriorados. De hecho, la última encuesta de Expectativas Económicas del BC ya comienza a internalizar una mayor desaceleración económica para este año: los expertos redujeron su estimación de expansión del PIB a 2%, desde el 2,1% previsto el mes anterior. Los economistas prevén que ese pronóstico seguirá bajando con el correr de los meses. “El reciente conflicto geopolítico tiene un impacto relevante a nivel global y, por ende, también en Chile. Si bien existe un alto grado de incertidumbre sobre el desenlace final de este proceso, al menos es posible anticipar que habrá un alza adicional en la inflación y riesgos a la baja en crecimiento (...) un escenario de mayor IPC y tasas de interés, junto a riesgos de crecimiento, marcan un escenario aún más complejo y desafiante no sólo en lo económico, también en lo político”, afirma Rodrigo Aravena, economista jefe de Banco de Chile.
Hermann González, coordinador Área Macroeconómica de Clapes UC, asegura que, dado este escenario de mayor deterioro, la gestión y la planificación que tenía el nuevo gobierno será más compleja. Explica que estamos frente a un escenario en que el empleo aún no se recupera y con proyecciones de crecimiento muy bajas y caídas de la inversión. “Con la guerra tendremos nuevas presiones inflacionarias, tasas de interés más altas, una mayor incertidumbre y riesgos a la baja en el crecimiento. En consecuencia, parte de los esfuerzos de las nuevas autoridades deberán destinarse a enfrentar este escenario, lo cual incluye reducir focos de incertidumbre, impulsar la creación de empleos y contribuir junto con el sector privado a recuperar la inversión y el crecimiento económico. Ciertamente, se hace más compleja la gestión en un escenario como este”, sostiene el economista.
Desde Nueva York, el economista jefe para el Cono Sur de JP Morgan, Diego Pereira, plantea que habrá mayores presiones inflacionarias y menor crecimiento derivado de este shock negativo de oferta generado por la guerra. “En cuanto al crecimiento, el choque de oferta negativo genera una reducción del crecimiento global y los socios comerciales, por lo tanto, menor crecimiento esperado para Chile, a pesar de los precios del cobre”, complementa el experto.
Presiones fiscales y nuevos retiros
Si bien la agenda de Hacienda no contempla nuevos retiros desde los fondos de pensiones, ni desviarse de la meta de recuperar la salud fiscal del país con celeridad, el complejo cóctel de bajo crecimiento, alta inflación y los efectos directos sobre los precios de los alimentos y combustibles, ponen en riesgo los planes de la autoridad.
“Es la combinación de estas alzas y el impacto en el costo de vida de los hogares lo que tiene el potencial de generar descontento y, en consecuencia, provocar presiones políticas por implementar medidas paliativas que significarían, eventualmente, una mayor presión sobre el gasto. Tampoco se puede descartar que el aumento de la inflación sea usado como una excusa para promover nuevos retiros de fondos previsionales, en cuyo caso, el gobierno deberá desplegar todas sus capacidades para tratar de frenarlo”, precisa Hermann González de Clapes UC.
Para Michèle Labbé ese riesgo es altísimo. Explica que en un escenario de mayores alzas de los precios del pan y de la gasolina, es probable que desde el Congreso se levanten iniciativas como mayores bonos para la población y un nuevo retiro desde las AFP. “Vas a tener la presión de la calle por el precio del pan, por la inflación y las gasolinas. Adicionalmente, tienes que ajustarte el cinturón, porque la inflación no va a permitir realizar todos los gastos que querías realizar”, afirma la economista jefa de Dominus Capital.
¿Impacto en reformas?
Aunque al interior del gobierno han destacado la necesidad de gradualidad y consensos en las reformas, especialmente en materia tributaria, los expertos creen que la guerra en Ucrania agrega una nota de mayor cautela sobre cómo enfrentar los cambios estructurales prometidos.
“Cualquier reforma debe considerar todos los efectos que genera y, por tanto, cuidar de no generar costos indeseados. Esto será particularmente relevante en la coyuntura económica actual. Por lo mismo, deberán graduarse adecuadamente los tiempos de implementación y tratar de limar las aristas que sean más perjudiciales para el crecimiento y el empleo”, afirma Claudio Soto, de Santander.
Diego Pereira, de JP Morgan, recuerda que tanto los mensajes del Presidente Boric como del ministro Mario Marcel han apuntado a gradualidad en las reformas y con intención marcada en crear mayorías que sustenten los cambios para evitar desajustes económicos y disminuir la incertidumbre. Sin embargo, sostiene que “la naturaleza del shock global acentúa aún más la necesidad de reducir incertidumbres, dado que sugiere menor crecimiento global, reforzando la dinámica local. Sin crecimiento, la recaudación esperada por la elevación de la carga tributaria será menor a la prevista y, por lo tanto, tendremos mayores déficits fiscales y niveles de deuda”.
Para Hermann González el shock externo hace más necesario ser prudente con el proceso de reformas, especialmente en aquellas que podrían impactan negativamente a la inversión y al empleo. “Si se adopta una mayor gradualidad o se moderan los cambios, esto será bien recibido por los mercados y por los inversionistas, pero veremos si una decisión como esta tiene el apoyo político necesario de la coalición de gobierno. En consecuencia, veo más bien que este nuevo escenario hace necesario la moderación en los cambios”, concluye.
Posible default en Rusia
La posibilidad de que Rusia caiga en default de su deuda producto de las poderosas sanciones que ha decretado Occidente en las últimas semanas y que ha sido alertada por las clasificadoras de riesgo, ha generado preocupación en círculos de gobierno por sus efectos en mercados emergentes como el chileno.
Sin embargo, los economistas ponen “paños fríos” a los efectos posibles de una caída de Rusia. Mientras Michèle Labbé de Dominus Capital cree que las consecuencias serían acotadas, dado el menor tamaño de Rusia en la economía mundial y las razones coyunturales (conflicto y sanciones) que están en juego, Rodrigo Aravena, del Banco de Chile, afirma que los efectos directos sobre Chile no son de primer orden, aun cuando sí existiría un impacto negativo en variables financieras, pero en línea con el mundo emergente.
“Sin duda que un default en países de mayor tamaño (como son los miembros del BRICS) es una mala noticia, que reduce el apetito por riesgo. En escenarios de este tipo, es usual ver aumentos de precios en algunos commodities, caídas en bolsas y menores tasas en dólares en Estados Unidos (...) Es difícil pensar que esta situación tenga efectos particularmente fuertes en Chile en esta materia”, concluye Rodrigo Aravena, economista jefe de Banco de Chile.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.