Los avatares de un año bipolar para CAP
2023 fue un año extraño para la compañía minera y acerera. A septiembre acumulaba millonarias pérdidas, pero en las últimas semanas del año su acción se disparó, devolviendo el ánimo en la empresa y el mercado. Pero la alegría tuvo corta duración, porque en la primera semana del nuevo año anunció el cierre de una línea productiva en Huachipato que pone de nuevo en tela de juicio la continuidad de la siderúrgica.
CAP ha sido una montaña rusa en el último año. Es cosa de ver el comportamiento de la acción de la compañía minera y acerera para darse cuenta. Si hasta mediados del 2023 sufría duras pérdidas por una mezcla de bajos precios del mineral de hierro y del acero, después levantó alertas por un eventual cierre de la Siderúrgica Huachipato, producto de la desafiante competencia extranjera.
Pero más a final de año, los ánimos cambiaron, sobre todo porque el negocio minero repuntó, lo que provocó una violenta escalada accionaria, que entusiasmó a ejecutivos, trabajadores y sobre todo al mercado. Una alegría que se extendió por los primeros días del nuevo año, pero que acabó el pasado jueves, cuando la empresa anunció la paralización de una línea productiva en la planta de Talcahuano, que reabrió la amenaza de despido de trabajadores.
A inicios del año pasado, la acción de CAP navegaba entre los $6.800 y los $7.300. Tras entregar pobres resultados del primer trimestre, cayó en mayo a los $5.500. Y pese a ciertos repuntes de mediados de año, se volvió a hundir en octubre, cuando planteaba los riesgos de cierre de su complejo acerero Huachipato y daba a conocer sus estados financieros a septiembre, hasta un mínimo de $4.875. Desde allí, vino una escalada que lo hizo superar sus máximos de 17 meses, llegando a más de $7.600.
“Estamos cerrando un año desafiante en el que hemos trabajado duro en los pilares estratégicos que nos permitirán mejorar las perspectivas de los negocios de acero y soluciones de acero, pero también ha sido un excelente año para nuestro brazo minero CMP, con producción récord”, resumió el gerente general de CAP, Nicolás Burr, a Pulso.
Aunque el movimiento bursátil de una acción habla más de futuro que de pasado, es poco común que una empresa que en un año muestre pérdidas, que a septiembre sumaban US$163, suba tan violentamente como lo hizo CAP en la última parte del año anterior. Desde el 23 de octubre hasta el 3 de enero, el papel subió un 56,3%, comparado con el Índice de Precios Selectivo de Acciones (IPSA), el principal indicador de la bolsa, que se elevó un 18,6%.
“Este trimestre ha sido muy bueno para CAP, con excelente rentabilidad, principalmente por el alza del precio del hierro”, comenta Marcelo Catalán, subgerente de Estudios de BCI Corredor de Bolsa.
Qué es CAP hoy
CAP se autodefine en su sitio web como el principal productor de mineral de hierro y pellets de la costa americana del Pacífico, y el mayor productor siderúrgico y más importante procesador de acero de Chile.
Tiene entonces dos áreas principales de negocios: la minería, a través de la Compañía Minera del Pacífico, CMP, y la acerera, con la Compañía Siderúrgica Huachipato, que produce el acero, y Cintac y otras empresas, que desarrollan productos de acero. Su unidad más pequeña, infraestructura, tiene una planta desalinizadora, una transmisora eléctrica y cinco puertos, todos negocios que sirven a sus operaciones mineras.
En los primeros nueve meses del 2023, los ingresos operacionales del grupo CAP cayeron un 5,9% interanual a US$ 2.036 millones, mientras que su Ebitda (una medida de su flujo de caja operacional) disminuyó un 27,7% a US$484 millones.
CMP cuenta con cinco minas: Los Colorados, El Algarrobo y Cerro Negro Norte, en la Región de Atacama; El Romeral, en Coquimbo, e Isla Guarello, en Magallanes; dos plantas procesadoras en Copiapó (magnetita) y Huasco (pellets). A septiembre, produjo 12,7 millones de toneladas de mineral de hierro, un 7,6% más que en igual período del año anterior, y despachó 11,5 millones de toneladas, un 4,8% más.
En Huachipato, en tanto, los despachos de acero llegaron a 523 mil toneladas, lo que fue un 10,8% superior a las 472 mil toneladas vendidas en igual período de 2022.
Y en el negocio de productos de acero, con Cintac en Chile; Tupemesa, Calaminon y Sehover en Perú; TASA en Argentina, y Promet en Chile y Perú, los despachos cayeron un 5,4% interanual, hasta 208.300 toneladas, entre enero y septiembre.
Así, los pesos financieros de cada negocio son muy diferentes. A septiembre, los ingresos de la minería llegaron a US$1.219 millones, los del acero, a US$450 millones, los de soluciones de acero a US$404 millones, y los de infraestructura, a sólo US$80 millones. Y al revisar el Ebitda, el mineral de hierro aportó US$535 millones, el de productos de acero, US$35 millones, y el área infraestructura, US$43 millones. En tanto, la siderúrgica sufrió US$120 millones en pérdidas.
“Hoy la minería representa el 90% del negocio”, dice Catalán, de BCI Corredor.
Y es justamente este negocio el que explica el gran final de año que tuvo CAP. En especial, gracias al precio internacional del mineral de hierro, que desde agosto ha subido un 38,8%, con una escalada de casi el 22% sólo en los últimos dos meses.
Esta semana, los futuros de mineral de hierro 62% (el precio más utilizado en el mundo) rondaban los US$144 por unidad de tonelada métrica seca. En el 2022, el precio promedio fue de US$121,3 y el del 2023 estuvo en torno a los US$109,5, pero con un repunte al final.
El principal comprador de mineral de hierro de CAP y del mundo es China, que se lleva cerca del 75% del total. En estas últimas semanas, las perspectivas de mayor demanda del gigante asiático se han elevado gracias a medidas de Pekín para revitalizar su debilitado sector inmobiliario.
“Estamos implementando proyectos de optimización mineros que nos ayudarán a aumentar la producción (de hierro) en 2 millones de toneladas anuales para 2028 y trabajando en eficientar los costos de nuestra operación, preparándonos para afrontar de mejor forma periodos en que pueda haber una disminución en el precio del mineral de hierro”, comentó el gerente general de CAP.
Las corredoras, en todo caso, creen que el sorpresivo y veloz repunte de la acción de CAP está por expirar o ya acabó, por lo que han ido sacando de sus carteras recomendadas al papel.
“El precio del hierro 62% ha aumentado llegando a US$140/ton. Sin embargo, ante la incertidumbre del mercado inmobiliario en China y los resultados negativos del segmento de acero de la compañía, mantenemos al papel fuera de nuestras carteras”, dijo un informe de Inversiones Security. Lo mismo hicieron en BCI: “Podría subir más, pero en el margen”, estiman.
El riesgo siderúrgico
Mientras las alegrías vienen por el lado minero, el brazo siderúrgico no deja de sufrir.
CAP ha dicho que su unidad Huachipato acumula pérdidas por US$1.000 millones desde el 2009. Y culpa al mismo país que por el lado del hierro le da alegrías: China. Asegura que sus productos deben competir contra importaciones de acero subsidiado del gigante asiático, que en los últimos años ha aumentado sus envíos al exterior debido a la crisis de su sector construcción: como no tienen clientes en su mercado, salen a vender su acero al extranjero con precios que son inferiores a sus costos o al precio que lo expenden en sus propios países, es decir, aplican dumping, según CAP.
En septiembre pasado, CAP puso la voz de alerta al respecto. Dijo que, si las autoridades no aplicaban medidas en contra de estas importaciones, Huachipato estaba en riesgo de cerrar.
Por eso, el 30 de octubre, y a consideración del gobierno, la empresa solicitó a la Comisión Nacional encargada de investigar la existencia de distorsiones en el precio de las mercancías importadas (Comisión Antidistorsiones) abrir dos investigaciones de oficio en el mercado de barras y bolas de acero para molienda y pidió aplicar medidas antidumping como sobretasas arancelarias de hasta un 12% a las importaciones de barras y de hasta un 32% en bolas.
La petición fue acogida el 10 de diciembre por la comisión, que en 2017 ya le había aplicado medidas antidumping a las importaciones de barras china que produce CAP y en 2019, sólo para las bolas de acero.
Y aunque se preveía que el organismo estatal se pronunciaría en febrero al respecto, CAP no esperó a la resolución y envió una señal esta semana.
Mientras su acción tocaba máximos de un año y medio, anunció que paralizará la línea de producción Laminador Barras Talcahuano, que produce barras para molienda, con el fin de disminuir los costos de operación de Huachipato y que reducirá la producción del complejo en un 10% a partir de febrero.
Según el presidente del Sindicato 1 de Huachipato, Héctor Medina, 90 trabajadores podrían verse afectados, aunque dijo que la empresa les habría asegurado que serían reubicados o que, los que tuviesen la posibilidad, podrían jubilar anticipadamente. Sin embargo, una fuente de la compañía dijo que esto no es efectivo, que el número de afectados podría ser mayor y que no hay un compromiso de reubicación.
Junto con esta decisión de paralización de faenas, CAP Acero está llevando adelante un plan de eficiencia que busca reducir costos en hasta US$ 60 millones durante 2024 respecto a los costos que tenían en marzo de 2023.
En el área de productos de acero, pese a que no atraviesan por una situación crítica, también están por reforzarla. Por eso, ayer Cintac llamó a una junta extraordinaria de accionistas para aprobar un aumento de capital de US$ 80 millones, para reforzar una estrategia que busca focalizarse en la construcción de viviendas industrializadas.
La medida de suspender la línea productiva de laminados no gustó entre los trabajadores, pero sí en el mercado. La acción subió nuevamente ayer para cerrar la semana en $7.589, antes de que se conociera la capitalización de Cintac.
Accionistas muy conocidos y otros ocultos
Con esta reacción bursátil, los más contentos son obviamente sus accionistas, que han visto crecer su patrimonio en más del 50% en menos de dos meses.
El principal accionista de CAP es la sociedad holding Invercap, con 43,31%, y el segundo es la japonesa Mitsubishi, con 12,5%.
Invercap, a su vez, cuenta con una compleja red de accionistas que finalmente se traduce en dos familias que han dirigido la firma.
El socio mayoritario y que hoy tiene la presidencia de CAP es Juan Enrique Rasmuss Raier, hijo del accionista original Juan Rasmuss Echecopar y que a través de Inversiones Hierro Viejo posee el 39,3% del holding. Legalmente, hoy Rassmuss es el controlador de Invercap. Y, por ende, de CAP.
El segundo accionista es South Pacific Investments, representada por Roberto de Andraca Adriasola y propiedad de los herederos de quien fuera presidente de CAP por 30 años, Roberto de Andraca Barbas, que cuenta con el 12,36%. Luego está la Fundación CAP, una entidad sin fines de lucro creada por De Andraca y que preside Eduardo Frei Bolívar, que tradicionalmente se suma a los De Andraca en las elecciones de directorio y que tiene el 9,51%.
Después, están las sociedades Hanstan International, Inversiones Rand, Inversiones Analytica e Inversiones Mitzushiro Tooshi Kaisha, pertenecientes, según un artículo de El Mostrador, a la familia Reitich, otra tradicional aliada de los De Andraca, que suman 7,95%. Y luego está el grupo de sociedades Goran (Gorana 2, Goraned, Goraned 2, Goranef, Goranfe y Goranja 2), y la firma Syracuse S.A., que poseen un 5% y un 5,4%, respectivamente, y que, según su representante en Chile, el abogado Álvaro Mecklenburg, pertenecen a inversionistas extranjeros cuya identidad no revela.
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