Un claro reclamo hace Jair Bolsonaro cuando parte exponiendo en su sitio los lineamientos económicos de su eventual gobierno: "Brasil nunca adoptó en su Historia Republicana los principios liberales", aquellos que, desde su punto de vista, son "el mayor instrumento de generación de ingresos, empleo, prosperidad e inclusión social". Por eso, junto a su asesor y probable ministro de Hacienda, el Chicago Boy Pablo Guedes, está decidido a adoptarlos, de la mano de una serie de propuestas que pese a estar poco detalladas han sido música en los oídos del mercado.

Con las opciones por el suelo del postulante del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, de cara a la segunda vuelta del 28 de octubre, el análisis de los economistas tras los comicios del domingo se ha centrado en evaluar las posibilidades de que la agenda de Bolsonaro se abra paso en un súper poderoso congreso brasileño, ese que fue capaz de sacar a una Presidenta.

Y aunque el Poder Legislativo se interpuso en el camino del gobierno pro mercado de Temer, el panorama que enfrentaría el candidato de la ultraderecha es diametralmente diferente. El domingo tuvo lugar la renovación más amplia de la Cámara de Diputados en 20 años, con un total de 267 nuevos congresistas (52% del total), marco en el que destaca el avance del Partido Social Liberal, que pasó de tener un asiento, el del propio Bolsonaro, a un total de 52. En el caso del Senado, la tasa de renovación fue de 72%.

"En el Senado y en la Cámara Baja las fuerzas más conservadoras, más a la derecha, quedan con más expresión. Eso podría facilitarle la vida a Bolsonaro si es que llega a ganar las elecciones", sostiene a La Tercera Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs. Su opinión es compartida por los analistas de UBS, quienes en un informe aseguran que "si gana, la serie de resultados sorprendentes del domingo podría hacer que la tarea de formar mayorías operativas en el Senado y el Congreso, para aprobar medidas de reforma, sea mucho más fácil de lo esperado".

Déficit fiscal cero en 2019 y superávit en 2020

El ajuste fiscal, del que rehúye el petista Fernando Haddad, es un imperativo en el programa económico de Jair Bolsonaro. De hecho, el resto de las reformas se alinea son su objetivo de reducir el actual déficit fiscal de 1,3% a cero en 2019, aspirando a pasar a un superávit en 2020.

Las metas son posibles de alcanzar de acuerdo a Gustavo Segré, académico de la Universidad Paulista y socio de Center Group. "Ha dicho que va a recortar de 29 a 15 el total de ministerios, porque mucho se trata de gasto eficiente. Bolsonaro no tiene compromisos políticos, por lo que no requiere el uso de gastos públicos para pagar factores".

Por el contrario, Thomaz Favaro, director de Control Risk, cree que "es virtualmente imposible imaginar que un gobierno, fuera cual fuera, pueda llevar a cero el déficit fiscal en el plazo de un año". En ese marco, cabe destacar que el déficit, considerando los intereses de deuda está en 7,5%.

Privatizaciones con excepciones

Bolsonaro estima las privatizaciones, concesiones y la venta de propiedades de gobierno puede disminuir la deuda en 20%. Sin embargo, no todas las firmas públicas pasarían a manos de privados. "Desde mi punto de vista, las empresas estatales estratégicas no se privatizan: las que se basan en la energía, el Banco de Brasil, la caja económica y el núcleo Petrobras", indicó el candidato presidencial a principios de septiembre.

Para Ramos el plan es razonable, asegurando que "lo primero es lograr manejar las empresas estratégicas de forma eficiente y con objetivos comerciales. En los otros casos, donde no tiene sentido un manejo público, se puede privatizar o cerrar". Por su parte, Inhasz destaca que "la reducción del tamaño del Estado vía privatizaciones debe ser entendida como ganancia económica, pero el recurso obtenido con las privatizaciones debe ser utilizado de forma inteligente".

Capitalización individual en el sistema de pensiones

Paulo Guedes estuvo en Chile cuando se instaló el sistema de capitalización individual de pensiones. Hoy, ad portas de convertirse en el futuro ministro de Hacienda de Brasil, aspira a aplicar el modelo en su país, aunque como una alternativa para los ciudadanos y no como una obligación.

"Me parece que es una aspiración a mediano y largo plazo muy acertada. El problema es la transición, particularmente ahora que tiene un déficit fiscal enorme y una deuda bastante alta, de 77% del PIB", indica Ramos de Goldman Sachs.

Ante la falta de detalles de la propuesta, las dudas también asaltan a Juliana Inhasz, profesora de economía en la escuela de negocios brasileña Insper. "¿De dónde vendrá el recurso para cerrar las cuentas de aquellos que ya se jubilaron en el régimen anterior? Esta respuesta aún no ha sido dada por el candidato", indica.

Reforma tributaria al estilo Donald Trump

La reforma al sistema impositivo también ha estado comandada por Guedes, quien planea reducir las tasas actuales de 27,5% y 22,5% a 20 % y ampliar el actual límite de exención hasta cinco salarios mínimos (aproximadamente US$ 15.400 anuales), según consigna el diario local O Estado de S.Paulo, donde además calculan que las medidas implicarían una pérdida neta de recaudación para el gobierno de US$ 18.660 millones.

Pese a que bien podría resultar contraproducente en relación a las metas de déficit, Segré se muestra confiado con el plan. "Vas a tener menos impuestos, pero más actividad. Es el modelo de Donald Trump", asegura en función del estímulo que ha implicado para EE.UU. el recorte impositivo reciente.

Por otra parte, Inhasz destaca la idea de simplificar el sistema, dado que "facilita la comprensión del tributo y reduce la carga tributaria sobre los más pobres.