Ayer, el Presidente Piñera se reunió con los ministros Nicolás Monckeberg y Gonzalo Blumel para definir la estrategia ante el proyecto de oposición que baja la jornada laboral a 40 horas.
El apoyo ciudadano a la iniciativa liderada por Camila Vallejo (PC) -según se reflejó en la encuesta Cadem- fue uno de los factores que consideró el gobierno para reactivar su proyecto de adaptabilidad laboral. Así, en la cita se determinó ponerle urgencia suma e ingresar una indicación que busca reducir la jornada laboral a 41 horas promedio.
Las alarmas en el oficialismo se encendieron el lunes en el comité político al conocerse la encuesta Cadem. Ese día, dirigentes de Chile Vamos pidieron a los ministros que comunicaran "mejor" el mensaje presidencial y que el proyecto de la centroizquierda estaba ganando la "batalla comunicacional". De esta manera, la presión de Chile Vamos fue otro factor que tomó en cuenta La Moneda para iniciar una ofensiva, a lo que se sumó que ayer salieron algunos parlamentarios de RN a apoyar directamente la propuesta opositora y cuestionar al gobierno, mientras que otros si bien la respaldaron, también plantearon que se debe avanzar en concordancia con la idea matriz del proyecto del Ejecutivo.
"Mi gobierno ha perdido la sintonía fina con las demandas ciudadanas. Creo que tenemos que cruzar la frontera. Hay buenas ideas en la izquierda y en la derecha", dijo el diputado Gonzalo Fuenzalida. Asimismo, Ximena Ossandón sostuvo que "tenemos que aspirar a un ideal que sea llegar en el menor tiempo posible a las 40 horas", mientras que la diputada Francesca Muñoz dijo que "da la impresión que el gobierno está defendiendo a los grandes empresarios". Además, el senador Manuel José Ossandón comentó en Twitter que "nuestro bloque desprecia el proyecto #40horas sólo por ideología de su creadora".
En este contexto, desde el Presidente Piñera hacia abajo se comenzó a resaltar que la medida del Ejecutivo, al igual que la de Vallejo, reduce la jornada laboral, pero recalcaron que se trataría de una medida más "responsable" y que también permitiría "flexibilidad".
Desde el inicio, en todo caso, la ofensiva comunicacional del gobierno ha estado marcada por acusar que el proyecto de la oposición sería "inconstitucional". De hecho, eso fue lo que provocó los cuestionamientos en sectores de RN.
De todas maneras, el Mandatario emplazó ayer en EmolTV al Congreso a no aprobar la iniciativa de la centroizquierda y dejó abierta la opción de recurrir al Tribunal Constitucional. Más tarde, en Twitter insistió en que "nuestro proyecto compatibiliza trabajo, familia, estudios y preferencias" y que "se aplicará gradualmente y generará 350 mil nuevos empleos". Esto, agregando que "el otro mantiene rigidez y destruye empleos".