Si en 2020 los portafolios giraban en torno a mercados desarrollados y activos resilientes, para 2021, las estrategias tradicionales parecen poco viables para cumplir con las rentabilidades esperadas.
En un año marcado por el colapso sin precedentes de los mercados globales, seguido por una recuperación de los precios de los activos a una velocidad nunca antes vista, las decisiones de inversión deben considerar una amplia gama de potenciales escenarios.
Y es que si bien existe consenso en las expectativas de que la recuperación de la economía seguirá en marcha y cobrará mayor fuerza cuando se implementen las vacunas, el camino será gradual y no estará exento de contratiempos. (Ver gráficos)
El panorama para los inversionistas es desafiante, pues deberán lidiar con un mundo de tasas de interés en niveles mínimos, los riesgos en torno a la evolución de la pandemia, la distribución de las vacunas, y un ritmo de recuperación que dependerá de la capacidad monetaria y fiscal de cada economía.
“El entorno de bajas tasas de interés podría actuar como un viento a favor para los activos de riesgo, a través de la mayor demanda de los inversionistas, quienes enfrentan una difícil elección: aumentar su exposición al riesgo o reducir sus objetivos de rendimiento”, dice PIMCO.
Rotar hacia emergentes
En un contexto de reactivación económica, bajas tasas de interés y políticas de estímulos monetarios y fiscales, los activos emergentes toman la posta. Esto, además de la continua debilidad del dólar a nivel global. Si bien el apetito por activos emergentes comenzó en noviembre del año pasado, JP Morgan considera que aún existen atractivas oportunidades de inversión para comenzar 2021 con buen pie. “Favorecemos una asignación en favor al riesgo en nuestra cartera de modelos de acciones de mercados emergentes y comenzamos a navegar 2021 con una estrategia enfocada en impulsores benignos: crecimiento del PIB global por encima de la tendencia y margen para mayor debilidad del dólar”, indica el banco de inversión.
A lo anterior se suman los avances en las vacunas contra el coronavirus, lo cual eleva con fuerza el atractivo de aquellos mercados más castigados por los inversionistas en los inicios de la pandemia.
“Vemos atractiva valorizaciones en las acciones de mercados emergentes respecto a los mercados desarrollados: las acciones emergentes podrían subir más de 20% frente a las acciones de economías desarrolladas. Además, creemos que existirá un alto el fuego en el rendimiento excepcional que venían apuntando las acciones de EEUU. Esto, a causa de la debilidad del dólar y la disminución de la prima del riesgo geopolítico, lo que ofrece una oportunidad para asignar una porción relevante de exposición hacia renta variable emergente”, agrega el banco de inversión norteamericano.
Otros ven oportunidades en Asia -sin considerar Japón-, mientras que para el mercado local, luego de tres años de rendimiento negativo, podría ser la oportunidad de ver un desempeño en azul.
Ganancias de empresas
Si bien los datos económicos respaldan el optimismo de una recuperación en el primer semestre del año, el desarrollo de la pandemia se mantiene como el principal foco de riesgo. Esto mantendrá la volatilidad en los mercados, que fluctuarán al ritmo de las noticias sobre el control de la pandemia y la distribución de las vacunas. Sin embargo, los bancos de inversión mantienen la fe en el mercado de acciones. ¿La razón? Además de los bajos rendimientos en el mercado de renta fija, la reactivación de la economía impulsará las ganancias de las compañías, lo cual entrega espacio para mayores alzas en el mercado de acciones.
“En 2021, esperamos que la recuperación inicial del ciclo de la economía global proporcione un viento a favor para los activos de riesgo. Seguimos sobreponderados en acciones y hemos agregado exposición selectiva a sectores más orientados al ciclo económico, incluidos industrial, materias primas, los semiconductores, y bienes de consumo duraderos. La recuperación de la actividad y la mejora continua de las ganancias corporativas deberían respaldar un repunte de los activos cíclicamente sensibles, que han quedado significativamente rezagados respecto a los líderes del mercado, como las grandes tecnologías, brecha que comenzó en marzo cuando los mercados tocaron fondo. Buscamos activamente oportunidades para capitalizar este tema, pero seguimos siendo muy selectivos sobre dónde obtenemos la exposición cíclica deseada”, afirma PIMCO.