Los mecanismos de control del INE en el cálculo del Índice de Precios al Consumidor

En el ojo del huracán se encuentra por estos días el cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), luego de la denuncia realizada por el INE de "indicios de manipulación" en dos meses: agosto y septiembre del año pasado.

Según el Manual Metodológico del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del ente estadístico, además de detalles adicionales obtenidos por PULSO, están establecidos de manera estricta los plazos, frecuencias, horarios y validaciones del proceso de construcción del indicador, siguiendo además los estándares internacionales de instituciones como la OCDE, FMI, Banco Mundial y la OIT.

El IPC consta de 12 divisiones, con 303 productos y servicios. Se construye con los datos de las capitales regionales y zonas conurbadas de las 16 regiones del país. Los precios, según el manual del INE, se obtienen de dos formas: directamente en los puntos de compra; y de manera centralizada cuando son idénticos, fijados por una matriz o servicios regulados.

En materia de frecuencia, los bienes y servicios con precios más volátiles se recogen de una a cinco veces en el mes y, por el contrario, de manera anual los que se modifican en ese período (como los ligados a educación). La recolección se realiza las primeras tres semanas del mes (desde el día 1 al 21), con excepción de los combustibles (cinco recolecciones si el mes tiene esa cantidad de semanas), frutas y verduras frescas (cuatro recolecciones en el mes), bebidas alcohólicas y alimentos no perecibles (dos recolecciones en el mes).

Los horarios también están definidos. Por ejemplo, en el caso de alimentación, entre las 9 horas y hasta el mediodía, con énfasis en las ferias libres y restaurantes.

Según quienes conocen el proceso, se trabaja con bases de datos cerradas y computadores seguros, que registran paso a paso los cálculos, usuarios y horarios de acceso. Además, los equipos realizan validación por separado de los mismos datos, que luego se comparan y deben coincidir hasta el decimal 13. Es en este proceso, según algunas versiones, donde se habrían detectado los indicios de manipulación, aunque otras fuentes lo dificultan precisamente por su estructura.

Este proceso consta de 4 etapas. Primero, se valida la información, donde una parte de los formularios de recolección de precios son revisados por supervisores, para asegurar que todos los campos obligatorios están completos y que exista coherencia en los datos.

Posteriormente, se valida la digitación de los datos y el ingreso de la información para evitar errores de transcripción. Posterior a eso, la base de datos se somete a criterios de validación que detectan los casos anómalos o volatilidades inusuales.

Por último, se realiza una validación longitudinal de toda la información recolectada en un mes, una vez terminadas las validaciones anteriores. Aquí se busca detectar los denominados outliers, que son observaciones donde la diferencia entre precio real y precio estimado arroja valores excepcionalmente lejanos del resto de la muestra y distorsionan la muestra. En ese caso, se aplica un "panel de outliers" donde se excluyen los valores anómalos.

Esto se hace, a través de análisis estadísticos intercuartiles, para detectar outliers en la información semanal de precios, comparándolos con los de la semana anterior, y gráficos, para detectar casos que presentan un comportamiento anormal. Además, semanalmente la información procesada se depura y valida, con la revisión de precios que están fuera del rango de +/- 20%, lo que implica volver a revisar la información de los formularios de recolección de precios, realizar consultas al encuestador y/o visitar nuevamente la fuente; y finalmente mediante representatividad, que analiza si la distribución estadística de las proporciones de precios no difiere significativamente de la distribución de la muestra.

Cuando todo esto se logra, recién el dato de IPC está listo para ser publicado.