Para un metal que está intrínsecamente ligado al crecimiento económico, el cobre ha tenido unos meses espectaculares. Con un incremento del 50% desde el mínimo de marzo, el metal rojizo ya ha recuperado con creces lo perdido inicialmente por la pandemia. A pesar de las perspectivas mundiales inciertas a medida que se propaga el coronavirus, los precios se mantienen cerca de un máximo de dos años.

¿Se ha llegado a un límite?

El rally ha tenido dos motores principales y ambos podrían ser de corta duración. Primero, los trastornos en las minas sudamericanas gigantes que luchan contra brotes de coronavirus han sofocado la producción y suscitado preocupaciones por el suministro. Esto se suma a una intensa actividad de compras en China a medida que el mayor consumidor mundial de materias primas emerge del bloqueo. Datos del martes muestran que las importaciones chinas de cobre alcanzaron un récord el mes pasado.

Sin embargo, los alcistas del cobre mantienen que el metal no depende solamente de un soporte temporal. También hay una atención creciente a las consecuencias a largo plazo para el mercado a medida que los Gobiernos de todo el mundo introducen paquetes de apoyo sin precedentes para proteger sus economías de las consecuencias de la pandemia.

Los comerciantes, incluido Trafigura Group, dicen que los compradores chinos se abastecieron con rapidez en abril y mayo. Con el repunte de los mercados de valores, el ánimo entre los operadores chinos sigue siendo optimista, incluso si el aumento de las importaciones es difícil de superar.

“El mercado ha malinterpretado un poco el panorama de la demanda de este año”, dijo Eric Liu, director de negociación y análisis de ASK Resources Ltd., un comerciante de cobre con sede en Shanghái. “Con una disminución de la liquidez a nivel mundial y el estímulo activo de China, el consumo ha aumentado”.

Para algunos, los argumentos fundamentales de oferta y demanda para un alza de los precios del cobre a corto plazo ya se reflejan en el mercado, dejando poco margen para un avance. Por ejemplo, los futuros disminuyeron el martes a pesar de los enormes datos de importación chinos.

“Todos los factores alcistas han están incluidos en el precio en gran medida”, dijo Harry Jiang, presidente de la división de negociación de Jinchuanmaike Metal Resources Co. en Shanghái. “La demanda china se está debilitando, aunque no será una fuerte caída ya que la inversión en infraestructura lo compensará”.

Con la aparente demanda de cobre de China en tales extremos, existen algunas preocupaciones de que el sorprendente avance pueda quedarse sin fuerza. Los comerciantes dicen que el mercado físico está comenzando a responder de manera previsible, con un impacto en la demanda por los precios altos y un repunte de la oferta de cobre a medida que los comerciantes de chatarra comienzan a sacar provecho.

“El mercado está contabilizando una recuperación de la demanda y un desastre en la oferta” dijo Vivienne Lloyd, analista de metales industriales en Macquarie, por teléfono desde Londres. “Eso es como tenerlo todo”.