La cara visible de Metro sin duda son los 149 kilómetros de rieles y las 143 estaciones que conectan 27 comunas del Gran Santiago. El transporte de pasajeros, que llegó a casi 600 millones de viajes en 2023, es su principal fuente de ingresos: las tarifas generan cerca del 84% del total de las ventas que contabiliza año a año la firma estatal. Sin embargo, tiene otros negocios, aunque con un menor protagonismo.
El 16% restante de las ventas de Metro corresponden a ingresos no tarifarios, lo que incluye arriendos de espacios en general, ya sea para publicidad o para cajeros automáticos, de túneles para instalación de fibra óptica, o de inmuebles comerciales. Este último representa apenas un 4% de los ingresos totales. Y si bien es una baja proporción, ayuda a rentabilizar los espacios libres de las instalaciones.
“Todas las líneas se diseñan de manera tal de poder ofrecer servicios complementarios en las estaciones (...) Hoy día los servicios que ofrecemos en las estaciones también cumplen un rol de poder atender a las necesidades de las comunidades. Muchas veces tenemos en alguna zona un 20% o hasta un 30% de personas que entran a una estación no entran para viajar, sino porque hay un cajero automático, una panadería, una farmacia, alguna tienda de conveniencia”, explica el gerente general de la compañía, Felipe Bravo.
Los arriendos comerciales en Metro tienen poca rotación y la ocupación se ha ido recuperando poco a poco de los efectos de la pandemia. Actualmente, la tasa llega a un 90%. La mayor parte de los locales entran precolocados, según explica Bravo, antes de que se inicien las operaciones de los nuevos proyectos.
“En el caso de la extensión de la Línea 2 y de la Línea 3, que son las que inauguramos el año pasado, yo te diría que logramos colocar el 60% o 70% antes de la inauguración”, afirma el ejecutivo, quien agrega que la meta es abrir las estaciones futuras con todos sus locales funcionando.
“Es un desafío para el cual hay tiempo todavía para la línea 7, porque se inaugura en el año 2028. Los equipos ya están trabajando en la propuesta comercial asociada a los locales comerciales que va a haber en esa línea. Hay mucho interés, pero también buscamos que haya un equilibrio. Obviamente en Vitacura, Las Condes y Providencia son muy atractivas comercialmente, pero buscamos proveer también de servicios a las comunas de Renca, Cerro Navia y Quinta Normal”, dice Bravo, un ingeniero civil industrial que lleva más de 28 años en la compañía.
Aún no hay una estimación de cuántos locales comerciales se crearán con las nuevas líneas. Pero hay además de los nuevos tramos de las líneas del Metro otros espacios donde la estatal podría levantar nuevos arriendos comerciales. Por ejemplo, en los terrenos anexos a las estaciones.
Los terrenos residuales
“Hoy día tenemos del orden de 60 terrenos y con las líneas 8 y 9 vamos a tener probablemente cerca de 80 terrenos, que son terrenos que nosotros llamamos residuales. Son terrenos pequeños de 600, 800 metros cuadrados que quedan en el entorno de nuestras estaciones”, expone Bravo sobre las superficies donde, por ejemplo, se ubican la ventilación de las líneas.
Metro está buscando que en esos terrenos residuales haya “desarrollos de escala mayor, donde se puedan incorporar terrenos adicionales, que obviamente no van a ser nuestros, sino que tendrían que ser en asociación con algún privado”, dice Bravo.
“Estamos buscando iniciativas para desarrollar la ciudad. Es un plan que se viene desarrollando desde hace un tiempo, pero que hoy día estamos acelerando, hoy día estamos intencionando con mucho mayor fuerza”, añadió el gerente general de la empresa estatal desde agosto 2022, hace dos años.
Un ejemplo de esto es el Mercado Urbano Tobalaba, de Territoria, con el que Metro logró crear otras dos salidas las existentes para la estación Tobalaba, hacia Las Condes. Otro caso que está en pleno desarrollo es Plaza Egaña, junto con la inmobiliaria Fundamenta, que mejorará una entrada, hoy cerrada, con nuevos servicios y una mejora del entorno, la que podría estar disponible en 2026.
Poniendo el pie en el acelerador, Felipe Bravo dice que espera cerrar al menos dos acuerdos de este tipo con privados antes de fin de año. Aunque se barajan varios más.
Hace poco, la compañía registró la marca “Vivienda a un Metro” en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (Inapi). El gerente general, sin embargo, aclara que la empresa no planea incursionar en el mercado inmobiliario residencial, sino que tuvo un objetivo de resguardo: “Tiene que ver con que buscamos (marcas) asociadas a Metro no vayan a ser usadas por terceros y que puedan generar confusión en el mercado o en los usuarios”.
Pese a esto, Metro sí pretende impulsar desarrollos inmobiliarios, pero en alianzas. “Lo que estamos buscando es asociaciones con privados, asociaciones con municipios, con el Ministerio de la Vivienda, con Desarrollo País. Estamos trabajando para poder hacer desarrollos en una asociación nuestra con esos otros actores que permitan desarrollar proyectos inmobiliarios en esos lugares. Estos pueden ser de la más diversa naturaleza: servicios, comercio, oficinas, vivienda, esparcimiento”, anunció.
Particularmente en vivienda, Metro está incursionando de manera indirecta en el mercado residencial, con un plan para levantar departamentos pequeños en un edificio de uso mixto (primera planta comercial) en la comuna de Independencia, en conjunto a la Municipalidad, el que aún está en la fase de ingeniería.
“Nosotros arrendamos el terreno, el Ministerio de Vivienda a través de algunos de los fondos concursables provee los fondos para que la municipalidad construya los edificios y después ellos van a arrendarlos”, explica Bravo. Habrá una licitación para ver quién construirá, un proceso independiente de Metro. Las obras podrían partir el próximo año.
Adicionalmente, Metro está apuntando a lugares de esparcimiento. Bravo anunció que pronto se conocerán más noticias respecto sobre un proyecto que están desarrollando, con ese objetivo, en la estación Universidad de Chile.
Todos esos desarrollos se financiarán con recursos privados. “Nosotros lo que hacemos es que aportamos el terreno, eso es lo que rentabilizamos, pero los recursos provienen del financiamiento de nuestros aliados o de la contraparte en estas asociaciones”, explica Bravo.
Hace unos meses, Metro realizó un aumento de capital de más de US$200 millones los cuales serán destinados únicamente para poder financiar el desarrollo de la Línea 7 hoy en construcción, la que agregará otros 26 kilómetros a la red. Bravo asegura que las inyecciones de recursos que se realizan año a año son únicamente para poder pagar las extensiones de la red, no otro tipo de proyectos.
Además de todos estos proyectos, Metro está esperando el visto bueno de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) para lanzar una tarjeta de prepago, anunciada a finales de mayo.
“No depende de nosotros, obviamente, pero lo que nosotros esperamos es obtener esa aprobación ojalá antes de finales de este año. Y en cuanto tengamos la aprobación, poder iniciar un periodo de operación en donde vamos a ir gradualmente incorporando productos y servicios”, cuenta Bravo.
Si bien en paralelo están llevando una consulta en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, dicho proceso no es necesario para comenzar con la operación de este servicio, afirma.
Próxima estación: las cifras prepandemia
La afluencia de pasajeros en el Metro, de donde provienen los principales ingresos de Metro, siguen estando por debajo de las cifras previas al impacto de la pandemia en el tráfico de pasajeros en la red. A julio, la compañía tuvo poco más de 360 millones de viajeros transportados, según las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En el mismo periodo del 2019, estos alcanzaban 439 millones, es decir, aún hay una brecha del 18%.
“Las cifras actuales yo creo que ya son reflejo del nuevo escenario de movilidad de la ciudad. El proceso de recuperación de actividad ya ha ocurrido completamente y lo que hoy día uno observa es el cambio del comportamiento de las personas. Hay un porcentaje mayor de teletrabajo, hay un porcentaje mayor de estudios vespertinos que ocurren en remoto”, explicó Bravo, asegurando que se trata de una nueva normalidad.
Metro también ha detectado un cambio en la tendencia de los horarios con mayor tráfico. “Hasta las 7 de la tarde la actividad es casi la misma que tenía antes, pero después de las 7 de la tarde baja mucho. La ciudad entera se mueve mucho menos en las tardes, ahí es donde se nota la mayor baja”, dijo.
“Lo que prevemos es que de aquí en adelante vamos a ir teniendo un crecimiento más parecido al histórico. Estamos estimando un 3% o 4% de crecimiento de afluencia, es decir, ya una tasa que es como la que traíamos antes”, proyectó el ejecutivo de Metro.
Bravo estimó que “hoy día esperamos cerrar este año aproximadamente como con 640 millones de pasajeros en el año. Una vez que inauguremos línea 7 vamos a estar moviendo entre los 750 y los 800 millones de pasajeros en el año. Y una vez que completemos la Línea 9 y la Línea 8, en el año 2034 deberíamos estar alrededor de los 950 millones de pasajeros”. En el 2019, la afluencia total de la red fue de cercana a los 730 millones.
“Estamos con niveles de servicio muy altos. En general, lo que teníamos antes de la pandemia era horarios punta realmente muy congestionados. Actualmente, eso ya no lo vemos de esa manera y eso es un beneficio para las personas. Tenemos una mejor calidad de servicio y esperamos poder sostenerla a medida que sigamos creciendo”.