A fines de mayo, el grupo de defensa Common Sense Media celebró una cumbre sobre "bienestar digital". Los asistentes se reunieron en el Museo de Historia de las Computadoras en Mountain View, California, para debatir los efectos a largo plazo de las aplicaciones, los servicios y los dispositivos electrónicos que una vez fueron aclamados como revolucionarios. El panel final se dedicó al contenido considerado "no seguro para niños".
Lo que se suponía fuera una mesa redonda funcionó más como un golpe público a YouTube. El sitio de videos, propiedad de Google, de Alphabet Inc., aparece en las noticias todas las semanas por los videos tontos, molestos o dañinos que involucran a niños. Hace una década, los padres se preocupaban por los videojuegos y las películas, pero hoy, YouTube provoca un mayor temor. "Ahora los padres dicen: '[e]stá bien la película violenta'", dijo en el escenario Jill Murphy, editora en jefe de Common Sense. "Es mejor que un cuadro de búsqueda de Google".
Alicia Blum-Ross, directora de política de YouTube para niños y familia, intentó convencer a la sala de que su compañía estaba obteniendo contenido de calidad para los niños. El año pasado se dedicó a invertir recursos en seguridad infantil. YouTube ha reclutado personal y ha creado un consejo asesor externo. El otoño pasado, la compañía contrató a Blum-Ross, una antropóloga, quien en el panel destacó las recientes actualizaciones de productos: una opción para videos infantiles aprobados, más controles para los padres, software más inteligente. "Realmente hemos avanzado mucho", dijo. En el primer trimestre de 2019, la compañía eliminó más de 800.000 videos por violaciones a su política de seguridad infantil.
Luego, Blum-Ross promocionó la supuesta panacea de YouTube: YouTube Kids. La aplicación, creada hace cuatro años, filtra videos del sitio principal específicamente para niños menores de trece años, quienes están protegidos por la ley federal de Estados Unidos de algunas formas de recopilación de datos digitales. La aplicación se ha enfrentado a críticas: es demasiado adictiva, poco sociable e inédita, pero YouTube Kids es, relativamente, un refugio de los peligros de la web abierta y YouTube.com. "Advertimos fuertemente a los padres a que el sitio general no está hecho para niños", dijo Blum-Ross.
Lo que Blum-Ross no mencionó, sin embargo, es que no muchos niños usan YouTube Kids, y los que sí lo hacen no se quedan. Varios de los canales más populares en el sitio principal, que cuenta con más de 2.000 millones de usuarios mensuales, se especializan en programación diseñada para niños pequeños, pero eso no significa que estén libres de publicidad o que pasen pruebas de seguridad. Uno, Cocomelon, un canal de canciones de cuna, tiene más de 50 millones de suscriptores. Esto duplica la audiencia semanal de YouTube Kids, que es utilizada por más de 20 millones de personas a la semana, según un portavoz de la compañía (gran parte de la audiencia de un canal como Cocomelon podría ser padres tratando de mantenerse al ritmo de las rimas populares, asegura un portavoz).
YouTube
Los niños que miran YouTube Kids tienden a cambiar al sitio principal de YouTube antes de cumplir trece años, según varias personas en YouTube familiarizadas con los datos internos. Una persona que trabaja en la aplicación dice que las salidas suelen ocurrir alrededor de los siete años. En India, el mayor mercado de YouTube por volumen, el uso de la aplicación Kids es insignificante, según este empleado. Estas personas pidieron no ser identificadas por tratarse de información privada.
Una vez que los niños se van, no vuelven. "Muchos padres han expresado que su hijo se niega a volver a YouTube Kids", afirma Jenny Radesky. Radesky es profesora asistente de pediatría de la Universidad de Michigan y experta en desarrollo infantil. También participó en el panel de Common Sense Media. "Es demasiado infantil, demasiado restrictivo. Ahora que han liberado al genio de la botella con YouTube principal, es difícil revertir el rumbo", dijo en una entrevista.
YouTube dijo que está trabajando para llevar su aplicación Kids a tantas familias como sea posible, y ha creado versiones restringidas del servicio de video completo para que los padres puedan bloquear clips para sus hijos cuando miran juntos. En la Conferencia Code la semana pasada, la directora ejecutiva, Susan Wojcicki, habló de la seguridad. "He sido muy clara en que esta responsabilidad es mi prioridad número uno", dijo. "Tenemos mucho trabajo por hacer. Lo reconozco, pero también sé que tenemos enormes herramientas en nuestras manos en las que podemos seguir invirtiendo para hacer un mejor trabajo".
Resolver el problema de los niños está en la cima de una creciente lista de dolores de cabeza para el sitio de videos más grande del mundo. En las últimas semanas, la compañía ha sido acusada de radicalizar a los votantes jóvenes e ignorar el hostigamiento a personas homosexuales. YouTube ha pasado años promoviendo el uso de su servicio e ignoró las llamadas internas para abordar los videos tóxicos, tal como reportó Bloomberg previamente, y es un hábito que sigue irritando al personal de rango dentro de la gigante tecnológica. Cuatro personas en Google admitieron en privado que no permiten que sus hijos miren YouTube sin supervisión y dijeron que el sentimiento era generalizado en la compañía. Una de estas personas dijo que la frustración con YouTube ha crecido tanto que algunos han sugerido que la división se escindirá por completo para preservar la marca de Google.
Disney y Netflix
Sin embargo, YouTube tiene poca presión para cambiar. Si bien la división enfrenta competencia de Walt Disney Co. y Netflix Inc. para los espectadores más jóvenes, no está en riesgo de perder la audiencia. Alrededor de 97% de los niños usan YouTube, ya sea el sitio principal o la aplicación para niños, según Insight Strategy Group, una firma de estudios de mercado que encuestó a cerca de 12.000 niños y padres estadounidenses sobre el comportamiento en línea este año. Los niños de cinco a doce años informaron que pasan más tiempo en YouTube que en cualquier otro lugar, incluidos Fortnite e Instagram.
YouTube dijo que está trabajando en el bienestar digital: reducir el tiempo de pantalla de los niños con funciones como un ícono de "tomarse un descanso", el cual les recuerda a los espectadores que dejen de mirar. "Estamos cambiando nuestras métricas", dijo Blum-Ross a la multitud en Mountain View. No obstante, admitió que la compañía no ha descubierto cómo implementarlas sin sacrificar demasiado su negocio.
Con los años, YouTube ha hecho varios intentos para manejar mejor su océano de contenido infantil. A partir de 2017, se asignó personal a categorizar los clips basados en doce campos, como "música", "juego" y "muestras de juguetes", según una persona que trabajó en el proyecto. YouTube tiene escuadrones de personas que seleccionan videos que violan sus políticas, pero este equipo se centró en agrupar videos por tema. Los empleados generalmente etiquetaban los videos en noventa segundos, aunque muchos tardaban mucho más. El exmiembro del personal recordó haber visto una carga de 10 horas del video viral Baby Shark. A fines de 2017, esos empleos se trasladaron a Hyderabad, India.
A pesar de los cambios, YouTube ha evitado imitar a Disney o Netflix, que dependen de empresas de producción establecidas y revisan los videos antes de ponerlos a disposición del público. YouTube llevó a cabo una prueba recientemente para ver el impacto de seleccionar manualmente cada video que aparece en la aplicación Kids. Es algo que los críticos han propuesto; muchos de los escándalos de la aplicación implican que los niños tropiezan con videos generados por usuarios que no habrían pasado por encima de cuidadosos censores humanos. Sin embargo, en las pruebas internas, los niños entre siete y 12 años se aburrieron de la biblioteca limitada y fueron a navegar en YouTube, según personas familiarizadas con la prueba.
Contenido educativo
A YouTube le gustaría responsabilizar a los padres por la gestión de sus hijos, del mismo modo que espera que los titulares de los derechos de autor señalen el material pirateado y que los usuarios señalen el contenido inapropiado. Los padres pueden optar por permitir que sus hijos vean la programación de ciertos canales, como Sesame Street y PBS Kids, según un portavoz. Pero la mayoría de los padres se sienten impotentes para monitorear el uso de YouTube por parte de sus hijos, según Radesky, la investigadora de Michigan que estudia cómo los niños usan la tecnología, buscando formas de prevenir enfermedades mentales y dolor crónico, y mejorar las relaciones entre padres e hijos.
A la compañía también le gusta señalar cuánto contenido educativo se consume. Pero investigaciones externas muestran que los niños, especialmente los preadolescentes, prefieren otros tipos de videos. Los niños mayores ven videos musicales, acrobacias, clips de reacción ("Bebé prueba limón por primera vez") y adelantos de películas, descubrió Insight Strategy Group.
Tanto críticos como socios comerciales también han pedido implementar evaluaciones y procesos de revisión. Pero YouTube no quiere cambiar la manera en que está cableado, como una plataforma abierta editada en gran medida por software. "Ese es su sistema operativo", asegura Mat Baxter, director ejecutivo global de Initiative, una agencia de publicidad. "Pero cuando se trata de niños, no hay margen de error".