Todo un revuelo causó en el mundo energético el desistimiento de la evaluación ambiental del proyecto parque eólico Faro del Sur, iniciativa que desarrollan en conjunto Enel Green Power y HIF Chile, y que es considerado clave para el desarrollo de la incipiente industria del hidrógeno verde en el país. Fue una serie de observaciones realizadas por las autoridades regionales de Magallanes las que gatillaron la decisión de los titulares del proyecto, que involucra una inversión de US$500 millones.
Y aunque las empresas no han precisado si el retiro de la tramitación significa el abandono definitivo del proyecto, la iniciativa no es la única en su tipo que se proyecta para realizarse en el extremo sur del país. Hasta el momento eran cinco los proyectos que competían por convertirse en el primer exportador de hidrógeno verde, así como de otros biocombustibles, en la Región de Magallanes, según un catastro del Ministerio de Energía de 2021. Sin embargo, otros dos se han sumado al interés por el potencial eólico de la zona austral y ya están explorando con la autoridad los lineamientos necesarios para el desarrollo de sus proyectos en Magallanes.
Primero fue la canadiense ATCO Energy, que el pasado 19 de agosto sostuvo una reunión por medio de la Ley de Lobby con la seremi del Medio Ambiente de Magallanes, Daniela Droguett. Según consta en la plataforma que agrupa las audiencias entre autoridades y gestores de intereses, a la cita presencial asistieron la encargada para la formulación e implementación de estrategias de hidrógeno verde y biocombustibles de ATCO en Chile, Alba Martínez; y el exgerente de Enap Magallanes, Roberto Mc Leod.
Si bien se desconocen los detalles del proyecto de ATCO, en la cita se consultó “por lineamientos para tener en cuenta a la hora de desarrollar la construcción y operación de un proyecto de Hidrógeno Verde y Amoniaco en la Región de Magallanes”.
ATCO ya cuenta con interés en la zona, tras la alianza que firmó Neltume Ports -firma portuaria ligada al grupo Von Appen y la propia canadiense- con el consorcio austriaco-danés que desarrolla el proyecto NHN Energy para construir un puerto multiuso para la exportación del hidrógeno y amoniaco que se produzca en la zona austral.
La canadiense ya venía generando desde 2020 reuniones con diversas autoridades. En febrero de ese año, el gestor de interés Matías Steinacker se reunió con el entonces subsecretario de Energía, Francisco López. En la ocasión, presentó el “interés general de invertir y participar activamente en distintos ámbitos del sector energético chileno”, según consta en el registro de la audiencia.
En la plataforma de Lobby, su nombre figura en 11 reuniones representando a la canadiense: seis fueron ante la mencionada subsecretaría, cinco ante la subsecretaría de Bienes Nacionales y tres ante la Comisión Nacional de Energía (CNE). También sostuvo una reunión con la agencia de promoción de la inversión extranjera InvestChile, en 2017, y otra con la municipalidad de Mejillones.
El segundo proyecto se denomina Gente Grande y está siendo impulsado por TEG Chile, filial de la inglesa Transitional Energy Group (TEG), compañía que fue creada para “facilitar la entrada temprana en el mercado de proyectos de hidrógeno verde de primera clase para los compradores, financiadores, constructores y operadores”.
Aunque aún está en una fase inicial, de acuerdo a información oficial de la compañía, el proyecto completo involucra unos US$8.000 millones de inversión aproximada. Se ubicará en Tierra del Fuego y estará destinado a la producción de amoniaco verde, a través de la generación eólica como fuente de energía renovable. Entre los mercados a los que apuntaría exportar el producto están Latinoamérica, Europa y Asia.
La iniciativa fue presentada este miércoles a la seremi Daniela Droguett por José Margozzini, gerente general de TEG Chile, y por el exseremi de Energía en Magallanes durante el gobierno anterior, Víctor Fernández, quien hoy se desempeña como gerente de Asuntos Públicos de la compañía. Su interés por la zona es tan reciente que hace solo dos semanas la empresa abrió sus oficinas en Magallanes. Antes ya lo había hecho en El Bosque Norte, Las Condes, donde funciona la filial en Chile.
De acuerdo con la información de TEG Chile, la compañía “se centra principalmente en el desarrollo de proyectos de producción de hidrógeno verde y de síntesis de amoniaco que utilizan el excepcional recurso eólico de la región de Magallanes para producir electricidad de bajo coste”.
“Trabajando estrechamente con socios técnicos y comerciales locales a largo plazo, TEG tiene como objetivo impulsar el desarrollo de sus proyectos clave hacia un estado avanzado de preparación para comenzar la construcción y luego entrar en operaciones comerciales dentro de 5 años”, agrega la compañía.
Gente Grande pretende comenzar su primera fase de operación en 2026.
Las cinco iniciativas hoy en carpeta
Pese al contratiempo con Faro del Sur, HIF ya está construyendo el proyecto que más ha avanzado en la región. Se trata de la Planta Demostrativa Haru Oni, el que sería el primer proyecto de hidrógeno verde a escala industrial en el país. Su construcción comenzó en julio de 2021 y se espera que la primera tanda de eCombustible sea entregada durante el segundo semestre de este año.
Haru Oni contempla en su fase piloto US$51 millones de inversión, y al ser un proyecto acotado, por medio de la generación de 3,4 MW a través de energía eólica, alcanzaría la producción de 350 toneladas de eMetanol crudo y 131 litros cúbicos de eCombustible por año. En su fase 1, la inversión se incrementará sustancialmente: llegará a US$755 millones, producirá 70.000 litros cúbicos de eCombustible, por medio de 300 MW de generación eólica. Dicha fase comenzaría sus operaciones en 2024.
Otra iniciativa es HNH Energy, que lidera el holding conformado por las compañías austriacas AustriaEnergy y ÖKOwind; el fondo danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP); y Neltume Port. Contempla un total de US$3.000 millones de inversión, 1.000 MW de generación eólica, 850 mil toneladas de amoniaco verde y 150 mil toneladas de hidrógeno verde al año. Todo, gracias a un parque eólico de 33.800 hectáreas, que contará con 395 aerogeneradores, una planta de proceso de 150 hectáreas, una planta desaladora de la misma dimensión y un puerto multiuso de 1.500 metros.
Si bien el proyecto se encontraba desde 2019 en estudios de prefactibilidad, ya cuenta con un contrato de arrendamiento sobre el terreno ubicado en San Gregorio. Durante el año pasado y este 2022, elaboraron la línea base del proyecto y en paralelo comenzó el proceso de participación ciudadana anticipada. De hecho, el pasado 18 de agosto presentaron oficialmente la iniciativa ante la seremi de Medio Ambiente. En la cita presencial participaron William Faulconer, Juan Vargas y Andrea Pivcevic Cortese, todos en representación de ASOE Chile Diez SpA, la sociedad que fundaron en marzo de 2020 para el proyecto. Según la plataforma Info Lobby, un total de 20 gestores de interés han representado a la compañía, la mayoría de ellos ante el Servicio de Evaluación Ambiental.
Su itinerario considera la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental y otros estudios técnicos hasta el ingreso de la iniciativa a evaluación ambiental, entre 2023 y 2025.
Un tercer proyecto es el de Total Eren, denominado H2 Magallanes. La compañía francesa se asoció con la Universidad de Magallanes y anunció la iniciativa junto al gobierno a fines de 2021, tras asegurar los terrenos para su realización en la comuna de San Gregorio.
H2 Magallanes contará con hasta 10 GW de capacidad eólica instalada, junto con hasta 8 GW de capacidad de electrólisis, una planta desalinizadora, una planta de amoniaco (NH3) e instalaciones portuarias. El objetivo es realizar los estudios para poder lanzar el proyecto en 2025, con miras a producir hidrógeno en 2027. En operación, alcanzaría las 800 mil toneladas de hidrógeno verde al año, y cerca de 4,4 millones de toneladas de amoniaco exportadas al año.
Una cuarta iniciativa está bajo el desarrollo de CWP Global, compañía basada en Serbia, con actividades en Europa y Australia. Se trata de H1 Magallanes, proyecto que consistirá en la generación de energía eólica en la fase inicial y en la producción de hidrógeno y amoniaco verde en la fase final. Su objetivo es construir un tren de síntesis de amoniaco a escala mundial que permita economías de escala y costes competitivos.
Contará con una capacidad instalada de 2.200 MW, para la producción anual de un millón de toneladas de amoniaco verde y 170 mil toneladas de hidrógeno verde.
Finalmente, Selknam Proyect, desarollado por Sociedad de Inversiones Albatros, ya cuenta con la ingeniería conceptual y los estudios de prefactibilidad, desarrollados por Engie Impact. Con una inversión de US$2.000 millones, espera comenzar sus operaciones en 2026. La compañía de desarrollo inmobiliario que es dueña de la iniciativa, ya cuenta con 20 mil hectáreas para su desarrollo en Tierra del Fuego.
Considera la generación de 1.150 MW a través de energía eólica, para producir 500 mil toneladas de amoniaco verde, a través del proceso Haber-Bosch, y 85 mil toneladas de hidrógeno verde, para la producción del amoniaco.
La visión de la seremi
Daniela Dorguett, la seremi de Medio Ambiente en Magallanes, cumplirá un rol fundamental a la hora de evaluar estos y los nuevos proyectos que se sometan a evaluación. Y aunque reconoce la oportunidad que significa la zona austral para el desarrollo de la industria de hidrógeno verde, apunta a un desarrollo ordenado de la misma. “Es una oportunidad que contribuirá a descarbonizar la matriz energética, contribuir a mitigar el cambio climático. Sin embargo, queremos que esta industria se despliegue en forma ordenada, propiciando el desarrollo local y con una mirada sistémica, que considere los impactos que tendrá no sólo en términos económicos, sino que sociales, culturales y medioambientales”, dijo a Pulso.
La autoridad regional reconoce que quienes desarrollan este tipo de iniciativas “necesitan claridades”, por lo que pide seguir las guías de inversiones con que cuenta el SEA.
“La institucionalidad ambiental funciona de acuerdo al Estado de Derecho. Existen leyes, normas y guías del SEA para las inversiones. También existen planes de ordenamiento territorial donde las comunidades pueden decidir el futuro de sus territorios. El desafío es generar vinculación con las comunidades en forma temprana”, reflexiona.
En particular, acota que para los proyectos de hidrógeno verde, ha transmitido “la necesidad de presentar las iniciativas con un plano general para dimensionar las áreas a intervenir, ya que entendemos el ámbito terrestre, aéreo y marítimo como un ecosistema que conversa entre sí y no algo segregado”.
“Sabemos que uno de los puntos que más dudas genera en la comunidad es el impacto que tendrán los aerogeneradores en aves, sobre todo aquellas en categoría vulnerable o en peligro, como el Canquén Colorado y algunas especies migratorias. También los efectos que podría generar en nuestra fauna marina las plantas desaladoras. Además de los desafíos sociales y logísticos que tienen para la región”, agregó Droguett.