Las antenas serán una infraestructura clave para el futuro de la tecnología 5G. La Subtel estimó que el despliegue de la futura red impulsará una inversión de entre US$2.650 millones y US$3.000 millones en infraestructura en los próximos cinco años, para soportar el servicio. De hecho, se necesita duplicar la cantidad de antenas que el país tiene hoy desplegadas, desde las 30 mil existentes hasta 60 mil unidades en total.
Hace casi diez años arribó al país la norteamericana American Tower -firma que participa del negocio proveyendo lo necesario para la conectividad, desde torres a soluciones integrales- y desde entonces ha ido sumando activos de empresas de telecomunicaciones. El año pasado la compañía adquirió el 40% de las torres que Entel tenía en Chile y el 64% de las que tenía en Perú. Así, logró duplicar durante el 2020 su parque de activos en el país y hoy lo posiciona como líder del mercado con un portafolio total de 3 mil antenas a lo largo de Chile.
Ahora, la empresa se prepara para la llegada del 5G. Mientras avanza el proceso de licitación del espectro -que es por donde se transmiten datos y voz- que empresas de telecomunicaciones se podrán adjudicar para el desarrollo de redes 5G, American Tower está llevando adelante un plan que permitirá aumentar en un 25% su parque de activos de infraestructura de baja altura en 2021, con casi mil unidades adicionales. Sólo en la Región Metropolitana, en infraestructura de baja altura, el objetivo es crecer en un 75% durante el próximo año.
“Tenemos mucho interés en comprar más infraestructura. Y te diría que si en los próximos tres años pudiéramos duplicar lo que tenemos hoy, lo haríamos, depende mucho del mercado. Y tenemos ahí bastante conversaciones en camino”, dice Priscila Oliva, country manager de American Tower Chile.
Oliva cuenta que 2020 ha sido un año de bastante crecimiento, pero también de muchos desafíos. “Nosotros cerramos a finales de diciembre un gran acuerdo de compra de activos en Chile que nos ha permitido tener un año bastante exitoso y con mucho trabajo. Pero nosotros desplegamos e implementamos nuevos activos (nuevas estructuras de telecomunicaciones) también, y ahí ha sido un gran desafío”.
Oliva relata que tienen “muchos proyectos retrasados, porque no logramos los permisos municipales, especialmente, para desplegarlos”. Detalla que tienen “más de 100 proyectos que por no tener la claridad regulatoria con los municipios no logramos implementar; más de diez a doce meses que tenemos esos proyectos para los operadores de celular, y en un año de Covid donde todos están trabajando desde la casa y necesitan conectividad, ha sido muy difícil lograr expandir la infraestructura”.
Aunque en la industria valoran que el Gobierno apueste por dejar operativo el 5G al término del mandato, ven con preocupación los tiempos de aprobación de los permisos para la instalación de infraestructura, como el despliegue de antenas. Esto, pese a que reconocen que las autoridades han dado pasos importantes para facilitar la instalación de torres. Por ejemplo, la Subtel logró acuerdos con varios servicios públicos para instalar antenas para el 5G en sus instalaciones. También se modificó el decreto 99 que establece los requisitos de instalación de antenas, para disminuir los tiempos que se requieren para instalar una antena. Aún así, American Tower señala que se necesita acortar aún más los tiempos.
“Para llegar a toda la infraestructura que se necesita, sin duda, hay que tener mucha más flexibilidad y claridad regulatoria, y agilidad en los procesos administrativos. Es decir, hoy por ejemplo, estamos buscando implementar soluciones de baja altura por un año, un año y medio, y no lo logramos, porque no hay una claridad regulatoria con los municipios y ellos tienen un papel fundamental en ese despliegue. No hay los incentivos, no hay claridad de la certeza jurídica tampoco, esa es una barrera muy importante”, señala Oliva.
En su opinión, “la ley de antenas de Chile es una de las regulaciones más estrictas que existen en el mundo y para que puedas construir una nueva torre de telecomunicaciones al menos vas a llevar 10 a 12 meses en un proceso normal y eso ya considerando la modificación -que fue un trabajo súper bueno de la Subtel- del decreto 99”. En otros países de Latinoamérica, dice, el plazo promedio es de 6 meses.
En ese sentido, dice que “se ven muchas oportunidades con el 5G, pero para que pueda ser implementado hay barreras regulatorias muy importantes que se tienen que revisar. No creo que con la regulación como está hoy, con ninguna claridad con los municipios, podamos llegar en los tiempos que se necesita (...) Toda la licitación tiene plazo determinados y si no hay una celeridad va a ser muy difícil”.
ICR Chile estima que la mayor oportunidad de negocios del 5G radica en la aplicabilidad que tiene en diversos sectores productivos, que demandarían una mayor cantidad de servicios de tecnología y provechando sus atributos, las empresas de telecomunicaciones podrían profundizar su oferta actual de servicios digitales y ciberseguridad.