Los principales datos sobre el crecimiento de Estados Unidos (EE.UU.) apuntaron en direcciones diferentes en el primer semestre de 2022, lo que apoya un nuevo debate sobre la salud de la economía de la superpotencia.
Ajustado a la inflación, el Producto Interior Bruto (PIB), o el valor total de todos los bienes y servicios producidos en la economía, disminuyó a una tasa anualizada del 0,6% en el periodo abril-junio, según mostraron el jueves los datos del Departamento de Comercio. Esta cifra refleja una revisión al alza del gasto de los consumidores y se compara con la contracción del 0,9% comunicada anteriormente.
Sin embargo, el otro dato, menos famoso del crecimiento económico, conocida como renta interior bruta, subió a un ritmo del 1,4% en el segundo trimestre, tras aumentar un 1,8% en los tres primeros meses del año. Esta mide la actividad calculando todos los ingresos generados por la producción de esos bienes y servicios, como las remuneraciones y las ganancias de las empresas.
En teoría, el PIB y la renta interior bruta deberían coincidir, pero en la realidad tienden a diferir, sobre todo en las primeras estimaciones. Pero la diferencia actual es especialmente grande.
Las cifras del PIB sugieren una brusca desaceleración del impulso económico en la primera mitad del año. Sin embargo debajo de la superficie de los datos, hay más cosas en juego, incluido el impacto de categorías volátiles como las importaciones y los inventarios, pero en general, el gasto de los consumidores se ha ralentizado. Los trimestres negativos consecutivos, regla general de las recesiones, no solamente han alimentado los temores de una recesión inminente, sino que han llevado a algunos a creer que ya estaba en marcha.
No obstante, la renta interior bruta apunta a un enfriamiento más gradual. El dato pinta una imagen de una economía apoyada en un mercado laboral robusto y un gasto de consumo resistente, aunque está empezando a sentir la peor inflación en una generación.
El árbitro oficial de las recesiones en EE.UU., el Comité del Ciclo Económico de la Oficina Nacional de Investigación Económica, utiliza la media de ambas mediciones, junto con una serie de otras variables económicas, a la hora de decir que hay recesión. La media del PIB y la renta interior bruta subió un 0,4% en el segundo trimestre, tras un aumento del 0,1% en el periodo enero-marzo.
Por otra parte, el jueves, un informe mostró que las solicitudes de prestaciones por desempleo en EE.UU. descendieron por segunda semana, lo que sugiere que los empresarios están reteniendo a los trabajadores a pesar de la creciente incertidumbre económica.
Mientras que, el gasto de los consumidores, que representa la mayor parte de la economía, creció un 1,5% revisado al alza. Esta cifra se compara con el aumento del 1% comunicado anteriormente.
El informe del jueves también incluía las primeras estimaciones del gobierno sobre las ganancias empresariales del segundo trimestre. Antes de los impuestos, los beneficios aumentaron un 6,1% con respecto al trimestre anterior, el ritmo más rápido en un año, después de caer un 2,2% en los tres primeros meses del año. Las utilidades aumentaron un 8,1% con respecto al año anterior.
Junto con el gasto de los consumidores, la inversión en inventarios privados se revisó al alza, aunque siguió siendo un lastre para la cifra principal. La inversión fija residencial se ajustó a la baja, según los datos.
De cara al futuro, los analistas esperan que el PIB repunte en el tercer trimestre, pero el temor a la recesión sigue siendo elevado. La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos está subiendo agresivamente los tipos de interés en un esfuerzo por enfriar la economía lo suficiente como para frenar las presiones sobre los precios sin provocar una recesión. Hasta ahora, el impacto más claro para los consumidores se ha producido en forma de salto en las tasas hipotecarias y, en consecuencia, de fuerte deslizamiento en el mercado inmobiliario.
Ante este escenario, el presidente de la Fed, Jerome Powell, podría señalar estos acontecimientos como prueba de que las políticas del Banco central están funcionando en su simposio anual de Jackson Hole, que comienza hoy Está previsto que Powell hable el viernes por la mañana, y se espera que reafirme la determinación de la Fed por seguir subiendo los tasas de interés para controlar la inflación.
Ganancias del sector privado
Las empresas han tratado de trasladar el aumento del costo de los materiales y la mano de obra a los consumidores en forma de precios más altos, lo que ha mermado la capacidad de gasto de los estadounidenses. Algunas empresas han podido compensar la caída de la demanda cobrando más a sus clientes, pero otras, como Target Corp., han visto crecer sus inventarios, obligando a la empresa a emplear fuertes descuentos para liquidar sus inventarios.
Mientras que las empresas informan sus beneficios individuales basándose en los costos históricos, el gobierno ajusta las cifras para reflejar el coste actual de la reposición de los inventarios de capital, como los equipos y las estructuras. Debido a la creciente inflación, los costes actuales de sustitución son mucho más elevados.
Excluyendo este ajuste, así como el de valoración de existencias, los beneficios después de impuestos aumentaron un 10,4% en el segundo trimestre. Las utilidades después de impuestos como proporción del valor añadido bruto de las empresas no financieras, una medida de los márgenes de beneficios agregados, mejoraron en el periodo hasta el 15,5%, el mayor desde 1950, desde el 14% del primer trimestre.
La Oficina de Análisis Económico publicará su actualización anual el 29 de septiembre, que incluirá estadísticas revisadas del PIB y la renta interior bruta, para los cinco años hasta el primer trimestre de 2022. La primera estimación del PIB del tercer trimestre se publicará el 27 de octubre.