Cuando llueve, todos se mojan. Esta es la premisa del dicho popular. Y es que no dista mucho de la realidad. Durante los últimos días, la ciudad ha sido testigo del resultado del exceso de agua caída y la falta de preparación de su infraestructura. Aluviones, anegamientos y colapso vial, son sólo algunos de los desafíos que deben enfrentar las urbes en esta época del año.

"Uno de los elementos importantes, es que habitualmente uno habla de desastres naturales, cuando en verdad son sociales. Esto tiene que ver con que muchas veces tendemos a culpar al fenómeno natural de los daños que se generan producto, la mayoría de las veces, de una mala planificación territorial. Es decir, lo que ocurre en algunas urbes respecto de aluviones provocados por lluvias intensas o la activación de una quebrada", explica Michel de L'Herbe, consultor en gestión de emergencias.

Y es que los casos que se relacionan con estos elementos no están muy distantes. Por ejemplo, un grupo de viviendas ubicadas en la calle Los Alpes de Puerto Varas resultan anegadas cada vez que llueve más de lo normal, dejando en evidencia el colapso de su infraestructura vial. Lo mismo sucede en Santiago, con la clásica postal de los pasos bajo nivel del sector sur de la capital bajo el agua.

"Eso tiene que ver con el cálculo y la inversión que se haga, por ejemplo, en colectores de aguas lluvia. Pero también está relacionado con la responsabilidad asociada a anticiparse. No sacamos nada con construir una buena infraestructura, si no existe la mantención adecuada para la canalización de esas aguas lluvias, lo mismo si no se hace el debido barrido de hojas y despeje previo a la época de lluvias. Una pequeña obstrucción, puede significar la inundación completa de una parte importante de la calle", destaca L'Herbe.

Para los expertos, este es un fenómeno que está relacionado con las características de la Región Metropolitana. "No todas las partes de la ciudad están preparadas para recibir una gran cantidad de lluvia. Esta urbe también es desigual en ese sentido. Hay lugares que tienen redes de infraestructura mucho más solventes y robustas. Además, están en una situación topográfica de ventaja. Por ejemplo, hay zonas que son más bajas y que por ese motivo tienden a inundarse. En tanto, también existen lugares que están cerca del pie de monte o de un río. El Gran Santiago está sobre un territorio y ese terreno sigue estando allí, con todos sus desperfectos y diferencias de cotas de nivel", explica Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales (UDP).

La caída de árboles es otro desafío que ha tenido que enfrentar la ciudad por estos días. Esto, con los consecuentes daños a la propiedad pública y privada, además del riesgo que este fenómeno supone a la integridad física de los ciudadanos. "No podemos establecer el mismo tratamiento de la vida de un árbol en un bosque natural que en una ciudad. Es decir, la renovación debe tener criterios que, entre otros, considere la protección de las personas. Es decir, no podemos esperar a que estos mueran y caigan. Por lo tanto, deben haber políticas y programas de mantención. Se trata de un tema que se ha visto de manera recurrente, por ejemplo, en el sector oriente", manifiesta de L'Herbe.

Este es un problema que puede afectar a cualquiera. En mayo de este año, una ráfaga de viento provocó la caída de una rama de un árbol en Providencia, golpeando a una joven que transitaba por el lugar. "No sólo hemos tenido algunas personas heridas y daño a la infraestructura, sino que también el corte del suministro eléctrico", destaca de L'Herbe.