El presidente de Argentina, Mauricio Macri, admitió hoy que tras las dificultades económicas de los últimos meses el crecimiento "va a disminuir", aunque aseguró que se retomará "el año que viene".

En una conferencia de prensa en la residencia presidencial de Olivos, cerca de Buenos Aires, el mandatario expresó que pese a que la "tormenta" económica disparó la inflación, reducirla sigue siendo una "absoluta prioridad", y se mostró confiado en que en 2019 bajará "más de diez puntos" (las proyecciones para este año son de, al menos, el 30%) y en 2020 estará "más cerca de un dígito".

Macri expuso que el origen de la inflación está en "un Estado que gasta mucho más de lo que se paga de impuestos", y al que "nunca le alcanza", y aunque no desveló cuál será el plan para reducir el déficit, descartó que el camino sea un alza de la presión fiscal: "No podemos pagar más impuestos".

La inflación es, en palabras de Macri, un "gran problema" que impide que lleguen las inversiones, ya que hay "muchas compañías mundiales "interesadas" en llegar al país pero "no trabajan en países con inflación, que son ya muy poquitos".

Por ello, Macri destacó la importancia de lograr un acuerdo parlamentario para los presupuestos de 2019, que pretende cerrar con un ajuste que baje al 1,3 % el déficit fiscal, lo que haría "acercaría muchísimo" a Argentina a una inflación menor y la haría "mucho más fuerte frente a cualquier tormenta que tenga lugar en el mundo".

El presidente negó que el Gobierno presione a la baja las negociaciones salariales, al afirmar que "siguen siendo absolutamente libres", y afirmó que "cada sector en su realidad se irá acomodando" teniendo en cuenta el avance de los precios.

En cuanto a los trabajadores públicos, Macri dijo que el ajustes de sueldos por la inflación "estará limitado por los recursos" de los que dispongan las distintas administraciones.