El presidente argentino, Mauricio Macri, dijo que los controles de capital que su gobierno introdujo el domingo son una medida de emergencia a corto plazo.
En sus primeros comentarios públicos sobre la política, Macri se dirigió a un grupo de destacados líderes empresariales en un evento en Buenos Aires.
"No nos gustan estas medidas", dijo. "Solo están justificadas en una emergencia y por un tiempo limitado", añadió.
Una crisis financiera cada vez más fuerte obligó a Macri a restablecer los controles de capital años después de eliminarlos al asumir el cargo a fines de 2015.
Los inversionistas están preocupados por la probabilidad de que el favorable a los negocios Macri pierda las elecciones presidenciales de octubre ante la coalición izquierdista de su rival, Alberto Fernández.
Hasta ahora, los controles de capital han traído un grado de estabilidad al peso, aunque el banco central tuvo que intervenir en el mercado inmediato el martes para evitar una depreciación de la moneda.
Los controles se implementaron con el objetivo de defender la estabilidad del tipo de cambio y los ahorradores, dijo Macri. Se implementaron para evitar un mayor daño y se diseñaron para ser lo menos invasivos posible.
Fernández aún no ha comentado directamente las últimas medidas, aunque tuiteó anteriormente que el modelo económico de Macri había causado recesión, pobreza y destrucción en el valor de las empresas más emblemáticas.
El viernes pasado, el candidato de la oposición dijo que Argentina está en incumplimiento virtual, luego de que el gobierno anunciara un plan de reestructuración de deuda con sus acreedores, incluido el Fondo Monetario Internacional.
El favorito para ganar la presidencia está actualmente enseñando política en una universidad en España. Está previsto que regrese a Argentina durante el fin de semana, ya que la campaña oficial comienza oficialmente el 7 de septiembre.
Si bien Macri dijo que está en comunicación constante con la oposición sobre las medidas necesarias para estabilizar la economía, la incertidumbre política de Argentina pesa sobre las expectativas de crecimiento.
Los economistas han revisado sus pronósticos para un repunte del crecimiento en 2020, con predicciones de un tercer año de contracción.