Guerra comercial, conflicto portuario en Valparaíso y ley de cabotaje fueron los principales temas que surgieron en el seminario que realizó ayer Maersk en conmemoración de sus 25 años en Chile.
La ministra de Transportes, Gloria Hutt, aseguró en el gobierno está muy interesado en avanzar en liberar el cabotaje de carga, que hoy está restringido, y para lo cual es necesario una modificación en la ley.
"Existe evidencia de capacidad en los buques de línea que recalan en su ruta normal en más de un puerto, que llevan capacidad suficiente que permitiría transferir carga usando esa capacidad.
Es algo que nos interesa mucho hacer, estamos empezando a preparar cuál es el escenario y que mecanismos habría.
Pero también es muy importante que cuando uno propone algo como esto, analice bien todos los impactos", señaló tras inaugurar el encuentro que reunió a representantes relacionados a la industria.
Francisco Ulloa, director de Maersk para la costa oeste de Sudamérica -que incluye Chile, Perú, Ecuador y Bolivia-, dijo que una ley de liberalización del cabotaje es una medida que va en pos de la productividad y del comercio exterior, sobre todo considerando que la industria mueve más del 90% del comercio internacional.
"En países que tienen extensas costas como Chile, en el momento que tu quieres transportar cargas de comercio internacional, es muy interesante también poder actuar en los puertos locales", dijo.
Ulloa también se refirió a los efectos del paro de los trabajadores eventuales del Puerto de Valparaíso, que significó desviar naves al Puerto de San Antonio. En concreto, dijo que el impacto en la cadena logística, dado las interrupciones, "es muy grande".
"Para nosotros como naviera los impactos que tiene es en nosotros poder entregar un servicio óptimo a los clientes. Cada vez que hay un retraso o alguna interrupción de los servicios portuarios, y tienes que recalar en otro puerto, normalmente puedes perder una conexión en nuestro hub de Panamá, eso hace que las cargas se atrasen y eso genera un costo enorme", señaló.
"Nosotros recalamos en Valparaíso, San Antonio, San Vicente, y vamos a seguir en todos los puertos en los que estamos, y esperando que la temporada de fruta, que está arrancando con las cerezas sea muy buena", agregó.
El presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile AG (Asoex), Ronald Bown, consultado durante un panel de conversación por el mismo tema, dijo que el conflicto portuario es reflejo de la "falta una institucionalidad de la cual nosotros venimos rogando hace más de 20 años".
"El país está en una crisis de confianza, que se ha ido construyendo hace mucho tiempo, y voy a dejar al lado dos gobiernos, pero en algún momento la politiquería empezó a funcionar más allá que la sensatez, y hoy estamos pagando ese costo.