El ministro de Hacienda, Mario Marcel, salió a despejar algunos temores que rondaban en el ambiente económico, tras la presentación del proyecto de Reforma Tributaria, este viernes en La Moneda.
En primer término, se encargó de aclarar que la propuesta no considera cambios en el régimen de las ganancias de capital para la venta de bienes raíces. “Eso no está en el proyecto”, aseveró.
Al mismo tiempo, destacó la eliminación de la exención del impuesto a la renta a los arriendos de propiedades DFL2, señalando que “no es que se esté inventando un impuesto que no existe” sino que “lo que ocurre es que hay muchas personas que no los declaran y no los pagan” a través del Global Complementario.
Al respecto, ahondó en los motivos para eliminar dicha exención, argumentando que “la lógica del DFL2 siempre fue estimular la compra de la vivienda propia, entonces con el tiempo, algunos excesos de beneficios tributarios ligados a DFL2 se han ido eliminando, y por lo tanto este es un ajuste relativamente marginal”.
En tanto, defendió la creación del beneficio tributario para quienes pagan arriendo. “Hoy en día existe una exención tributaria para los intereses de crédito hipotecario, es decir, para quién está comprando una vivienda con un crédito hipotecario. Pero para quien arrienda una vivienda no existía un beneficio equivalente, y ahora se está creando ese beneficio. Eso es mucho más significativo en término de las personas a las cuales beneficia”, sostuvo.
Impacto sobre la inversión
Respecto del impacto general de la Reforma Tributaria sobre la inversión, Marcel aseguró que la creación del impuesto a la riqueza, al funcionar acumulativamente con el resto de los impuestos, tendrá un efecto “sobre el retorno a la inversión es menos de la mitad de ese retorno”.
“Considerando que normalmente las personas de mayores patrimonios tienden a tener un mayor retorno a sus inversiones, eso significa que el impacto sobre el retorno al capital va a ser acotado y ciertamente muy inferior a lo que ocurriría si simplemente tuviéramos una desintegración convencional del impuesto a la renta, porque si eso ocurriera, lo que tendríamos es que al impuesto de 27% que es lo que teníamos hasta ahora, más la tasa media del Global Complementario que llega hasta el 40%, en ese caso podríamos tener un efecto acumulativo superior al 60%, y ahora estamos hablando de algo que es inferior al 50%. Así que por lo tanto lo que tenemos acá es un sistema que es más beneficios para la inversión que lo que sería una desintegración convencional”, argumentó.