Se conocen hace casi 30 años y muchos de sus cercanos consideran que Mario Marcel y Rosanna Costa son versiones técnicas y profesionales de un sorprendente parecido, aunque caminen por fronteras ideológicas distintas. A partir de marzo, el próximo ministro de Hacienda y la nueva presidenta del Banco Central cumplirán la cuarta etapa en que deberán relacionarse laboralmente en su largo recorrido en el ámbito de las políticas públicas en Chile.
Esta vez, no obstante, el reto para ambos será radicalmemte diferente y lleno de complejidades. No sólo deberán sortear la distancia que marca la Plaza de la Constitución entre los edificios de Teatinos 120 y Agustinas 1180, sino también un inédito momento político y económico que pondrá a prueba su cercano y largo vínculo profesional. “Aunque vengan de un cuño ideológico distinto, ambos son de trato fácil, muy profesionales y tienen gran respeto y admiración mutua. Sin embargo, el escenario económico y político que se viene no estará exento de tensiones y desafiará esa relación”, comenta un influyente economista.
La crispación política posestallido social, los riesgos sobre la autonomía del Banco Central (BC) provenientes de la discusión constituyente y un escenario económico que estará marcado por una alta inflación y un crecimiento a la baja son los ingredientes de este intrincado menú.
La cuarta estación
Un cercano a ambas autoridades recuerda que se conocieron en los años 90, cuando Costa asesoraba a parlamentarios de derecha en materias económicas en el Congreso y el economista de tendencia socialista trabajaba en Hacienda. Sin embargo, la primera estación de una relación laboral más estrecha se inició a partir del año 2000 cuando el economista asumió como director de Presupuestos en la administración de Ricardo Lagos y Costa se dedicaba a los temas fiscales en Libertad y Desarrollo, el emblemático think tank de derecha. “Yo leía las glosas (presupuestarias que diseñaba Marcel) para entender lo que se estaba haciendo”, recordó la propia Costa en un emotivo homenaje que un grupo de economistas realizó a Mario Marcel en enero pasado.
La segunda oportunidad en que el nexo laboral los volvió a juntar fue cuando Costa y Marcel integraron el Consejo Asesor Presidencial para la Reforma Previsional creado en 2006(Comisión Marcel). “En esa época discutir cambios al sistema de pensiones era visto casi como una herejía y para Mario fue muy importante que Rosanna estuviera ahí para lograr los consensos necesarios entre los distintos sectores”, afirma el economista y académico de la Universidad Católica, David Bravo, quien también participó de ese grupo asesor presidencial.
El más reciente vínculo se generó a partir de enero de 2017, cuando Costa llegó como consejera del Banco Central presidido entonces por Marcel. Su visión coincidente acerca del rumbo que debían seguir las tasas de interés se plasmó en las más de 40 reuniones de política monetaria durante los cinco años en que compartieron en el consejo del instituto emisor: todas esas veces votaron alineados. El único matiz se generó en marzo de 2020, cuando difirieron sobre la profundidad de la baja en la tasa de interés. Mientras Marcel votó por reducir la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 75 puntos base, hasta 1%, Costa optó por bajarla en 50 puntos base, hasta 1,25%.
“Desde el punto de vista del BC, es un plus que él esté allá (en Hacienda), porque nos conocemos y hemos trabajado juntos. Más allá de las diferencias, creo que compartimos varias miradas sobre aspectos claves para la política monetaria (...) Podemos en algún momento tener diagnósticos con ciertos matices y los podremos conversar. Una característica del futuro ministro de Hacienda es ser bien pragmático. Yo diría que sus tensiones no van a venir por acá y creo que trabajaremos bien, juntos”, afirmó hace siete días a Pulso la presidenta del Banco Central al ser consultada por la futura relación con el nuevo ministro de Hacienda.
¿Tensiones?
Para los cercanos a ambos economistas y expertos que siguen de cerca la agenda económica, la relación entre Marcel y Costa estará fuertemente marcada por el buen nexo construido durante casi tres décadas, aunque reconocen que los escenarios fiscal e inflacionario pueden desafiar ese vínculo.
“Esta fórmula (Marcel y Costa) es la mejor combinación pensable”, afirma el economista David Bravo, quien augura una buena relación para los momentos difíciles que se vienen, basada en que ambos conocen a la perfección los roles de Hacienda y del Banco Central.
“Mario Marcel representa lo mejor de estos 30 años y Rosanna Costa también representa buena parte de este período. Ella jugó un papel distinto, desde otra posición ideológica, en un tiempo en que se ha avanzó con diálogo entre posiciones diferentes”, añade el académico de la UC.
Cecilia Cifuentes, directora ejecutiva del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School de la Universidad de Los Andes, va más allá y dice que los verdaderos “rivales” de Marcel estarán en la Convención Constituyente y en el propio gobierno. “Veo a Marcel más cerca de Rosanna Costa que al resto del gobierno en términos de defender la estabilidad macroeconómica del país”, afirma Cifuentes, quien asegura que los escenarios de tensiones comenzarán a partir del próximo año, cuando la economía comience a desacelerarse con más fuerza. “Este año va a tener un nivel de impulso. Lo más complejo viene hacia 2023 cuando ese impulso no esté y cuando la política monetaria ya esté haciendo su efecto más restrictivo y tengamos toda la incertidumbre institucional. Es ahí donde veo más este conflicto entre la seriedad técnica y las posturas más radicales del PC y de la Convención Constituyente”, explica.
Un influyente economista, que conoce de cerca el funcionamiento de Hacienda y del Banco Central, desdramatiza las tensiones que se podrían generar con más fuerza a partir de 2023 entre Hacienda y el BC. “Es natural que entre el Banco Central y el Ministerio de Hacienda haya cierta tensión. Es natural que en Chile y en todo el mundo los gobiernos quieran generar políticas monetarias más expansivas o menos contractivas y que el Banco Central sea el duro de la película”, sostiene la misma fuente, quien cree que lo importante es el grado de autonomía con que el BC tome las decisiones.
Una exautoridad económica estima que para Marcel será difícil no compartir la estrategia antiinflacionaria que ha estado implementado el BC, dado su pasado en el instituto emisor, y descarta un enfrentamiento mediático entre ambas autoridades como ocurrió a fines de los años 90 entre el exministro de Hacienda Eduardo Aninat y el presidente del BC de entonces, Carlos Massad.
“No veo a Mario Marcel haciendo declaraciones por la prensa sobre el Banco Central. Tendrá especial cuidado con acciones que puedan ser interpretadas como interferencias a la autonomía del BC”, afirma un influyente analista, quien reconoce -no obstante- que en un escenario de alta inflación y crecimiento estancado, la presión sobre Marcel será fuerte.
En todo caso, el exvicepresidente del Banco Central Joaquín Vial pone paños fríos a cómo ambas autoridades resolverán los potenciales conflictos a futuro. “Más allá de que su relación personal es muy buena y de larga data, ambos son super respetuosos de las instituciones y de sus respectivos roles y no se van a salir de ellos por razones personales”, asegura Vial, quien compartió durante cinco años el consejo del BC con Marcel y Costa.
Coincide el senador UDIJuan Antonio Coloma, quien prevé que la relación entre ambas autoridades será técnica y profesional. “El hecho de que Marcel y Costa hayan trabajado juntos durante muchos años en el Banco Central, es una garantía de que esa relación profesional y técnica va a ser acompañada, además, de un conocimiento humano y de confianza que siempre ayuda a que las instituciones funcionen de mejor manera”, dice.