Agrónoma de la Pontificia Universidad Católica de Chile y exdirectora de la Oficina de Políticas Agrarias (ODEPA), María Emilia Undurraga asumió como nueva ministra de Agricultura el pasado 6 de enero tras la salida de Antonio Walker para ser candidato a la Asamblea Constituyente. En esta entrevista da luces de lo que será su gestión y el diálogo que intentará entablar con los distintos actores del mundo agrícola para trabajar en el desarrollo rural.

El 2020 estuvo marcado por el conflicto en La Araucanía en especial para las faenas agrícolas y forestales. ¿Cómo están trabajando este tema con los agricultores de la zona?

-La agricultura es fundamental para el desarrollo de la Araucanía, es uno de los tres ejes del Plan Impulso y nosotros como ministerio tomamos esta responsabilidad no solamente desde el punto de vista sectorial. El tema de seguridad tiene que seguir por ese carril, nosotros no hacemos un sinónimo entre la situación del pueblo mapuche y la violencia. Lo que queremos es continuar con los programas para apoyar el desarrollo de la agricultura en la región, independiente de si los agricultores pertenecen o no a pueblos originarios, porque lo que uno ve en los territorios es que hay coexistencia pacífica. Son muy pequeños los porcentajes de comunidades que están en conflicto.

Muchos empresarios agrícolas han sufrido la quema de sus maquinaria o terrenos. ¿Sabe si han funcionado los seguros?

-Es un tema que me preocupa. Voy a ir esta semana y me voy a juntar con ellos, porque me pidieron una reunión para ver y analizar la situación. Aún así, estamos en completa relación con el Ministerio del Interior para que cuando existan esos casos, puedan resolverse por los canales y conductos adecuados.

¿Cómo proyecta la situación en La Araucanía para este año?

-Nosotros proyectamos y esperamos tener un espacio de diálogo, poder escuchar y dar un paso. No me gustaría usar ninguna palabra como resolver ni algo concreto. La disposición desde el Ministerio de Agricultura va a ser abrirnos a conversar y generar espacios de diálogo para ir construyendo con el tiempo necesario aquellos avances o pasos para que entre los dos vayamos reconociéndonos.

¿Ha sabido de denuncias de violencia, quemas o robos en otras zonas? Palteros acusan incremento de estas situaciones…

-Eso es parte de las reuniones que voy a tener e semana para estar al tanto de la situación región por región. En general tenemos un sistema de alerta, que voy a conocer los próximos días para ir viendo las situaciones e ir monitoreando, pero los casos de violencia son derivados rápidamente al Ministerio del Interior y a todas las autoridades que están encargadas de ello.

El precio de los alimentos empujó un alza en el IPC de 8,1% en 2020, su mayor registro anual desde 2011. ¿Cómo se justifica este aumento?

-Los alimentos fluctúan sus precios de acuerdo a las condiciones climáticas, al tipo de cambio, porque tenemos productos importados que están sujetos a distintas fuerzas del mercado, y también al consumo. Este año no fue típico para nadie, vimos cambios en los hábito alimenticios de la gente, por ejemplo, lo que ocurrió con las legumbres que triplicaron su consumo, y adecuarnos a cambios tan bruscos de demanda supone modificaciones en los precios. Además seguimos en sequía, con 138 comunas en emergencia agrícola por déficit hídrico, lo que también repercute en las producción de esas regiones, lo que significa menos oferta y en ese sentido algunos aumentos de precios.

¿Cómo ve la evolución de los precios para esta temporada?

-Esperamos estabilidad en los precios comparado con el año pasado y para eso un rol muy importante del sector público es mantener informada a la población. Lo que ocurrió en los primeros meses de la crisis fue que ante el miedo de algo tan incierto, la incertidumbre afectó e hizo variar los precios en el corto plazo y como los productos se consumen todos los días, eso muchas veces repercute en el ingreso de las personas.

Otra problemática ha sido la escasez de mano de obra. Teniendo en cuenta que el desempleo en el país sigue en niveles altos. ¿Qué está ocurriendo que las empresas agrícolas no han logrado captar trabajadores?

-Estamos en un contexto muy distinto, las decisiones personales muchas veces reflejan la incertidumbre de esta pandemia y en el fondo hay que entender que hay menor disponibilidad de algunos grupos de la población para buscar trabajo, eso es lo que hemos visto en distintas regiones. A esto se suma que en algunas regiones teníamos en estas temporadas migrantes que venían a trabajar, lo que ha disminuido. En el caso del norte, teníamos gente que viene de Perú o Bolivia, que no ha ingresado al país, y por esto hemos visto problemas para encontrar mano de obra.

Con las dificultades que actualmente están teniendo las empresas para encontrar mano de obra. ¿Se puede ver afectada la producción y las exportaciones para este año?

-Por cierto, la agricultura es muy sensible a las condiciones climáticas y de mano de obra, porque a diferencia de otras actividades no se puede esperar, y si no hay una cosecha oportuna los productos se pierden. Entonces la oportunidad en el sector es muy relevante y por eso estamos monitoreando lo que ocurre para facilitar lo que sea necesario.

Ventajas del TPP-11

Respecto al TPP-11, que ha estado en disputa en los últimos días en el Congreso ¿Qué ventajas traería para Chile en materia agrícola?

El TPP-11 para nosotros es una oportunidad porque se bajan los aranceles de productos agrícolas y eso aumenta la competitividad del sector. Lo vemos cómo un gran aporte al desarrollo de muchas regiones que tienen productos que van a ver disminuidos sus aranceles. Además, en este acuerdo estamos con varios de nuestros competidores como Perú y Nueva Zelanda. Para nosotros es una parte importante de la política agrícola del país en las últimas décadas y del desarrollo regional.

¿Cómo afecta la demora en su ratificación?

Si no ratificamos no entramos en el proceso de disminución de aranceles de nuestros productos, mientras que los países que ya lo han ratificado empiezan la disminución progresiva de los aranceles. Por ejemplo, si nosotros entramos a Japón con un 50% de arancel, tenemos una degravación del arancel con los años, entonces el próximo es 40%, el siguiente es 30%, después 20% y 10% llegando a una base. Entonces claro, nosotros vemos que la miel de Nueva Zelanda va a ir bajando su impuesto en Japón y nosotros vamos a competir con la misma miel, que va a tener un impuesto más alto, y así es como perdemos competitividad en esos mercados.

Exportaciones fraudulentas

En el tema de las exportaciones el año pasado Reuters dio a conocer una situación con una empresa que importaba berries desde China, los re etiquetaban y los volvía a exportar haciéndolo pasar por producto chileno. ¿Han recibido alguna otra denuncia de este tipo?

No hemos recibido ninguna otra denuncia de este tipo. Ese caso fue el 2016 y me tocó revisarlo porque como directora de Odepa uno ve el área internacional. Fue un caso puntual que no se sujetó a la ley y fue sancionado como corresponde, lo que nos deja tranquilos. Además, el SAG adaptó ciertas formas de trabajo para impedir que esto ocurra en el futuro.

¿Cómo afectó esta situación la visión que tienen en el extranjero sobre las exportaciones chilenas? ¿Dañó la confianza?

Cuando salió la noticia estábamos en reuniones con el ministerio de Canadá y seguíamos profundizando distintas áreas para las exportaciones de berries, que era justo lo cuestionado, estas cosas comunicaciones pueden tener impactos puntuales, pero la relación entre las instituciones de ambos países, son estrechas, de largo plazo y constantes.