Brasil y Argentina anunciaron que comenzarán a trabajar en una moneda común y que invitarán a algunos países a ser parte de ese plan. Uno de esos países que podría ser invitado es Chile. La moneda, que tendría como nombre “sur”, se podría usar tanto para los flujos financieros como comerciales.

La propuesta apunta a “simplificar y modernizar las reglas y fomentar el uso de las monedas locales” como forma de superar las barreras en los intercambios comerciales. Ante esta idea planteada por los mandatarios de Brasil y Argentina, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, fue consultado sobre la posibilidad de que pueda concretarse.

En ese sentido, el secretario de Estado, sostuvo que “es un tema que habrá que observarlo, para calificar buena idea o mala idea. Hay que tener los detalles más allá de la moneda común”. No obstante, agregó que por “el momento estamos cómodos teniendo una política fiscal y monetaria propia que han sido especialmente útiles para reducir la inflación este año”.

Marcel argumentó “la experiencia internacional no es abundante al respecto, y que solo está presente en la zona euro”.

El secretario de Estado, detalló que antes de tener una moneda única, “primero hubo integración comercial, aduanera, y luego vino la integración monetaria, lo que implica no sólo tener una moneda común, sino que un Banco Central común que defina una política monetaria común”.

Precisó que “también es necesario contar con un grado importante (común) de la política fiscal, que para en el caso de la Unión Europea se aprobaron una serie de normas para asegurar una política fiscal responsable”.

Ante esta posibilidad, Marcel acotó que “desconocemos en este caso, cuánto más allá se quisiera avanzar en esta materia. Primero nos preocuparemos de su alcance y su contenido”.