El martes comenzará la discusión del Presupuesto 2024. En doble jornada, el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos presentarán el Estado de la Hacienda Pública y el Informe de Finanzas Públicas ante los parlamentarios. En esos informes se entregarán las proyecciones macroeconómicas y fiscal. Por lo mismo, esta semana el ministro Mario Marcel estuvo abocado a cerrar los últimos detalles del proyecto, que para la oposición será la discusión más dura en décadas. Pero esa frase no inmuta al secretario de Estado, quien responde tajante: “No hay ninguna discusión presupuestaria blanda”.

Algunos analistas dicen que usted está “desgastado” y que eso se ha ido reflejando en el apoyo ciudadano que tiene. ¿Cómo toma esos análisis?

A uno como ministro de Hacienda le toca tomar decisiones difíciles y muchas veces es portador de noticias que no son agradables para las personas. Esa es la razón por la cual los ministros de Hacienda nunca han marcado muy alto en las encuestas de popularidad. Eso no debería ser nuestra medida de éxito. En particular, cuando me llegan las encuestas, más bien lo que miro son los temas de las expectativas, ese tipo de cosas, ya que eso permite saber mejor cómo la gente percibe el estado de la economía, más que la opinión que tenga del ministro. No soy candidato a nada, solo me interesa dejar atrás estos cuatro años de alta volatilidad, en que la economía ha sido una fuente de incertidumbre y preocupación para la gente.

Y ahora que comienza la discusión del Presupuesto 2024, ¿cómo está su relación con los parlamentarios de oposición? ¿Más friccionada que antes?

Si uno juzgara por lo que ha pasado esta misma semana, salimos adelante con tres proyectos que teníamos en la Sala del Senado (reprogramación de deudas de transportistas, resiliencia financiera y registro de deuda consolidada). Si sacamos la cuenta, como ministerio en el último año hemos aprobado cerca de 30 proyectos de ley. Somos el ministerio que más trabajo legislativo tiene, tanto por proyectos que son propios de nuestra cartera como otros que tenemos que patrocinar. La relación con los parlamentarios es respetuosa, pero hoy día la política es más compleja y más confrontacional de lo que era hace años. De todos modos, he logrado un buen nivel de entendimiento con los parlamentarios de gobierno y oposición. Hay conflictos, pugnas, pero también un esfuerzo constructivo para sacar las mejores leyes posibles.

El diputado y jefe de bancada de la UDI, Guillermo Ramírez, afirmó que esta discusión del Presupuesto será la más dura en décadas, dado los líos de plata con fundaciones. ¿Lo ve así?

No hay ninguna discusión presupuestaria blanda. Siempre hay desafíos. A veces porque el gasto crece mucho, otras porque crece poco. Hay aspiraciones por resolver a través de los recursos presupuestarios. Se debe estar preparado para adaptarse a los temas que surgen en cada Presupuesto. En este caso, el tema de regulación y transparencia de convenios con instituciones privadas es importante y hemos estado trabajando los últimos dos meses para tener una respuesta a la altura de las preocupaciones de la ciudadanía.

Para el próximo año Hacienda proyecta un PIB de 2,5%, por arriba de lo esperado por los economistas y el Banco Central en su reciente Ipom. ¿Qué elementos tienen para sustentar esa cifra?

Es un Presupuesto que se ejecutará en un año en que la economía se va a estar reactivando. Entre otras cosas, porque algo que ha estado frenando la actividad y la demanda interna —la política monetaria restrictiva— ya ha entrado a una etapa de normalización. Aparte de eso, la caída del consumo tocó fondo y la inversión no ha caído tanto como se pensaba. Y la minería, que nos ha dado sorpresas negativas durante este año, se recuperará, puesto que están entrando a operar nuevos proyectos que aumentarán la producción. Todos esos elementos van confluyendo a que, en 2024, la economía estará creciendo, pero lo más importante es que lo hará con baja inflación. La magnitud de esa expansión depende del potencial del crecimiento del país, y venimos de una etapa de desaceleración del crecimiento tendencial que nos costará revertir.

29 Septiembre 2023 Entrevista a Mario Marcel, Ministro de Hacienda. Foto: Andres Perez

Pero ese 2,5% ya es calificado como demasiado optimista por los economistas…

La medida de si una proyección es optimista o pesimista se debe hacer en relación a lo que ocurre. Nosotros a comienzos de este año esperábamos una contracción del PIB para 2023 mucho menor que el mercado, de -0,7% frente a -1,5%, ese es al final el test de las cosas. Nosotros nunca validamos las expectativas de PIB que había a principios de año: dijimos que eran demasiado pesimistas, y al final tuvimos la razón.

Para este año están con una proyección de PIB de 0,2%, por sobre el mercado y la estimación del Banco Central que la ajustó a entre -0,5% y 0%. ¿Cambiarán su pronóstico?

Ahora esperamos un crecimiento del PIB de 0% para este año. La última cifra era, efectivamente, de 0,2%. Ha habido un pequeño ajuste a la baja.

El aumento de 3,5% del gasto público que considera el Presupuesto 2024 sorprendió al mercado, que esperaba un alza de entre 2% y 3% dado los mensajes de austeridad que usted había entregado. ¿Es austero un 3,5%?

El espacio de crecimiento del gasto en Chile, desde que se adoptó la regla de balance estructural, está determinado por los ingresos estructurales y estos se mueven por tres factores: el crecimiento tendencial aplicado a los ingresos tributarios, la evolución del precio del cobre de largo plazo y los rendimientos adicionales que pueda haber por el lado tributario, cobre u otros ingresos. El próximo año, algunos de estos factores incidirán al alza. Uno de ellos son los ingresos por el royalty minero, de los cuales en 2024 ingresará una parte, porque el total se sentirá en 2025, pero además un aumento en la producción de cobre y los ingresos del litio. El comité de expertos también subió la estimación de precio del cobre de largo plazo. Todo eso contribuye a explicar por qué el gasto crece más que el Producto.

¿Este crecimiento del gasto mantiene la trayectoria fiscal prevista, tanto efectiva como estructural?

Sí, este año el déficit fiscal será algo superior al 2% del PIB y para 2024 tenemos un déficit proyectado de 1,9% del PIB, tanto estructural como efectivo. Para el término del periodo convergeríamos a un nivel bastante menor, que estabilice la deuda como porcentaje del PIB. La cifra precisa la estamos afinando, de tal manera de dejar las cuentas fiscales en una situación estable y que sea neutral en cuanto a las decisiones que tome otro gobierno, bien distinto de cómo las recibimos nosotros.

En cuanto a cómo contabilizar los recursos del litio, ¿finalmente Hacienda desechó utilizar la metodología que recomendó el Consejo Fiscal Autónomo (CFA)?

Vamos a tener que mantener la metodología que presentamos, que ajusta los ingresos de la renta del capital de esas empresas. Esto, porque si se incorporan los ingresos tributarios, desgraciadamente estaríamos entregando información que está protegida por el secreto tributario. Pero aun así, lo que queda por corregir es relativamente poco, porque los ingresos tributarios del litio son considerablemente menores a las rentas del capital y fluctúan mucho menos que estas.

Pero eso le da más espacio para gastar…

El espacio que genera para gastar es en función de los ingresos estructurales, que es el promedio del total de rentas del capital del litio de los años anteriores. Eso también es más exigente y estricto que lo que hemos aplicado con el precio del cobre.

29/09/2023 PRESENTACION PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS 2024 EN LA FOTO, RICARDO CIFUENTES, MARIO MARCEL, JAVIERA MARTINEZ FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

¿Le preocupa la caída que ha sufrido el precio del litio en el último tiempo?

Para que el país pudiera haber aprovechado más los ingresos del litio en 2022 y 2023 tendría que haber ampliado la producción hace siete años. Eso no ocurrió y las decisiones que hoy día se tomen respecto del litio, ya sea en la negociación con SQM o nuevos proyectos, rendirán frutos dentro de varios años más.

Por ahora, dadas las últimas proyecciones, la economía chilena crecerá en promedio bajo 2% los cuatro años del gobierno. ¿Es un fracaso?

Este período tendrá dos años de crecimiento de 2,5%, uno con crecimiento de 0% y vamos a depender mucho del último año para el promedio del periodo. Lo más relevante me parece es haber logrado, en un tiempo corto, estabilizar la economía chilena después de desequilibrios no vistos de décadas y lograrlo sin inducir una recesión para la economía chilena ni perjudicar a los más pobres. Bajar la inflación desde un 14%, eliminar un déficit estructural de 11% del PIB, evitar una recesión y reducir la pobreza es una combinación única en nuestra historia económica y en la comparación con otros países.

¿Cuál es su meta de crecimiento?

Lo que querría es tener un crecimiento sostenible y que ubique a la economía sobre una trayectoria de estabilidad, porque más allá de la cifra que uno tenga en un año, lo más complejo para los chilenos y las empresas es la enorme volatilidad. La incertidumbre que hemos tenido en cuatro años: caer un año 5,8%, crecer al otro año 12%, después tener que ajustar. Por otro lado, tener la inflación en 14%, una tasa de interés con aumentos repentinos y las fluctuaciones del dólar. Todo eso ha sido desgastador para todos. Si bien no lo hemos logrado completamente, ese tiene que ser nuestro criterio hacia adelante. No sacamos nada con producir una euforia temporal que después será seguida de una depresión.

Este Presupuesto estará marcado por el mal manejo de los recursos por parte de gobernaciones y seremis. ¿Cómo se enfrentará esa temática?

Nos hemos preparado mucho para este Presupuesto. Normalmente el trabajo presupuestario empieza seis meses antes de presentar el proyecto y en este caso ha sido mucho más intensivo, por toda la revisión que se ha hecho de la parte normativa del Presupuesto. Sólo a lo que se refiere de las glosas presupuestarias, hay más de 500 modificaciones. Además de eso habrá cambios en los articulados y una revisión a fondo de las clasificaciones presupuestarias.

¿Esos cambios ya los venían trabajando antes o reaccionaron a esos hechos?

Toda esta parte normativa de las glosas del Presupuesto ya la empezamos a trabajar el año pasado en la preparación del Presupuesto 2023 y cortamos 100 páginas de glosas. Entre los cambios que hicimos, en el caso de los gobiernos regionales, fue reducir al mínimo las asignaciones directas a las fundaciones sin fines de lucro. En aquel entonces todavía no estallaba el caso de Democracia Viva, sin embargo, tuvimos la capacidad para darnos cuenta de que tener una norma que exceptuaba de toda regulación las asignaciones directas a fundaciones privadas sin fines de lucro era demasiado riesgoso. Por supuesto que ahora se agregan los énfasis que surgen con el conocimiento de estos casos y de las recomendaciones de la comisión Jaraquemada.

¿Estas mayores regulaciones podrían terminar entrampando la inversión?

En los temas de gestión pública siempre hay una tensión entre efectividad y transparencia. No se trata de que el sector público haga las cosas sin importar los medios, o que se preocupe sólo de los medios y no del resultado final. En general, las normas que se han incorporado tratan de equilibrarlo. Los ministerios, servicios y gobiernos regionales tienen que prepararse para ejecutar sus presupuestos con estas nuevas normas. Nosotros estamos disponibles para explicar cómo operar con las nuevas reglas, y ya comprometimos un taller con los gobiernos regionales, una vez aprobada la ley de Presupuesto.

Estas mayores restricciones tienen un origen que son los traspasos a fundaciones sin fines de lucro y que involucraron a militantes de RD. Si bien han explicado que no hubo flexibilidad presupuestaria, se mantienen los cuestionamientos a la gestión de la directora de Presupuestos, Javiera Martínez…

Este no es un tema fácil, porque hablamos de glosas, que el público en general no conoce, y que son notas al pie de página que establece cómo se ejecutará el Presupuesto. Para entender bien lo que cambió entre 2022 y 2023, hay que meterse a revisar las glosas y la concordancia en el articulado de la ley. Es posible que algunos parlamentarios no hayan hecho ese análisis. Nosotros, en el caso de la Comisión de Hacienda de la Cámara, hicimos una presentación paso a paso para que se entendiera bien qué era lo que había cambiado. Lo mismo hicimos en la sesión especial de esta semana. No todos los parlamentarios entran en ese nivel de profundidad y tienden a repetir lo que escucharon de algún otro. Si bien uno no puede aspirar a convencer al 100% de los parlamentarios, los que han tenido la paciencia y han mirado el tema a fondo, han ido entendiendo mejor cuál es la situación. Por esa razón, en buena medida, cuando se planteó un proyecto de resolución de crítica a la directora de Presupuestos, en la misma sesión especial se rechazó.

29 Septiembre 2023 Entrevista a Mario Marcel, Ministro de Hacienda. Foto: Andres Perez

Usted dijo que el Presupuesto es como un avión y que la piloto es la directora de Presupuestos. ¿Está firme ese piloto para liderar todo este proceso presupuestario, pese a los nuevos antecedentes que se conocieron en el caso de Democracia Viva?

La directora Javiera Martínez ha liderado todo el trabajo de preparación de este presupuesto, con una minuciosidad mayor a la habitual, dados los problemas en torno al tema de los convenios. No hay nadie mejor preparado que ella para encarar esta etapa legislativa.

Mirando hacia atrás, ¿cree que la defensa que hizo, al señalar que Javiera Martínez era la mejor directora de Presupuestos desde 1990, la sobreexpuso?

Me importa más decir la verdad, o transmitir lo que yo creo, que hacer un cálculo de cuál es el efecto que puede tener por acá o por allá.

“Lo que más puede ayudar es que haya una nueva Constitución que se apruebe con amplio apoyo de la ciudadanía”

Usted ha dicho que el pacto fiscal ha ido avanzando bien. ¿Qué es lo positivo de este proceso, en concreto?

Ha ido avanzando bien en lo que ha sido el diálogo, donde están todos los partidos políticos. Si uno revisa los últimos meses y años, cuesta encontrar una instancia donde estuvieran todos los partidos representados. En la reunión del jueves estuvimos de acuerdo en generar un texto que integrara los aportes y que, eventualmente, se pudiera suscribir. Hay esa disposición, la que evalúo positivamente. Una vez que exista ese acuerdo, hay que generar los proyectos de ley y en el diseño del pacto fiscal está planteado que se haga inmediatamente después.

¿Y eso cuándo debería ser?

Se deben identificar las medidas acordadas. De ellas, determinar cuáles van a requerir legislación y cómo se irán ingresando los proyectos correspondientes. Eso debería ser a mediados de octubre.

Uno de los temas complejos son las normas antievasión y elusión. ¿Ve espacio para acuerdos?

En la sesión que tuvimos esta semana, en general hubo acuerdo en la mayoría de los temas. Hay uno o dos temas donde hay diferencias, por lo tanto, veo convergiendo a acuerdos a mediados de octubre.

¿No hay un riesgo importante de que la discusión del pacto fiscal termine sin un proyecto sobre impuesto a la renta?

Tengo la esperanza de que todo avance. En la medida que nos vamos acercando a la línea del ecuador del gobierno, quien quiera liderar un próximo gobierno va a querer tener una situación fiscal ordenada. Hay que tener esa visión, porque nos ha costado acostumbrarnos a períodos de cuatro años que están más limitados en su mandato y donde el comienzo de uno depende mucho de lo que pase en el anterior. Si hacemos las cosas bien en estos temas, eso le asegurará un buen comienzo al próximo gobierno y a quien quiera liderar le va a convenir que así sea.

¿El proyecto de impuesto a la renta no está muerto, entonces?

No, está ahí, está planteado. Hay que pensar que lo que se ha estado discutiendo no es sólo aumento de impuestos, sino también incentivos y beneficios tributarios. Es un proyecto más amplio que simplemente aumento de impuestos.

En otro tema, para la economía, que se cierre el proceso constitucional, ¿es positivo o depende de las normas que queden en el nuevo texto?

Lo que más puede ayudar es que haya una nueva Constitución que se apruebe con amplio apoyo de la ciudadanía y que convoque a los sectores más diversos. Eso es lo que siempre se ha esperado de este proceso.