Mario Marcel y el primer año del gobierno: “Son más los goles que los autogoles”
Pese a los problemas y errores de la administración Boric, el ministro de Hacienda dice que este “equipo ha demostrado tener mucha capacidad de hacer autocrítica y corregir”. Se muestra abierto a mejorar la reforma tributaria, ya no le pone fecha de salida y sostiene que si la oposición tiene reparos al impuesto a la riqueza “debería plantear una propuesta” alternativa. A nivel macro, afirma que el principal riesgo interno “sería la reiteración de planteamientos que promuevan retiros de fondos de pensiones”.
Una buena semana tuvo el equipo económico del gobierno: la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados despachó la reforma tributaria, la de Trabajo aprobó en general la reforma de pensiones y en el Senado esa misma instancia le dio el visto bueno al proyecto que reduce la jornada laboral a 40 horas. El viernes, por último, presentaron la agenda de productividad.
En ese contexto, el ministro de Hacienda Mario Marcel, pese a los numerosos errores no forzados de la administración Boric, defiende con convicción lo realizado, ad portas de cumplir el primer año de gestión.
Con el receso legislativo de febrero estamos casi cerrando el primer año de gobierno, ¿cuál es su evaluación?
-Ha sido un año muy intenso, marcado por la salida de la crisis económica más profunda que ha habido en décadas y presiones inflacionarias desconocidas para la mayoría de la población. Tuvimos la necesidad de ir combinando y ser capaces de lidiar con los desafíos de corto plazo, junto con los cambios más estructurales. Este es un gobierno que podría haber estado dominado por la coyuntura, perdiendo su norte, o podría ser un gobierno muy obsesionado por los cambios estructurales y desestimar los temas de corto plazo. Lograr ese equilibrio ha requerido esfuerzo, y creo que en buena medida se logró.
Para alguien tan prolijo y detallista como usted, ¿cuán complejo es estar en un gobierno que ha caído en tantas desprolijidades como este?
-Es difícil hacer una comparación. Hoy hay mucha más atención y se les exige mucho más al Estado y a las autoridades de lo que ocurría hace décadas. A principios de los años 90 yo estaba en este mismo edificio y si en esa época hubiéramos tenido el grado de escrutinio y transparencia de hoy, a lo mejor nos encontraríamos con muchos episodios que les hubiéramos llamado desprolijidades, porque también había mucha gente nueva, que no tenía experiencia de gobierno. Ahora, más allá de eso, uno siempre quiere que las cosas funcionen bien y que si tiene que enfrentar una contingencia sea algo que viene de afuera y no que se ha creado internamente. Todas estas cosas llevan incluido aprendizaje y eso se incorpora cada día a la gestión de gobierno.
Pero crece la visión de un gobierno bastante amateur…
-Esos títulos a veces tienen un poco de caricatura, y creo que también llevan un cierto prejuicio.
¿En qué sentido?
-En el sentido de que cuando se ve un gobierno encabezado por un Presidente joven, probablemente se le tiende a buscar o se tiende a interpretar cosas que pasan de una determinada manera. Un equipo con limitada experiencia de gobierno está más expuesto a los errores, pero este ha demostrado tener mucha capacidad de hacer autocrítica y corregir dichos errores.
¿Pero usted no cree que todos los yerros y autogoles que ha habido dan para catalogar así al gobierno?
-Dado que están usando términos futbolísticos, uno tendría que comparar los autogoles con los goles, y creo que el gobierno del Presidente Boric durante el primer año se ha anotado logros muy importantes.
¿Como cuáles?
-Por ejemplo, el aumento del ingreso mínimo, que es el más alto en mucho tiempo, generado en acuerdo con los trabajadores y con las pymes, acompañado de un conjunto de medidas complementarias que lograron anticiparse a un escenario inflacionario que iba a ser complejo. Pensemos también en el tema de La Araucanía: hubo ciertos términos que se usaron en la primera etapa del gobierno que generaron fuertes críticas, pero hoy tenemos en esa región una disminución sustancial de atentados y eventos asociados a este conflicto. Recordemos también el caso de la calle Meiggs, que era emblemático en su momento, y donde se ha logrado reducir entre un 40% y 50% la delincuencia. En materia fiscal se ha logrado una consolidación que parecía imposible y se ha articulado un mecanismo para reinvertir las rentas del litio en desarrollo productivo.
¿Son entonces mayores los goles que los autogoles?
-Así me parece, claramente son más los goles que los autogoles, sobre todo considerando las magnitudes relativas de las cosas. Por ejemplo, la filtración de un audio es difícil de comparar con la modernización del acuerdo con la Unión Europea.
Si es así, ¿a qué atribuye el deterioro en la evaluación ciudadana, donde la aprobación del Presidente está por debajo del 30%?
-Las encuestas son muy sensibles a ciertos eventos. Hay ciertas cosas que son más simbólicas, que tienen impacto sobre las percepciones. En el caso de la economía, por ejemplo, hemos tenido un ajuste bastante moderado, pero las percepciones económicas son muy negativas, fundamentalmente por la inflación. Si me preguntan a mí, que me ha tocado mirar el Estado desde adentro por muchos años, diría que hay logros de este gobierno que no son tan visibles, pero que en el contexto en el cual hemos estado navegando son muy meritorios.
¿La baja en las encuestas usted la atribuye, entonces, a temas circunstanciales, más que al desempeño del gobierno propiamente tal?
-Este es un gobierno que asumió rodeado de grandes expectativas sobre el cambio que podía generar. Pese a que el Presidente y muchos líderes políticos advirtieron que las cosas no iban a suceder de la noche a la mañana, hoy vivimos en una época en la cual se exige mucho de inmediato. Si uno va mirando los grandes temas, va a encontrar logros bien importantes. Pensemos en los retiros de los fondos de pensiones. Para el gobierno del Presidente Piñera fue una pesadilla y no logró dar nunca con una manera de frenarlos, incluso recurriendo a transferencias masivas que desequilibraron dramáticamente las cuentas fiscales. Producto de ello, terminamos su período con aumentos de tasas de interés enormes, depreciación del peso, inflación, y parecía que no había forma de contener su repetición. Sin embargo, el gobierno actual logró revertir esta situación.
Pero momento, buena parte de esta coalición, que ahora está en el gobierno, ayudó a que eso pasara…
-Pero lo que estamos juzgando es la gestión de este gobierno, no las historias personales de cada uno. El contraste que quiero hacer es que este gobierno fue capaz de lograr un rechazo a la idea de legislar sobre el quinto retiro, y ahora acaba de tener una votación de ocho a dos en contra del autopréstamo. Eso es algo que habría parecido imposible hace un año y medio.
Claro, porque ahora son gobierno y están con la guitarra en la mano.
- ¿Y acaso no se espera que los gobiernos sean responsables? Así y todo, tampoco es fácil cambiar de posición o explicar por qué ahora se toma una opción distinta.
¿Y usted cree que es un cambio de opinión con convicción de quienes hoy están en el gobierno y antes empujaron los retiros?
-Claro, y no solo por ser gobierno, sino que porque con los retiros anteriores desgraciadamente ocurrió todo lo que se anticipó que iba a ocurrir. Hubo un convencimiento genuino en las autoridades de gobierno, y también de muchos parlamentarios, de que los retiros causan mucho más daño que cualquier alivio temporal. Entonces, a eso es a lo que me refiero. Si uno considera temas gruesos de política a evaluar, más allá de lo anecdótico del día a día, mi balance es que este gobierno ha tenido logros importantes, avanzando donde otros, supuestamente mejor preparados o motivados, fracasaron.
La crisis de seguridad pública que vive el país, ¿puede llegar a afectar el ambiente de negocios y el desempeño económico?
-Los temas de seguridad tienen un costo económico. Las empresas se ven forzadas a invertir más para resguardar la seguridad de sus instalaciones y sus trabajadores, y eso aumenta sus costos y las vuelve menos competitivas. Ahora, una empresa que esté tomando una decisión de inversión, con seguridad hará un análisis más allá de las encuestas o percepciones, y la comparará con las alternativas que tenga. A nivel ciudadano, la mayor preocupación es por el crimen organizado y la violencia de algunos delitos. Afortunadamente, hoy ya tenemos en operación un programa presupuestario dedicado íntegramente a la lucha contra el crimen organizado, donde la ministra del Interior puede orientar esos recursos. Uno puede preocuparse, angustiarse, por la situación de inseguridad, pero lo que no se puede decir es que este gobierno ha estado indiferente al tema.
En cuanto al balance más personal, ¿qué anota como logros este año y dónde lo pudo hacer mejor o cometió errores?
-Todo lo que ha sido la respuesta a necesidades sociales más inmediatas, articulando respuestas con elementos importantes de innovación, como el complemento de la asignación familiar por el aumento del costo de la canasta básica de alimentos. Ahora estamos discutiendo en el Senado el bolsillo familiar electrónico, con el cual vamos a introducir un instrumento de política social que no hemos tenido en Chile. En lo estructural, tenemos una agenda que mira al mediano plazo y se hace cargo de los desafíos en materia de crecimiento con proyectos como el de consolidación fiscal para ayudar a estabilizar la economía, los mecanismos de estímulo de la inversión que se han incorporado en la reforma tributaria, la agenda de productividad. Pronto también vamos a tener la política nacional del litio, la política de hidrógeno verde, y además una agenda de reformas por el lado financiero. Entre las cosas que podrían haber funcionado mejor, nos habría gustado, por ejemplo, haber tenido un acuerdo más global sobre los temas tributarios, pero creo que lo vamos a lograr en el Senado. Y bueno, claro, me arrepiento del episodio de haber comprado flores en la calle sin fijarme qué tipo de venta era (risas).
El primer plazo que usted dio para tener aprobada la reforma tributaria fue marzo de este año y luego habló de mayo. ¿Todavía ve eso posible?
-La velocidad a la cual se avance en el Senado va a depender mucho de la disposición de los distintos sectores políticos a tener una mirada de conjunto sobre la reforma, incluido el royalty y los temas de manejo fiscal.
¿Pero ya no se pone plazos? Porque es difícil pensar que un proyecto que se tramitó siete meses en la Cámara tome mucho menos en el Senado, donde el gobierno no tiene mayoría.
-Desde el Ejecutivo no se puede imponer los plazos que uno quiera a la discusión legislativa de un proyecto que es complejo. Ahora, en la Cámara se hizo un trabajo bien exhaustivo de revisión, artículo por artículo. Se introdujeron varias mejoras al proyecto. Entonces, muchas preocupaciones que había en un comienzo, que podrían ser compartidas por los senadores, se han ido resolviendo. Por ello, creo que puede haber una discusión más focalizada, pero no menos sustantiva, en el Senado.
Pero existen aún muchos reparos de la oposición, ¿está disponible para ceder e ingresar nuevas indicaciones?
-Disponibles para mejorar el proyecto y para buscar acuerdos de la misma manera en que lo hicimos en la Cámara.
En ese sentido, ¿puede ser el impuesto a los altos patrimonios una de las monedas de cambio en el Senado, dados los reparos que genera en la oposición y el empresariado?
-A estas alturas, lo que uno debería esperar, más que reparos, es propuestas. Si la oposición piensa que este impuesto tiene una serie de problemas, entonces debería plantear una propuesta, como lo que ha estado insinuando el empresariado.
¿Una propuesta para lograr una recaudación similar con otro impuesto?
-Una propuesta que permita mantener ciertos objetivos que podamos concordar. Debe tener una alternativa para los ingresos fiscales y con ello podremos evaluar hasta dónde contribuye a los objetivos de recaudación y progresividad.
El SII informó que en poco más de un año 125 contribuyentes de altos patrimonios han iniciado el proceso para cambiar domicilio tributario, ¿les preocupa eso?
- Entre noviembre de 2021 y enero de 2023, de 403 contribuyentes que habrían avisado al SII que iniciarían el proceso de cambio de domicilio tributario, sólo 35 se verían potencialmente afectados por el impuesto patrimonial. Esto sugiere que la reforma tributaria no es probablemente la principal razón que justificaría estas intenciones. Algunos mencionan temas de inseguridad política o personal, pero como este procedimiento recién se estableció a mediados de 2021, no sabemos qué proporción corresponde simplemente a personas que se van a vivir a otro país por razones laborales o profesionales. Tomar la decisión de dejar el país por razones tributarias supone que la persona ha realizado un análisis de su situación impositiva en Chile respecto de otros países. Como el resto del mundo no es un paraíso tributario y las cargas por este concepto son en muchos casos elevadas, supongo que junto con el costo de liquidar activos y asumir nuevos riesgos, muchos habrán concluido que no les convenía, o bien habrán optado por esperar a que se termine de tramitar la reforma tributaria. Actuar impulsiva o intuitivamente en un tema tan trascendental no es lo más apropiado. Pensemos, por ejemplo, en las personas que compraron dólares y abrieron cuentas en esa moneda a mediados del año pasado y que, con la caída del dólar, han perdido casi 20% de su capital.
Si la reforma tributaria sale del Congreso muy avanzado 2023 y dados sus plazos de aplicación, ¿complicaría el financiamiento de la segunda mitad del gobierno?
-No, porque si la reforma se aprueba en 2023 empezará a recaudar significativamente en 2024 y ya en régimen para 2026, 2027. La urgencia para aprobar la reforma tributaria tiene que ver con reducir la incertidumbre en la economía, para los contribuyentes. Estos merecen saber cuanto antes qué sistema tributario se les va a aplicar a futuro, y despachar pronto la reforma, con los ajustes que requiera, es clave para responder a ello.
“En el segundo trimestre veremos reaparecer cifras positivas de crecimiento”
El lunes se cierra el año fiscal 2022. ¿Cómo terminarán las cuentas fiscales en el primer año de gobierno?
-Tal como lo habíamos anticipado, 2022 cerrará con balances fiscales positivos, con un superávit efectivo superior al 1% del PIB, el primero desde 2012. El balance estructural también será positivo, en torno a 0,5% del PIB. Lo anterior es reflejo de un manejo responsable de las finanzas públicas, donde en un año no sólo nos hemos hecho cargo de la corrección de los gigantescos desbalances de 2020 y 2021, sino que también hemos roto con una tendencia a los desequilibrios fiscales y el aumento de la deuda que se arrastraba por más de una década.
¿Qué parte de ese mejor resultado puede atribuirse al litio y cuánto de eso es permanente?
-Los ingresos fiscales en 2022 superaron claramente lo previsto. La mayor incidencia la tuvo la recaudación tributaria no minera, secundado por rentas de la propiedad. Los ingresos provenientes de la explotación del litio explican una parte importante de la mayor recaudación debido al alto precio en que se cotizó el año pasado. Sin embargo, los resultados que menciono no se habrían logrado sin una contracción del gasto como la que efectivamente se produjo. Es así como en 2022 el gasto se redujo en 23,1% real, algo que muchos habrían juzgado de imposible hace un año y que constituye un verdadero récord a nivel internacional.
¿Sigue pensando que la caída de la economía este año será muy acotada y menos de lo que prevén el BC y el mercado, de solo 0,5%, y que el peor trimestre fue el cuarto de 2022?
-Durante el año pasado la economía chilena terminó mostrando una mayor resiliencia de la que muchos esperaban. La economía fue capaz de ir haciendo el ajuste necesario después de los grandes desbalances generados por la salida de la pandemia, las masivas transferencias fiscales y los retiros de fondos de pensiones. De hecho, se proyectaba una caída de la inversión de 3%, cuando probablemente terminará creciendo en torno a 3%, de acuerdo al último IPoM. Ese mejor desempeño, que también se vio en los últimos Imacec del año pasado, lleva a que probablemente sea este primer trimestre el que registre el nivel más bajo de actividad, pero desde ahí ya comenzaríamos a crecer, más coherente con nuestra capacidad tendencial. Al mismo tiempo, la inflación se irá reduciendo, de manera que en el segundo trimestre veremos no sólo reaparecer cifras positivas de crecimiento trimestral, sino inflación por debajo del 10% anual.
En cuanto a la salida de la recesión, ¿qué espera para 2024? ¿Hay riesgo de que el país tenga un muy bajo crecimiento?
-A fines de este primer trimestre ya tendremos hecha gran parte de la tarea de reequilibrar la economía. En el segundo trimestre probablemente se reduzca aún más la incertidumbre que tanto nos marcó los últimos tres años. Esto, porque ya estaremos completando la tramitación de la reforma tributaria y el nuevo proceso constitucional estará bien avanzado. Las agendas en pro de la inversión y la productividad estarán bien avanzadas en su implementación y es probable que ya se hayan despejado las dudas sobre la economía internacional. La semana pasada también logramos importantes compromisos con la banca para que esta apoye la reactivación de la economía durante 2023. Todos estos elementos dan para pensar en un crecimiento sostenible de la actividad.
A su juicio, ¿cuál es el principal riesgo económico del país este 2023?
-Siempre hay riesgos a nivel internacional que pueden cambiar el panorama, tal como lo hizo el conflicto en Ucrania en 2022. En lo doméstico, el principal riesgo sería la reiteración de planteamientos que promuevan retiros de fondos de pensiones o equivalentes, cuyo impacto negativo ya es conocido y que, de revivir, nos harían retroceder todo lo avanzado en materia de control de la inflación, reducción de la incertidumbre y estabilidad financiera.
Si la idea de nuevos retiros avanza, ¿el gobierno cederá al igual que el año pasado y enviará un proyecto propio?
-El gobierno no está ni estará disponible para apoyar ninguna iniciativa que conlleve una liquidación abrupta y masiva de activos financieros, o que reviva las presiones inflacionarias que tanto ha costado controlar. Buena parte de los parlamentarios y de la ciudadanía ha entendido finalmente que los retiros no son ninguna ayuda y que sólo provocan daño, especialmente a los sectores más vulnerables.
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