La última semana de septiembre se realizó en nuestro país la conferencia Zero Proyect 2021, organizada por Fundación Descúbreme y Essl Foundation, cuyo foco central fue la inclusión de personas con discapacidad a través de las nuevas tecnologías, las políticas públicas proempleo y las redes de empresas inclusivas.
En la ocasión, junto con la presidenta de la Fundación Descúbreme, Catalina Saieh, otro de los anfitriones del evento fue el presidente de Essl Foundation, Martin Essl, un destacado empresario y filántropo austríaco que se ha convertido en un referente de la inclusión a nivel mundial.
En 1999, Essl asumió la dirección de bauMax, la cadena de tiendas para el hogar que su padre Karlheinz fundó a mediados de los 70, y cuyo formato de negocios, que se expandió a ocho países, sirvió de soporte para iniciar su más importante empresa, la creación de la fundación en 2008, la cual, entre otras iniciativas, entrega un millón de euros a las mejores ideas que tengan como objetivo un fin social. Así lo cuenta en esta entrevista el propio Essl.
¿Qué le llevó a dedicar su vida a la filantropía?
-La familia Essl es muy conocida en Austria y siempre ha estado interesada en ser un ciudadano corporativo responsable. Mis padres son importantes coleccionistas de arte contemporáneo, así que esto es algo que viene de familia, y mi mujer y yo escogimos trabajar en el ámbito social.
¿Y por qué el área de discapacidad?
-Porque nuestro grupo empresarial tuvo muy buenas experiencias con la contratación de personas con discapacidad y de trabajo con organizaciones de personas con discapacidad. Fue siempre bueno para ellas y bueno para la empresa. Desde entonces, mi misión es compartir esta experiencia. Respecto de la segunda pregunta, no tengo claridad sobre por qué tan pocos empresarios dan este paso. Solo puedo decirles: se están perdiendo de mucho. Esto aporta muchísima alegría y satisfacción a mi vida y a mi familia. No cambiaría ningún yate ni viaje espacial por esta experiencia.
Por lo que ha visto en Zero Project, ¿cómo golpeó la pandemia al progreso en términos de inclusión en el mundo?
- Lo ha hecho, y mucho. Muchos programas no pudieron continuar; muchos procesos de innovación se detuvieron. Pero también ha traído buenas noticias. Hasta hace 2 años, la mayoría de los gerentes empresariales del mundo habrían puesto su firma bajo la afirmación: “El trabajo en la oficina no es posible si todo el mundo trabaja desde su casa”. Y esa era la mejor excusa para no comprometerse con la inclusión de las personas con discapacidad. Afortunadamente, hoy podemos decir que esa excusa ha desaparecido para siempre.
En el contexto actual, todavía no se avanza hacia el acceso universal y la inclusión real en las plataformas digitales, muchas de las cuales aún no están adaptadas a las necesidades reales de las personas con discapacidad...
-La digitalización es una enorme oportunidad para las personas con discapacidad y es importante tener en consideración que la mayoría de ellas está mucho más cerca de la tecnología, incluso dependen de ella, que el común de las personas. Pero queda un enorme desafío que dice relación con la concientización de los diferentes proveedores de tecnologías sobre las necesidades de esta comunidad, ya que su conocimiento al respecto es todavía muy limitado.
En Chile estamos trabajando en la redacción de una nueva Constitución. En su opinión, ¿qué elementos deberían estar presentes en ella para promover y garantizar la inclusión real de las personas con discapacidad?
-Para que una Constitución sea inclusiva, necesita la participación de las personas con discapacidad desde el principio, los diálogos con los grupos de interés y el involucramiento de la ciudadanía. Estamos hablando de las propias personas con discapacidad autorrepresentadas y no de sus organizaciones de servicios. Personas con todo tipo de discapacidades, incluidas las intelectuales y psicosociales.
¿Qué diferencia supondrá esto?
-Bueno, podría ser el derecho a la educación y el empleo inclusivos, y no en entornos separados que son la raíz de todas las formas de discriminación; o el derecho a la asistencia en los procesos de participación política, el derecho a vivir donde quieras vivir. En fin, obtendrás ideas y resultados sorprendentes, te lo puedo asegurar.
Estamos a menos de dos meses de las elecciones presidenciales en Chile. ¿Qué llamado haría a nuestros candidatos y qué políticas deberían promover en materia de inclusión?
-Habría muchas cosas que decir, obviamente, pero una que es clara y tiene un enorme efecto: se debe promover la participación política de las personas con discapacidad. Solo su presencia en la elaboración de políticas y su participación en todos los niveles de gobierno y administración es una garantía de que las cosas van a mejorar. Hay diferentes maneras de hacerlo, por ejemplo, financiando la asistencia que necesitan las personas con discapacidad para participar en las distintas instancias políticas. O crear un Congreso accesible e inclusivo, tanto física como virtualmente, con la creación de procesos en los que todos los ciudadanos puedan contribuir y compartir.
En 2018, Chile aprobó una ley de cuotas que indica que las empresas con 100 o más empleados deben contratar o mantener contratados al menos un 1% de personas con discapacidad o asignatarios de pensiones de invalidez. Según su experiencia, ¿cómo es esa cifra?
-Es comparativamente baja. En Austria, por ejemplo, tenemos una cuota del 4% en empresas a partir de 25 empleados. Sin embargo, la cifra por sí sola no dice mucho sobre el impacto que esta ley tiene o tendrá. Austria también es un buen ejemplo de ello, ya que la mayoría de las empresas se limitan a pagar la sanción por no cumplir la cuota. En otras palabras, el impacto real de una cuota depende del paquete completo de apoyo que acompaña a esta cuota. Cuantas más empresas vean esto como una simple penalización, más se limitarán a pagarla, y nunca se comprometerán ni verán esto como la oportunidad que realmente es, por ejemplo, para atraer talento o nuevos clientes.