Un reciente artículo del diario estadounidense The Wall Street Journal, plantea el resurgimiento de un concepto que, si bien no es nuevo, volvería para reemplazar la forma con la que hoy se evalúa el impacto de una empresa en la sociedad.
Los clásicos criterios ESG (medioambiental, social y de gobernanza) serían sustituidos por el de resiliencia, que se centra en la capacidad de adaptación de las organizaciones a los efectos del cambio climático. Mientras las estrategias tradicionales se enfocan en mitigar daños, la resiliencia enfatiza la capacidad de adaptación y la construcción de sistemas robustos frente a eventos extremos, para así mitigar las pérdidas económicas, según explica el reportaje. Grandes actores financieros internacionales como BNP Paribas, Standard Chartered y DP World, están promoviendo la resiliencia como un elemento central en sus estrategias de inversión, especialmente ante fenómenos climáticos más frecuentes y devastadores.
Este cambio entonces, explican, refleja la necesidad de adaptarse a un entorno cada vez más volátil. A pesar de la presión política, la resiliencia se posiciona como una estrategia proactiva para proteger las inversiones y asegurar la competitividad a largo plazo, aseguran.
Según Alex Godoy, director del Centro de Investigación en Sustentabilidad de la Universidad del Desarrollo (CiSGER), la resiliencia se refiere a “la capacidad de adaptarse o de responder a los shocks extremos, externos, sin necesidad de que los sistemas colapsen”. Y aunque ya ha sido utilizado en otros campos, se ha convertido en una herramienta fundamental para los inversionistas al momento de evaluar las empresas. La diferencia con los criterios ESG, explica Godoy, radica en que la resiliencia no se limita a la evaluación de indicadores, sino que se enfoca en la capacidad real de las empresas para sobrevivir y prosperar frente a crisis externas, como desastres naturales, cambios regulatorios o fluctuaciones sociales.
Como destaca el académico, los inversionistas buscan cada vez más empresas que puedan “demostrar cuán resilientes son” ante estos shocks externos. Esto es particularmente importante, tal como se especifica en el artículo mencionado, en un contexto donde grandes actores financieros como BlackRock, JP Morgan y Goldman Sachs se han retirado de iniciativas como el Net Zero Asset Managers, influenciados por una agenda política más conservadora del gobierno de Trump. Para Godoy, este cambio de enfoque hacia la resiliencia permite a las empresas y a los inversionistas hablar de adaptación sin mencionar explícitamente el cambio climático, lo que facilita la aceptación en mercados y gobiernos más reticentes a los compromisos mediambientales.
Una respuesta a la volatilidad y a la incertidumbre
Siguiendo la misma línea de Godoy, Reinalina Chavarri, directora del Observatorio Sostenibilidad de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, afirma que “la resiliencia es la capacidad de un activo, portafolio o estrategia financiera para resistir o recuperarse de un choque económico, crisis en los mercados o volatilidad, sin perder de manera irreversible su valor a largo plazo”, lo que permite a las inversiones mantenerse estables incluso en tiempos de incertidumbre, un factor clave en un panorama mundial donde los desastres naturales y las crisis políticas y sociales están en auge.
De acuerdo a Chavarri, el concepto de resiliencia es también relevante en el contexto chileno, ya que el país enfrenta riesgos significativos debido a su exposición a fenómenos naturales como terremotos, incendios forestales e inundaciones. Así, considera que incorporar este concepto en las políticas y estrategias de inversión no solo ayudaría a mitigar estos riesgos, sino que también ofrecería una “seguridad razonable” frente a la volatilidad de los mercados.
Por su parte, Jocelyn Ann-Black, managing director de Cambridge Business Association Chile, vincula la resiliencia con la capacidad de las empresas, como estructuras sólidas, de mantenerse fieles a su propósito estratégico, principalmente por la fortaleza de la gobernanza, de los propios criterios ESG, asegura. “Las empresas deben ser resilientes a las modas, mantener independencia estratégica de las ideologías y saber responder a las presiones sociales sin comprometer su sostenibilidad a largo plazo”, plantea. En ese sentido, Ann-Black destaca que, en un mundo de constante cambio, la confianza es el activo más valioso. “Si las empresas no son leales a su propósito, perderán la confianza”, advierte.
En relación a Chile y su capacidad de resiliencia, Chavarri explica que “hoy los países se encuentran desarrollando mecanismos como la taxonomía, porque ofrece seguridad no sólo jurídica a las inversiones sino frente a posibles riesgos externos ambientales o sociales. Si nuestro país se prepara, ofrecerá una seguridad razonable a dichas inversiones que deberían seguir llegando y desarrollando su función. Las finanzas son parte de este sistema y para sobrevivir requieren adaptarse a ese sistema biótico y abiótico. Es un cambio paradigmático”, concluye la académica.
Concierto de Roberto Bravo inaugura Semana del Agua
En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Agua el próximo sábado 22 de marzo, Aguas Andinas dará el vamos a la Semana del Agua 2025 este domingo 16 de marzo con una masiva actividad ciudadana en la ribera del río Mapocho a la altura de Manuel Montt con avenida Andrés Bello.
Los asistentes podrán disfrutar de un concierto de primer nivel con el destacado pianista nacional Roberto Bravo, y de la proyección de luces estilo Mapping, más audio y locución que relatará la historia y la importancia del río Mapocho para la ciudad.
La actividad contará con diversas actividades para la familia, como juegos infantiles, actividades lúdicas y música, y también será transmitida vía streaming en el canal de YouTube de Aguas Andinas a partir de las 20.10 horas.