El Presidente estadounidense, Donald Trump, finalmente concretó nuevos aranceles sobre US$200.000 millones en bienes chinos. Con esto, la escalada arancelaria alcanza un nuevo nivel, uno que con alguna probabilidad no menor llevará a otro escalón más adelante. China prometió represalias y Donald Trump ya advirtió nuevas medidas en caso de respuestas por parte del gigante asiático.

Los nuevos aranceles entrarán en vigor el 24 de septiembre, materializando los escenarios negativos de consideradas por el mercado sobre la guerra comercial. Serán aranceles de 10% y en 2019 subirán a 25%, lo que sin duda traerá consecuencias no solo para China, sino que también para el comercio mundial y, como consecuencia, para la economía chilena.

De acuerdo con cifras oficiales, la exposición de Chile en ambas naciones no es menor. China y Estados Unidos concentran en torno al 45% del total de las exportaciones nacionales que se realizaron a nivel global. A lo anterior se le debe agregar la serie de consecuencias en el resto de las economías del mundo, siendo la más visible para Chile la disminución del precio del cobre.

La cotización del metal rojo promedia este mes US$2,67 por libra, mientras que el mes pasado fue US$2,74. Ello, en directa relación con los temores a que la guerra comercial afecte la economía de China, especialmente luego de que ciertos datos han dado cuenta de una ralentización de la economía china, aunque aún los analistas estiman que el aterrizaje sigue bajo control. Una cifra que alivio ciertos temores fue la de producción industrial, que avanzó 6,1% en agosto, superando con creces la estimación promedio de 5,5%.

Ante este nivel de incertidumbre internacional, es clave que la discusión de política pública vuelva a centrarse en las formas de retornar un crecimiento elevado y sostenido, para lo cual la competitividad tributaria y la simplificación del mercado laboral son claves.