Dos funcionarios de la Reserva Federal se sumaron el viernes al coro de banqueros centrales estadounidenses que esta semana señalaron que las tasas de interés tendrán que subir más para poder ahogar con éxito la inflación, aunque uno de ellos advirtió que no se podía inferir demasiado de los recientes datos económicos inesperadamente fuertes.
“Creo que queda mucho camino por recorrer antes de que alcancemos nuestro objetivo de inflación del 2% y creo que tendremos que seguir subiendo la tasa de interés... hasta que veamos muchos más progresos en este sentido”, dijo la gobernadora de la Reserva Federal, Michelle Bowman, refiriéndose a una tasa de inflación que sigue siendo más del doble del objetivo de la Fed según su propia medida preferida.
“No creo que estemos viendo lo que necesitamos ver, especialmente con la inflación, esas cifras han estado saltando un poco”, agregó Bowman a una asociación de banqueros en Nashville. “A finales del año pasado vimos algunos avances en la reducción de la inflación, pero algunos datos que estamos viendo a inicios de este año no se corresponden con una reducción constante de la inflación de la forma que me gustaría ver”.
Señaló que el informe de empleo de enero, sorprendentemente fuerte, en el que se registraron más de medio millón de aumentos de puestos de trabajo, y los sólidos datos de gasto de los consumidores son pruebas de que las medidas del banco central aún no han tenido suficiente repercusión, y también advirtió de que los riesgos geopolíticos podrían hacer subir de nuevo los costos de la energía.
En su última reunión, la Fed subió la tasa de interés referencial en un cuarto de punto, hasta un rango de entre el 4,5% y el 4,75%, tras un año de alzas mayores de medio punto y tres cuartos de punto.
En diciembre, la mayoría de los funcionarios del banco central consideraban que las tasas alcanzarían un máximo de entre el 5% y el 5,25% este año, una previsión que se actualizará en la próxima reunión de la Fed, que se celebrará los días 21 y 22 de marzo.
El jueves, otros dos funcionarios de la Fed afirmaron que el banco central probablemente debería haber subido las tasas más de lo que lo hizo este mes, y advirtieron de que las subidas adicionales de los costos del crédito son esenciales para reducir la inflación hacia los niveles deseados, mientras que otros mantuvieron esta semana la puerta firmemente abierta a una tasa máxima por encima del 5,1%.
Avance lento, sin victoria
En una comparecencia separada el viernes, el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, también dijo que la Fed tendrá que subir más las tasas, aunque señaló que prefiere seguir con aumentos más lentos, de un cuarto de punto porcentual, y decidir un punto de parada más alto o más bajo a medida que se aclare la senda de la inflación.
“Volver a situar la inflación en el objetivo requerirá más subidas de tasas”, dijo Barkin a periodistas tras un acto en Rosslyn, Virginia. “Cuántas de esas creo que tendremos que ver... lo que se ve es progreso, pero progreso lento, no se ve victoria”.
Desde el informe del Departamento de Trabajo de la semana pasada, que mostró que la tasa de desempleo cayó en enero a su nivel más bajo desde 1969, y los datos económicos más fuertes de lo esperado de toda esta semana, las apuestas en los mercados financieros se han unido en torno a una trayectoria “más alta, durante más tiempo” para los costos del crédito.
Los futuros vinculados a la tasa de interés oficial de la Fed muestran que los operadores esperan que el organismo suba los tipos otros 75 puntos básicos de aquí al verano boreal, situando el costo del endeudamiento entre el 5,25% y el 5,5%. Hace poco más de una semana, los mercados financieros no esperaban que la tasa de interés oficial de la Fed superara el 5%.
Los operadores de futuros también han reducido las apuestas sobre recortes de tasas este año, acercándose más a los funcionarios de la Fed, que han dicho que no esperan relajar en absoluto la política monetaria en 2023.
Dicho esto, Barkin advirtió de que no hay que dar demasiada importancia a las ganancias estelares de empleo y a las sólidas cifras de ventas minoristas publicadas en los últimos días.
“Los datos que hemos recibido recientemente sobre la demanda no dan tantas señales como las que se podrían dar si se empezaran a ver durante varios meses”, dijo Barkin.
Señaló, por ejemplo, que los puestos de trabajo añadidos en enero fueron en parte el resultado de ajustes estacionales y del hecho de que las empresas aparentemente despidieron a menos empleados en la temporada navideña de lo que sería habitual.
Lo anterior, Barkin lo calificó de respuesta lógica a un mercado laboral tenso, lo que le tranquiliza en cuanto a que el banco central sigue haciendo progresos continuos, aunque lentos, en materia de inflación.