El desempleo juvenil volvió a estar en el tapete en los últimos días, tanto por las cifras conocidas como por el avance legislativo de una materia específica para el trabajo juvenil.
En los últimos 8 años este índice se ha mantenido por sobre el 17%, sin mostrar grandes variaciones el tiempo. Al analizar el trimestre enero-marzo de 2010 y marzo-mayo de 2018, la tasa de desempleo en los jóvenes (15 a 29 años) tiene una variación sólo de 0,4 punto porcentual, mientras la tasa de desempleo nacional baja de 9% a 7%, es decir, los jóvenes desocupados más que duplican al resto de la población desempleada. El tramo etáreo más afectado es el de 15 a 19 años que pasó de 22,4% a 24,9%, en el período analizado. Mientras que entre los 20 y 29 años el desempleo se ha reducido. En cuanto a la participación laboral entre 2010 y 2018 también se muestra una baja de 4,7 puntos porcentuales. Esta participación en 2017 fue de 49,2%, mientras que a mayo esta llega a 47,6%, retrocediendo 1,6 puntos en dicho período.
Un factor que podría explicar esta caída es que cada vez hay menos jóvenes que están participando en el mercado laboral a esa edad, fundamentalmente por razones de estudio. Un ejemplo de ello, de acuerdo a un análisis de Clapes UC, en marzo-mayo 2010, el 73,3% de los jóvenes entre 15 y 19 años estaba inactivo por razones de estudio. En marzo-mayo 2017 esa cifra subió a 79,9%. Y sólo un año después, en marzo-mayo 2018 ese porcentaje escaló a 82,7%.
Siempre es deseable que los jóvenes puedan y privilegien los estudios, mas no tiene por qué ser algo excluyente con trabajos a tiempos parciales. Por el contrario, es de esperar que siendo estudiantes puedan colaborar con el ingreso familiar. Por ello es una buena noticia que el proyecto de ley sobre el estatuto laboral de los jóvenes haya avanzado al Senado. Es de esperar que en dicha instancia la oposición esté a la altura y apoye esta iniciativa que debe generar consensos.