Ya ha transcurrido una semana desde que Pfizer y BioNTech anunciaran que cuentan con una vacuna efectiva en más de un 90% contra el coronavirus. Desde entonces se ha sostenido un rally en los mercados internacionales, que comienzan a avizorar un futuro libre de la pandemia. Y este lunes, un anuncio similar realizado por el laboratorio Moderna para la vacuna que están desarrollando, vino a reforzar esta idea.
De hecho, el principal indicador bursátil de Estados Unidos, el Dow Jones acumula un alza de 5,74% desde el 9 de noviembre, mientras que el Euro Stoxx avanzó 8,18%. En Alemania, el Dax subió 5,28%, mientras Ibex español lo hizo en 16,24%, el CAC de Francia tuvo un incremento de 10,29% y el FTSE 100 de Reino Unido 9,37%.
En medio de este abundante optimismo no tardaron en surgir voces que llamaban a la cautela, sopesando el anuncio de la noticia para el desempeño económico global de 2021. Esto porque será clave para determinar la “vuelta a la normalidad” el período en que llegará la vacuna a los distintos países. Si bien hoy el escenario base es que sea durante el primer trimestre todavía no hay certeza plena de aquello. Por ello, tanto los analistas internacionales como los locales hacen un llamado a la cautela y a no sacar cuentas apresuradas.
“No deberíamos estar bajo la ilusión de que sucederá rápido, llevará algún tiempo”, señaló la semana pasada el CEO de UBS, Axel Weber, mientras que paralelamente Ryan Sweet, director senior de investigación económica de Moody’s Analytics, indicó que “las noticias son alentadoras, pero es importante tener un poco de humildad”.
Por ello, pese a esta buena noticia, los economistas mantienen, en general, sus proyecciones para 2021 a la espera que haya una mayor ratificación de la vacuna, pero sí hay una mejor perspectiva de que al menos lo peor estaría quedando atrás.
Dificultades en Occidente
Si bien todos comparten las perspectivas de un rebote, tal como lo anticipa el FMI (revisar infografía) hay consenso también respecto a que se tendrá que tener paciencia para contar con una recuperación plena.
En el caso del Viejo Continente, Fabian Zuleg, economista del European Policy Centre, recalca que la segunda ola de contagios que experimentan “es otro freno para la recuperación económica y para algunos sectores el efecto acumulado es volviéndose difícil de absorber”.
En ese marco, plantea que “incluso con una vacuna, tendremos que vivir con el virus durante algunos meses, por lo que las perspectivas para algunos sectores siguen siendo muy difíciles hasta que lleguemos a un punto en el que el virus esté bajo control, mediante vacunación, medidas de seguridad y mejores tratamientos”.
Su opinión es compartida por Peter Van Houte, economista jefe de ING Bélgica. “Dado que las medidas de confinamiento se relajarán sólo de forma muy gradual y las interrupciones del Brexit se sentirán principalmente en el primer trimestre, creemos que el primer trimestre de 2021 seguirá experimentando un crecimiento bastante moderado”, indica el experto, subrayando que “podría pasar hasta la segunda mitad de 2023 antes de que el PIB de Europa vuelva a su nivel anterior al coronavirus”.
En el caso de Estados Unidos, Sam Bullard, economista senior de Wells Fargo, ve con preocupación el segundo avance de la pandemia en el país, indicando que “si volvieran a implementar restricciones el impacto en la economía de Estados Unidos sería severo y amenazaría la expansión que estamos experimentando hoy”. Si bien anticipa que no se aplicaran los confinamientos estrictos del pasado, sino que más localizados, destaca que “aun así veríamos un cambio material a la baja en el ritmo de la actividad económica, que conduciría a tasas más lentas de crecimiento del PIB durante la primera mitad de 2021”.
El caso no es distinto para América Latina. De acuerdo al analista de Control Risk, Thomaz Favaro, “la experiencia de Europa, obviamente trae una alarma, porque el potencial de que América Latina sufra un daño por una segunda ola sigue”. Lo que le preocupa al respecto es que pueda haber lo que califica como “efecto acordeón”, es decir “intercalar entre periodos de distanciamiento social estricto y más relajado. Eso puede ser muy dañino para la economía”.
Y qué pasa en Chile
Desde que se conoció la noticia de la efectividad de la vacuna, la Bolsa de Comercio de Santiago ha subido 6,17% dando cuenta de un mejor ambiente. Pese a ello, la mirada que prima es conservadora, puesto que afirman que el escenario político electoral y el proceso constitucional juegan un rol importante generando incertidumbre más allá de la pandemia.
Hermann González, economista de Clapes-UC sostiene que “en la economía chilena sigue presente una serie de riesgos que impiden hacer una proyección. Es central mantener el mensaje de que hay mucha incertidumbre, no sólo en lo que se refiere a la pandemia sino que en lo político que hace difícil delinear el escenario macro del próximo año”.
Alejandro Fernández, economista de Gemines añade que “lo que se ha sabido de la vacuna es más positivo de lo que se pensaba, y sí tiene un efecto en las proyecciones del próximo año. Ahora lo que está por definirse es la logística de distribución y mantención, pero en la medida que tengamos la vacuna para algunos grupos a partir de marzo debería tener un efecto positivo en las proyecciones”. Aunque ese es un factor a favor, Fernández acota que la incertidumbre política puede perjudicar la actividad. De esta manera, el rango de crecimiento para el próximo año es bastante amplio y lo sitúa entre 3% y 5%.
Sergio Lehmann economista jefe de Bci subraya que “se reconoce que la recuperación será gradual, dados los impactos provocados por la crisis en el empleo y en pymes En caso de que el proceso de vacunación comience más tardíamente, sufra disrupciones o sea demasiado lento, se configura un escenario de riesgo”. Hoy su estimación es de 4%.
Guillermo Le Fort, economista de Le Fort Economía y Finanzas, prevé una expansión de entre 4% y 5%. “Las proyecciones consideran el fin de las restricciones asociadas a la pandemia. Vacuna u otras formas de contención del virus que permite ir normalizando actividades”.
Los economistas coinciden en que las fuerzas que impulsarán la economía será el gasto fiscal, seguido por los sectores exportadores, dado el escenario global más favorable.