Durante la jornada de ayer se conoció que los economistas consultados por el Banco Central en la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas elevaron a 3,8%, desde 3,6%, su estimación para el crecimiento este año.
De esta forma, la previsión es la más alta para 2018 desde septiembre de 2016, cuando se comenzó a aplicar la pregunta con la estimación para este ejercicio. Para el segundo trimestre también aumentaron su pronóstico a 4,5% desde 4%.
Para 2019 también aumentaron su pronóstico a 3,8% desde el 3,7% previsto en el sondeo anterior, mientras que para 2020 se prevé una expansión de 3,9% versus 3,7%.
Esto va en línea con la mejora de los niveles de confianza empresarial, así como también del consumidor. Todo augura un repunte de la actividad respecto de los paupérrimos niveles observados en los últimos años.
La confianza de los consumidores creció a niveles no vistos en casi cuatro años en el trimestre móvil de marzo a mayo, respaldado por las positivas cifras económicas conocidas en ese período, de acuerdo al Índice de Percepción de Confianza de los Consumidores (Ipeco) de la UDD. Desglosando la cifra a nivel mensual, durante mayo el Ipeco creció 4,5 puntos pasando de nivel neutro a levemente optimista y aumentando 17,5 puntos en 12 meses.
Con todo, se debe tener claridad de que las últimas tasas de crecimiento económico mensual se han visto influidas por factores coyunturales que han permitido tasas de expansión incluso cercanas a 6%.
Es por esto que no será fácil mantener las elevadas tasas de crecimiento observadas. Para ello, será fundamental que las expectativas persistan en terreno optimista, y que las señales y medidas concretas del gobierno, ayuden a destrabar las inversiones. Ser competitivos en materia tributaria y laboral son aspectos en los que el Ejecutivo no debería ceder.