En medio del frenesí por las criptomonedas y las suspicacias que generan en el sistema financiero, el Banco Central Europeo (BCE) dio una señal importante hoy al anunciar un proyecto piloto tendiente a la eventual introducción de un euro digital.
El BCE dijo que la “fase de investigación” durará dos años podría convertirse y que “no prejuzgará ninguna decisión futura sobre la posible emisión de un euro digital, que solo llegará más tarde. En cualquier caso, un euro digital complementaría el efectivo, no lo reemplazaría”.
En caso de que esta divisa se materialice generaría un importante efecto en los medios de pago, tal cual los conocemos, permitiendo a la gente pagar en un supermercado con un celular, incluso sin tener conexión.
Guillermo Torrealba, CEO de Buda.com, firma que desarrolla y opera mercados de criptomonedas, explica que una de las primeras repercusiones del euro digital tendría relación con el aumento de la tasa de bancarización de la población, lo que llevaría a una mayor competencia al interior de la industria financiera debido a la transversalidad del acceso a esta moneda digital.
Según el experto, a diferencia del escenario actual, en el que es necesario figurar como cliente de un banco para manejar dinero digital a través de tarjetas o aplicaciones, es probable que sea el mismo BCE quien de acceso a este activo.
“Con esta solución del BCE tú podrías descargar una app móvil, que es gratuita, y sin ser cliente de ninguna empresa, podrías empezar a tener saldo en euros y pagar desde ahí. La gente va a poder acceder a este dinero realmente digital sin que un banco diga ‘tú puedes o no calificas para ser cliente mío’”, señala.
De acuerdo a Bloomberg, los bancos comerciales están preocupados por lo que la innovación significaría para ellos. Uno de los riesgos es que los clientes trasladen sus depósitos a la seguridad percibida del BCE en caso de una crisis, lo que supondría una corrida bancaria digital.
Rodrigo Castillo, gerente general de BeFX, el broker online de divisas, commodities e índices, dice que uno de los potenciales beneficios de esta moneda digital es que se podría sacar a intermediarios y/o aplicaciones del camino. En la práctica, explica, podría reducir los costos de transacción para los usuarios, como también el aumento de velocidad de los pagos, ya que la conexión a Internet no sería un requisito para el funcionamiento de la aplicación móvil.
“La principal ventaja, es que busca mezclar la eficacia de un instrumento digital con la seguridad del dinero de un banco central”, dice.
El tema del respaldo es clave en esta materia ya que al ser emitido por un banco central que no tiene interés comercial en monetizar los datos de los usurarios, podría contribuir a proteger esos datos personales, sostiene Castillo.
Torrealba comenta en esa misma línea que si se pone en marcha este euro digital a partir de la tecnología blockchain, utilizada para transar criptomonedas como el bitcoin o el ether, permitiría llevar un sistema contable más seguro.
“Hoy todos los pesos que tienen los bancos privados, incluso el Banco Central, están escritos en una base de datos en un servidor. Si un hacker llegara a acceder a él, podría modificar esa base. (Con el Blockchain) ese riesgo se mitiga y prácticamente se acaba. Tú construyes una moneda digital con una tecnología donde no puedes modificar arbitrariamente lo que ocurre dentro de la base sin tener llaves especiales de acceso”, señala.
El desafío
Las principales trabas a la masificación de esta u otras monedas digitales tiene que ver con la infraestructura financiera alrededor de ella, algo muy similar a lo que sucede con los autos eléctricos y las electrolineras para cargrlos.
“Si descargas la aplicación donde tienes mil euros, vas a pagar un local comercial, y este no tiene la infraestructura necesaria para aceptar tu pago, no te sirve”, destaca.