El debate en torno al cambio climático ha llegado a un nuevo nivel luego de los inéditos registros de temperatura en distintas partes del mundo en las últimas semanas. En Estados Unidos, el invierno congeló los termómetros hasta -40 grados centígrados, mientras que en Australia, casi paralelamente, un infierno de 45 grados derretía el asfalto.

Chile no ha estado exento a este fenómeno. Hace unos días, en el centro del país se registró una ola de calor que elevó las temperaturas hasta los 40 grados, niveles que se repitieron en algunas zonas del sur y que favorecieron la proliferación de incendios forestales.  El norte, en cambio, sufrió las inclemencias del invierno altiplánico y el gobierno tuvo que decretar zona de catástrofe.

"El desierto más seco del mundo está inundado y algunos de los bosques más húmedos del planeta se están quemando. Bienvenidos al verano en Chile", señalaba la agencia Bloomberg, en un artículo sobre el clima en el país.

El incremento de las temperaturas ha ido alterando algunas actividades productivas como la Agricultura, que sufre la falta de agua. El ministro de la cartera, Antonio Walker, dijo hace algunas semanas que la superficie cultivable de Chile se va corriendo 100 kilómetros al sur cada 10 años.

Pero no es la única actividad con problemas.

El cambio climático supone un desafío tanto o más importante para la industria de la moda y el negocio del retail, particularmente en el sector del vestuario.

Alto costo

Según Planalytics, agencia de investigación y consultoría que rastrea el impacto del clima en las empresas, las temperaturas cálidas que se alargaron hasta la temporada de invierno en 2015 en el hemisferio norte, le costaron US$ 572 millones a las tiendas especializadas en ropa de Estados Unidos sólo durante noviembre y diciembre.

Más recientemente, la casa de moda alemana de lujo Hugo Boss vio estancadas sus ventas en el tercer trimestre de 2018 (US$ 810 millones) y culpó directamente al clima. "En particular, el largo y caluroso verano en Europa afectó nuestro negocio", dijo Mark Langer, director ejecutivo de Hugo Boss AG.

Associated British Foods (ABF), grupo controlador de la cadena Primark, reportó un alza de 5% en sus ventas en 2018, pero reconoció que en el segundo semestre estas cayeron 2,1% frente a la primera mitad del ejercicio. Este desempeño más débil fue atribuido al clima.

"El desempeño en el Reino Unido fue sorprendente con un aumento significativo en nuestra participación en el mercado total de ropa. Sin embargo, el clima no estacional en tres períodos distintos durante el año retuvo las ventas periodo-a-periodo, especialmente en la eurozona", dijo ABF.

Menos parkas y más poleras

El retail chileno también ha tenido que adaptarse al cambio climático, especialmente en el manejo de stock de colecciones por el persistente aumento que han experimentado las temperaturas en los últimos años.

"Estamos preparados para tener una temporada más corta de invierno, con productos de moda y una colección más atractiva. Obviamente, sin inclinarse tan fuerte con las prendas más gruesas ni abrigadas, sino con productos más "livianos", afirmó Ripley sobre el desafío que supone un mercado cada vez más acalorado.

La compañía, no obstante, afirmó que las liquidaciones se han movido dentro de lo presupuestado. "El calor y las altas temperaturas han ayudado a seguir vendiendo las colecciones de verano", sostuvo la compañía.

Desde Falabella indicaron a Pulso que los cambios climáticos obligan a ser "mucho más cuidadosos" en las colecciones que desarrollan para los avances de temporada, como por ejemplo la renovación de la propuesta de moda después de las liquidaciones clásicas, de invierno y de verano.

En esa línea, la compañía afirmó que la nueva colección, por ejemplo, ahora en febrero debe ser 'buy today, use today', es decir, apropiada para las altas temperaturas que, en opinión de Jorge Fuenzalida, gerente de negocios de Falabella Retail, "nos van a acompañar hasta abril fácilmente".

"Lo mismo ocurre en agosto, donde la nueva temporada de primavera debe ser abrigada para hacer frente a las bajas temperaturas de esas semanas", afirmó el ejecutivo.

Pero no se trata simplemente de cambiar ropa de abrigo por ropa ligera. Es cierto que hay un patrón en los últimos años que confirma mayor número de veces de olas de calor y más intensas, pero el clima es veleidoso.

Planificar lo veleidoso

David Frieberg, vicepresidente de marketing de Planalytics, advierte que apenas hay un 15% de probabilidades de que el clima se repita de un año a otro. Esto supone que la planificación basada en las tendencias de ventas del año pasado podría ser virtualmente inútil.

De acuerdo al experto, la volatilidad del clima (semana a semana, año a año) es una realidad y siempre tendrá un impacto en el sector minorista. Si no se cuantifica el impacto y eliminan el sesgo de ventas impulsado por el clima, corren el riesgo de que el clima vuelva a impactar en sus resultados.

"Debido a que esto rara vez sucede (que se repita el clima al año siguiente), agrega muchos errores innecesarios a sus planes (de las empresas) y terminan con demasiado inventario en algunos lugares y muy poco en otros", señaló Frieberg.

En ese contexto, Santiago Figueroa, gerente de canales y venta de Komax, empresa que representa marcas como Polo Ralph Lauren, Banana Republic, GAP, The North Face, entre otras, explica que los avances de temporada o temporadas de transición se siguen vendiendo de la misma forma que antes, ya que cuando se entra en la temporada de invierno se cargan productos de transición que no son invernales, esto les permite ir en línea con las condiciones climáticas.

"En función de cómo van rotando los productos, vamos tomando decisiones para apurar más o menos alguna categoría", explicó.