Un total de 4,8 millones de nuevos puestos de trabajo se crearon durante junio en Estados Unidos, dato que supera las expectativas de 2,4 millones y permite la segunda baja consecutiva de la tasa de desempleo hasta 11,1%. Sin embargo, por más que el panorama ofrecido por la Oficina de Estadísticas Laborales entusiasme al mercado, varios expertos llaman a no cantar victoria antes de tiempo.
La cautela a la que llaman no resulta fácil, considerando que, tal como en el reporte de mayo, fueron sectores severamente golpeados por las cuarentenas los que mostraron las mejoras más contundentes. Particularmente el ocio y el alojamiento representaron el mayor salto en creación de empleos, al registrar 2,1 millones de nuevos puestos de trabajo, lo que representa aproximadamente el 40% del crecimiento total.
Adicionalmente, como destacó JPMorgan en su informe en la materia, “esto tuvo lugar junto con un buen aumento en la participación en la fuerza laboral, ya que el 61,5% de los adultos tenían un empleo o estaban buscando uno el mes pasado, en comparación con el 60,8% del mes anterior”.
Paños fríos
Sin embargo, la misma entidad destaca que “la segunda ola del virus (o la primera ola obstinada) ha generado dudas sobre si esto puede sostenerse. Esas dudas se vieron reforzadas por el informe de solicitudes de desempleo de hoy para la semana que finaliza el 27 de junio, que una vez más fue más alto de lo esperado en 1,4 millones”.
En efecto, aunque en un informe separado del Departamento del Trabajo se dio cuenta de una nueva desaceleración en el alza de los pedidos de dichos seguros, también es notoria la tendencia de estabilización en una destrucción semanal en torno a 1,5 millones de puestos de trabajo.
En ese marco, Chris Rumpkey, economista financiero jefe de MUGF en Nueva York, plantea el dilema de a quién creerle, a la Oficina de Estadísticas Laborales o al Departamento del Trabajo. En ese marco, concluye que “el informe de hoy de 4,8 millones de empleos que volverán a estar en línea en junio puede ser la calma antes de la tormenta, porque más de dos tercios de los estados estaban cerrando nuevamente a fines de mes después de la segunda ola de la pandemia de coronavirus”.
En una línea similar, Sam Bullard, economista senior de Wells Fargo, si bien reconoce que “en términos generales el reporte de desempleo es ciertamente alentador”, resulta difícil que la mejora sea sostenible.
Desde su punto de vista, la reimposición de las restricciones para contener el coronavirus en la parte suroeste del país, que es justamente la que mostró las mejoras más contundentes, porque su rápida reapertura se va a traducir en que “no vamos a ver el nivel de mejora del mercado laboral de EEUU en mayo y junio durante los meses que vienen”.
De todas maneras, aunque el panorama futuro luce incierto y estará determinado por la evolución de la pandemia, Bullard estima una reducción de la tasa de desempleo en el mediano plazo. Según sus estimaciones, su disminución llegaría hasta 9,9% a fines del tercer trimestre, mientras que a fines de año bajaría a 7,7%.