Mercado laboral femenino sigue sin recuperar lo perdido en pandemia y nuevo gobierno analizará subsidios focalizados en mujeres
La crisis hizo retroceder la participación laboral femenina en una década, tocando mínimos del 41% en el trimestre mayo-junio de 2020. Y si bien se ha ido recuperando, se mantiene un rezago respecto de lo que se tenía en 2019. Unos 4,2 millones de mujeres están fuera de la fuerza de trabajo y la tasa de desempleo es del 7,7%, casi un punto sobre el 6,9% de la de los hombres.
El empleo fue una de las variables económicas más afectadas por la crisis generada por el coronavirus. Y si bien se han recuperado 1,6 millones de empleos de los casi 2 millones perdidos, la situación para las mujeres sigue siendo negativa. Desde el peor momento, que se produjo entre mayo y julio de 2020, se han restituido 741 mil plazas laborales de ellas, frente a las casi 900 mil de los hombres.
La crisis, además, hizo retroceder la participación laboral femenina en una década, tocando mínimos del 41% en el mismo trimestre mayo-julio de 2020. Hoy todavía se mantiene un rezago, sin volver al 53% de participación que se logró a fines de 2019. Así, se ubica en el 48,3%, muy por debajo de la participación que registran los hombres, del 69,3%. La tasa de desocupación también es mayor para ellas, llegando al 7,7%, mientras que la de los hombres está en un 6,9%.
Pero igual o más preocupante es que existen unos 4,2 millones de mujeres fuera de la fuerza de trabajo, es decir, que no trabajan ni están buscando un empleo. Esa cifra llegó a 4,7 millones en plena crisis sanitaria.
Sobre cuáles son las características de las mujeres que se mantienen sin integrarse al mercado laboral, Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (UDP), explica que “la tasa de desempleo es mucho más alta entre las mujeres que no son proveedoras principales del hogar. Muchas mujeres de este segmento tienden a buscar formatos de empleo que les permitan conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares, por lo que se les complica aún más encontrar empleos que compatibilicen con sus necesidades, dificultando la inserción laboral efectiva a pesar de ser parte de la fuerza laboral”.
Por su parte, el director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, David Bravo, entrega otros antecedentes: “La mayor parte del desempleo femenino respecto de la situación de 2 años atrás es en el trabajo por cuenta propia y en el grupo de trabajadoras de casa particular. En este último caso, su empleo es solo el 75% del que tenían antes de la pandemia”.
Entre las razones que explican esta situación desfavorable para las mujeres está un factor idiosincrático: asumieron tareas no remuneradas en el hogar ante la inexistencia de la habitual red de apoyo para el cuidado de los hijos por el cierre de colegios y salas cunas por la pandemia y, por tanto, la reincorporación al mercado del trabajo ha sido lenta.
Lo refrenda la académica de la Universidad de Los Andes, Cecilia Cifuentes, quien enfatiza que recién ahora se está recuperando la presencialidad en los colegios. “No es factible para una madre compatibilizar bien el trabajo con la educación de los hijos, y los de menos edad necesitan apoyo en la casa para poder tener clases virtuales. Es de esperar que este año esa restricción para las mujeres deje de estar presente”, plantea.
Valentina Hernández, investigadora de Clapes UC, pone otro antecedente sobre la mesa, en la misma línea, para entender el contexto actual del empleo femenino. “La Encuesta Nacional de Empleo de noviembre-enero de 2021 refleja que la principal razón de no buscar empleo para las mujeres es la familia. Específicamente, el 32% de las mujeres no busca empleo debido a responsabilidades familiares. Para los hombres el panorama es distinto y aproximadamente el 2,7% indica que no busca empleo por responsabilidades familiares”.
Otra de las razones que puede dar cuenta de este rezago es que los empleos más afectados por la pandemia tienen relación con rubros con una mayor empleabilidad de mujeres. “Las actividades artísticas y recreativas, así como servicios de alojamiento y comida, donde el 52,8% de las personas ocupadas fueron mujeres (promedio 2013-2020), han tardado en recuperarse y aún están el 23% y el 28% más bajos que los niveles prepandemia, respectivamente”, subraya Hernández. Cifuentes suscribe ese argumento y menciona que los rubros que se vieron más golpeados por la pandemia son los que más demandan empleo femenino, principalmente los servicios.
La académica sostiene, además, que si se analizan las cifras de empleo por categoría, casi el 40% de los 240 mil empleos femeninos que falta por recuperar corresponde a servicio doméstico. “Seguramente se explica por los riesgos de contagio que ha habido y porque esas trabajadoras de casa particular seguramente se veían también muy afectadas por la educación online de sus hijos”.
David Bravo también entrega datos adicionales para el análisis: “El rezago en la recuperación de los empleos femeninos fue importante el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021, debido a que no hubo asistencia a los establecimientos educacionales incluyendo jardines y salas cuna para la mayor parte del tiempo, y porque las olas de contagios y las cuarentenas afectaron más a las mujeres por la enorme diferencia en la distribución de las tareas del hogar que les impacta más”. No obstante, agrega que “desde agosto de 2021 fue muy importante el IFE laboral que subsidió nuevos empleos formales asalariados, subsidio que incluyó un monto mayor para mujeres. El avance en el proceso de vacunación y este subsidio han incidido en la disminución de la brecha entre hombres y mujeres”.
Las medidas de la futura administración Boric
En el equipo económico del presidente electo, Gabriel Boric, el mercado laboral es uno de los temas que más les preocupa y, por ello, quieren impulsar distintas medidas para lograr una rápida recuperación. Una de las ideas que se analizará una vez instalados en La Moneda es buscar la generación de empleo en general, pero se analizará en detalle dónde poner los énfasis para ir en ayuda de los sectores más rezagados. Entre ellos las mujeres, jóvenes y algunos sectores productivos. No se tiene claro aún bajo qué mecanismo, en el sentido de si será algo similar al IFE laboral, pero apuntando a estos sectores en particular.
Uno de los objetivos que se proponen es recuperar 500 mil empleos femeninos a través de un plan de reactivación económica que contempla subsidios al trabajo, inversión pública, fortalecimiento de los programas de cuidado y capacitación laboral. Asimismo, y pensando el mediano plazo, se avanzará en que el derecho a sala cuna universal sea sin distinción de género y con una mayor cobertura de fuero.
Los expertos comparten la necesidad de aplicar medidas de corto plazo como subsidios o focalizar el IFE hacia las mujeres. En ese contexto, David Bravo sostiene que “es necesario mantener el IFE laboral hasta que se recuperen los empleos prepandemia, aunque ajustado a la mayor población que hay hoy en relación con dos años atrás”.
Resalta en la necesidad de que se recuperen durante el primer semestre, ya que la desaceleración de la economía prevista para la segunda parte del año no contribuirá. A su vez, Juan Bravo acota que, si cuando el IFE laboral se termine no se ha recuperado aún la tasa de ocupación femenina prepandemia, quizás sea necesario reforzar transitoriamente los subsidios que ya existían previo a la pandemia y que promueven específicamente el empleo femenino.
Otra de las propuestas que plantean los expertos es tomar medidas para que las salas cuna, jardines infantiles y establecimientos educacionales puedan volver al 100% de presencialidad.
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