El efecto de la crisis social y la incertidumbre por el proceso de reforma constitucional, sumado al volátil escenario externo, hacen prever que los próximos años, en materia de crecimiento, no serían fáciles.
Si bien para este año, la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central (EEE) de febrero mantuvo su estimación de crecimiento del PIB en 1,2%, para el próximo año la previsión sufrió un nuevo ajuste, ya que se redujo de 2,5% a 2,2%. La proyección, además, quedó fuera del rango de 2,5% y 3,5% que anticipó el instituto emisor en su último Informe de Política Monetaria (Ipom) de diciembre.
Si se cumplen estas expectativas, y considerando el crecimiento de 4% de 2018 y de 1,2% de 2019, la expansión promedio del gobierno de Sebastián Piñera será de 2,2%, situándose muy por debajo del 5,3% que anotó el país durante su primer mandato (2010-2013), pero todavía por arriba del 1,8% que registró el período 2014-2017 de Michelle Bachelet.
Pero la reducción en las perspectivas para el próximo año no es reciente. En marzo de 2019, cuando se publicó la primera proyección para 2021, el mercado tenía considerado un 3,5%, luego en el sondeo de abril pasó a 3,4% y a 3,3% en junio.
Si bien en julio hubo un rebote a 3,4%, la tendencia a la baja siguió nuevamente en agosto con 3,3%, cifra que se mantuvo hasta octubre, puesto que en noviembre se recortó a 2,8%. De allí en más bajó a 2,5% en diciembre y ahora a 2,2%.
Dado este escenario de desaceleración, los expertos señalan que para volver a tener un crecimiento más cercano al tendencial de Chile, del orden de 3%, habrá que esperar varios años más, incluso algunos afirman que recién hacia 2023.
Las razones. Alejandro Fernández, economista de Gemines, sostuvo que "se está reconociendo que la elevada incertidumbre actual persistirá por un período más largo de tiempo. El proceso constituyente que se extenderá hasta fines del próximo año, mantendrá un escenario poco favorable para la inversión y es probable que las manifestaciones y alteración del orden público persistan, no solo este año, sino que también en 2021".
Marco Correa, economista de Bice, subrayó que "la recuperación puede tomar más tiempo, ya que la incertidumbre por las reformas políticas se mantendría al menos por lo que dure el proceso constitucional, lo que afectará a la inversión y, además, las expectativas de los consumidores se podrían mantener deterioradas por más tiempo". Por esta razón, Correa ve que este ajuste en las expectativas es consistente con la nueva situación económica del país, "en particular nosotros proyectamos un crecimiento de 2,0% para el 2021".
Gabriel Cestau, economista de Santander comentó que "sin duda existe incertidumbre derivada de los hitos que tendremos este año, como el desafío de orden público en marzo, el plebiscito de abril, y elecciones municipales y de gobernadores. En la medida en que se vayan despejando estas dudas se podría esperar un repunte en las expectativas". No obstante, mantiene su proyección en 2,5%.
En cuanto a las perspectivas de inflación, la mayoría de los encuestados no ve - por el momento- un mayor traspaso del alza del dólar a precios locales. Por ello, las proyecciones de IPC para febrero se sitúan en 0,2%, mientras que para marzo en 0,4%. Así para 2020, la estimación se mantiene en 3,2%. En ese contexto, para la política monetaria, los expertos ven una mantención en 1,75% en los próximos 17 meses.