Minera del grupo Luksic acuerda su salida de millonario proyecto de cobre y oro en Pakistán
Se acordó que un consorcio de empresas pakistaníes estatales adquiera la participación de Antofagasta plc en la sociedad propietaria del proyecto a cambio de US$945 millones, pago que se espera para fines del próximo año.
Antofagasta Minerals, pertenciente al grupo Luksic, informó este jueves qu junto a Gold Corporation y los gobiernos de Pakistán y Baluchistán celebraron acuerdos definitivos en torno a la reconstitución de la empresa Tethyan Copper Company Pty Limited (TCC), dueña del proyecto de cobre y oro Reko Diq.
“Este entendimiento considera la salida del grupo minero de origen chileno, que transa sus acciones en Londres, de TCC, compañía constituida a través de un joint venture entre Antofagasta plc y Barrick en Australia”, dijo la minera en un comunicado.
Agregó que con este objetivo, se acordó que un consorcio de empresas pakistaníes estatales adquiera la participación de Antofagasta plc en la sociedad propietaria del proyecto a cambio de US$945 millones, pago que se espera para fines del próximo año.
Además, indicó, se dio por resuelto el fallo del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
Aunque Antofagasta plc conservará su participación accionaria en TCC hasta recibir el monto acordado de la operación financiera, ya no tendrá representantes en el directorio ni tendrá injerencia en sus decisiones de negocios, precisó la empresa.
El caso
En julio de 2019 el litigio internacional que ya llevaba siete años enfrentados al estado de Pakistán con la sociedad TCC, formada por la canadiense Barrick y Antofagasta Minerals, finalmente llegó a su fin. Y con buenas noticias para las mineras.
La pugna comenzó formalmente en 2012 y fue tramitada ante el Centro Internacional al Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi). A esta instancia decidió acudir TCC tras la decisión tomada por el estado paquistaní de retirar el permiso de construcción del proyecto de cobre y oro Reko Diq, en la provincia de Balochistán, que estaba listo para iniciar sus obras.
Se trataba de un megaproyecto de US$3.000 millones de inversión, con una vida útil de más de 50 años y cuyos estudios de factibilidad habían demostrado su calidad. Pero, pese a los avances, en 2011 las autoridades de ese país echaron pie atrás, supuestamente para asociarse directamente con una empresa china para explotar el yacimiento.
El tribunal con sede en París, Francia, había dado la razón a TCC en 2017, aunque todavía estaba pendiente el monto de la indemnización. Así en ese momento el tribunal decidió que Pakistán debería pagarle a TCC US$5.840 millones, lo que incluye los perjuicios, intereses y una compensación por los gastos judiciales.
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